«Si tuviera que ponerle una sinfonía al ministerio sería la Sexta de Beethoven, La Pastoral, ojo que tiene la tormenta, y la tormenta es muy fuerte, tiene momentos y momentos, empieza con mucha paz pero tiene mucho carácter y si hace falta carácter, vamos a usarlo», dice en entrevista con Télam el compositor, director de orquesta y productor que marcó la escena musical argentina por décadas de la mano de Pepe Cibrián. Su metáfora musical no aclara con precisión qué circunstancias ameritarían que usara su carácter. Declaró, además, que su propósito es limar asperezas con la escena cultural y fortalecer el vínculo entre cultura y educación.
Con «cierta experiencia» en gestión, según afirma, debido a que su trabajo en la recuperación de la avenida Corrientes lo llevó por los pasillos y recovecos de las instituciones gubernamentales, Mahler pide «cortar con la grieta», «mirar para adelante».»Conozco las instituciones del gobierno porteño así que tengo un ejercicio, entiendo un poco sobre la gestión y si bien en una fiesta no todo sale bien llegó el momento, a mis 56 años, de modificar algunas realidades e involucrarme en algo que creo. Argentina es una potencia en Latinoamérica no existe otro país como el nuestro, no existe un Teatro Colón como el nuestro ni gente así de capacitada. Si logramos que eso se inculque desde la infancia hay un gran camino por recorrer».
«Quiero limar diferencias, trabajar en equipo y mirar para adelante, algo indispensable para que la grieta deje de existir. Conozco a la mayoría de los artistas y lo que pasó no puedo modificarlo, pero puedo decir que he recibido felicitaciones por mi designación de gente ligada al gobierno anterior. Empiezo de cero».»Tomar este desafío es arriesgarse a que a algunos no les guste, quiero hablar con los teatros independientes, con los músicos, los actores, pero sobre todo quiero escuchar y desarrollar la gestión a partir de ahí: la Cultura te da autoridad, genera sensibilidad y eso es lo importante», sostiene.
Mahler no duda: «Hay que tratar de que los artistas se unan, tengo un entusiasmo que no siento hace tiempo, tiene que ver con la posibilidad de compartir experiencia, voy a trabajar sin prejuicios, quiero armar algo único, que sea una revolución».Pero esa revolución le «llevará tiempo» y probablemente «no llegue a verla», vaticina. «La cultura tiene la capacidad de ampliar campos de posibilidades, pero para producir cambios importantes hay que empezar desde abajo y por eso cultura y educación tienen que ir de la mano. Esto es a largo plazo, seguramente no lo voy a ver, pero no importa porque esa generación será mejor y las que le sigan lo mismo».
Sobre los ejes de su gestión insiste en que primero debe conocer el terreno y que ese trabajo «comienza mañana»: «Mi idea es sumarme al equipo y agregar dos personas de mi entera confianza, dos productores con los cuales trabajo hace treinta años, Leonardo Cifelli y Guillermo Masutti».
«Lo que se está haciendo lo aplaudo -remarca-. El San Martín en las calles, hasta que finalice la obra en el teatro, me parece un acierto. Jorge Telerman, director del Complejo Teatral de Buenos Aires, tiene mucho que ver con eso y lo considero una idea brillante a continuar, porque tenemos que hacer cultura yendo a los barrios, sin esperar que la gente se acerque al Centro, porque muchos de ellos no cuentan con los medios para hacerlo, se trata de facilitar».Entre las iniciativas a mantener y desarrollar no pasa por alto a las Orquestas Infantiles, «un desafío increíble. Deseo poner énfasis en proyectos como esos, porque la música transforma, saca a los chicos de los vicios, hacer música o formar parte de una orquesta puede cambiar tu vida, eso lo sé bien. Y aunque la música es mi ‘leitmotiv’, entiendo que el arte produce esa apertura en los campos de posibilidades capaz de modificar realidades».
Mahler tendrá bajo su órbita al Teatro Colón, en cuya dirección se mantiene Lopérfido; el Complejo Teatral de Buenos Aires, que abarca los teatros San Martín, Alvear, De la Ribera, Sarmiento y Regio; el Centro Cultural San Martín; y las orquestas Filarmónica de Buenos Aires y Estable del Teatro Colón.También dependerán del director y productor el Ballet Estable de ese teatro, el Ballet Contemporáneo del Teatro San Martín, el Coro Estable y el Coro de Niños del Colón, la Usina de Arte, la mayoría de los museos de la ciudad, la totalidad de la educación artística, incluyendo el Conservatorio Manuel de Falla y los festivales de cine independiente, de teatro y de jazz.