Querido Ula: un homenaje a la carta por los 80 años de un maestro del periodismo

Sentado en el centro de la mesa, el maestro reparte el juego, conduce con partes iguales de precisión, escucha detallista y humor. El festejo se transforma en una radio abierta, algo así como un programa sin tandas ni pausas. Un paseo de emociones, datos, risas, lágrimas, confidencias, tensión, abrazos, besos.

No alcanzan las butacas del auditorio Jorge Luis Borges en la Biblioteca Nacional para contener tanta gente, tanto afecto. Sold out en la celebración de sus 80 años, con la presentación de un libro: «Querido Ula. 80 cartas de amor». Carlos Ulanovsky es el homenajeado. Pero resulta que él, con su generosidad infinita y su calidez de anfitrión, genera un clima made in Ula: logra que cada invitado o invitada se baje del escenario con una nueva historia. Que se lleve alguna anécdota o algún recuerdo que tal vez estaba borroso. Que se vaya más feliz de lo que ya estaba. 

La excusa del festejo es el libro sorpresa compilado por Martín Giménez y Humphrey Inzillo, una biografía epistolar y afectiva de Orsai compuesta de 80 cartas. Algunas son leídas en vivo por sus autores. Juan Sasturain cuenta el día que conoció a Ula, Alejandro Dolina despliega imaginación y creatividad para relatar la carrera del escritor y maestro del periodismo como si todavía no hubiese pasado, Lupita Rolón le regala un poema, Taty Almeyda lo saluda y de paso arenga a la audiencia, Eduardo Aliverti le agradece la excelencia, Rosario Lufrano destaca su pulsión por la verdad, Lalo Mir le dice que fue una nota de él la que le permitió entender qué hacía en la radio en los ochenta, Árabe Ramil genera carcajadas en masa con una historia disparatada, Alejandro Wall comparte un texto de amor académico y Rodolfo Terragno describe la amistad que los une desde la secundaria. 

El cumple también tiene música. Antes de que Ula suba al escenario, desde afuera del auditorio se escucha la voz inconfundible de León Gieco. El primer instinto lleva a pensar que suena un disco, una canción grabada. Pero León toca en vivo y ameniza la espera mientras la gente busca un lugar en la sala. Pasa un tema, otro y uno más. «Yo me quedo hasta que me digan», dice el músico santafesino que, un rato después, deja un mensaje en clave electoral en rechazo a Javier Milei, aunque sin nombrarlo. Ulanovsky también: «Le temo mucho a los horribles de la derecha y la ultraderecha que nos acechan y seguirán acechando». 

La SemanUla, como describieron en la Biblioteca Nacional, empezó el lunes 23, el día exacto de su cumple, cuando familiares, amigos y colegas le dieron la sorpresa del libro editado durante “Ahí vamos”, el programa que conduce en Radio Nacional. El martes, Ula recibió otro regalo: su voz fue nada menos que la voz del estadio en la agónica victoria de Racing ante Boca en el Cilindro. «Desde el lunes vivo una montaña rusa de momentos grandiosos», dice.

Y en esa montaña también aparece el recuerdo de dos profesionales muy queridos y reconocidos en el gremio: Martín Jáuregui y Mariana Moyano. Aliverti pide aplaudirlos cuando pasa al escenario y el auditorio responde. Ula los vuelve a mencionar en su cierre con una caracterización que resume su trabajo de escritor, periodista y escultor de la palabra: «Por una injustificada traición de la biología esta semana se murieron personas que deberían seguir vivas. Chica, chico, jóvenes, periodistas, intérpretes de la realidad, activos, talentosos, con mucho mucho por delante y que no serán olvidados porque dejaron una obra».

El anecdotario en su fiesta de 80 en la Biblioteca Nacional incluye pasos por la gráfica, la radio, la revista Orbe que fundó con Terragno a los 15 años y su capacidad para las entrevistas, entre muchos universos que Ula domina con la misma prestancia de Roberto Perfumo, uno de sus ídolos. También Tiempo Argentino aparece en la celebración con un cuadro enmarcado de “Carta al Tito que fui”, la contratapa que salió en nuestra cooperativa el 12 de agosto pasado. En realidad, el texto se lo había encargado Orsai para el libro. Pero no se podía decir. Por eso, inventaron una excusa para mantener a salvo la sorpresa. Las ganas de Ula pudieron más: como se demoraba, les pidió permiso para publicarlo en su columna en Tiempo, donde Ula es socio honorario de nuestra aventura desde 2021. 

“Nos tocó ser encauzadores del amor, respeto y cariño por el querido Ula”, dice Inzillo en el homenaje. “Nombrar la palabra Ula es una contraseña para abrir cualquier puerta”, agrega Giménez, el otro compilador de la publicación. “The rockerman, Ulanovsky”, había dicho León Gieco al presentarlo después de cantar. Era el comienzo del Ulapalooza, una fiesta de cumple para el maestro del periodismo que todos, todas y todes quieren tener en su clase.