El ministro de Cultura, Pablo Avelluto, inauguró ayer el ciclo de vacaciones de invierno en la Casa de la Cultura Popular de la Villa 21/24. Cientos de chicos acudieron durante la primera jornada. Se extenderá por dos semanas en la calle Iriarte al 3500, en el barrio de Barracas.
Con el auspicio de la Feria del Libro Infantil y Juvenil, la Casa de la Cultura despliega así un centenar de actividades inspirada en el universo de los libros y hasta ambientó sus salas para convertirlas en espacios de lectura, como una de audiolibros con narraciones de leyendas, protegida por almohadones en el piso y una decoración nocturna que evoca una naturaleza misteriosa. En otra, la particular voz de Julio Cortázar recita un cuento propio.
«Lo que está aquí es la encarnación de nuestra idea de política cultural, nuestra idea de sociedad que queremos construir, una sociedad sin fronteras y con igualdad de oportunidades para todos, en la cultura, en la economía y también en la lectura que es lo que hoy nos une. Esa es nuestra visión de la cultura y eso es lo que queremos contarles a los argentinos», explicó Avelluto en diálogo con distintos medios de comunicación.
Se refería a que durante las dos semanas del receso invernal la sede de la cartera nacional en Barracas funcionará «como una especie de filial de la Feria Infantil, donde va haber actividades gratuitas, como lecturas, cuenta cuentos, tecnología, hip hop, baile. Y todos los días vamos a tener micros para venir del CCK hasta acá, porque esto es para la gente del barrio pero también de otros barrios».
Un gran espacio de lectura, con mediadores que guían a los interesados y con libros para chiquitos pero también para adolescentes con las sagas más leídas, ocupa la planta baja de la «Casa», como le llaman los habitués. «Aquí los libros no se venden, se viene a leer o a que te los lean en caso de que no sepas. Creemos muchísimo en la promoción de la lectura y este es un lugar privilegiado para hacerlo», destacó Avelluto.
En efecto, los libros no se venden, están para ser compartidos y a disposición de los lectores, pero si los promotores ven que los chicos se interesan mucho se los regalan. Es que en definitiva, como sostuvo a Télam Oche Califa, director de la Feria del Libro Infantil y Juvenil, el «objetivo principal es ampliar la franja lectora».