Aunque desde hace sesenta años el Fondo Nacional de las Artes (FNA) entrega los Premios Trayectoria (el primer Gran Premio fue para Jorge Luis Borges en 1963), la ceremonia de este año estuvo teñida, tal vez como ninguna otra, de una sensibilidad y preocupación especial por la cercanía con el balotaje presidencial. En el patio de la Casa de Victoria Ocampo en Barrio Parque, Diana Saiegh, la actual presidenta del Fondo y coordinadora de los equipos del área cultural de Sergio Massa, inauguró el evento con unas palabras que marcarían el tono de la jornada.
“La cultura es una cuestión política y la política es parte de la cultura. Por sí o por no, tenemos que tomar un compromiso por el sí, por el sí a la cultura, la educación pública, la salud pública y un Estado que nos defienda”, dijo al comienzo frente a un público expectante que contó con la presencia del ministro de Cultura, Tristán Bauer. Las palabras de Saiegh fueron retomadas luego por los directores de cada una de las áreas del Fondo y los artistas que se acercaban al escenario para recibir el galardón.
Premios Trayectoria
El Gran Premio Trayectoria fue para Norma Aleandro, renombrada actriz argentina y figura principal de películas emblemáticas como La historia oficial. Sobre el escenario, su hijo, Oscar Ferrigno, recibió el diploma en nombre de la madre (ausente por cuestiones de salud) y compartió la profunda alegría de Aleandro ante el reconocimiento. Además, transmitió un mensaje de la actriz: “Me pidió que les dijera que este domingo cuidemos todo lo que tenemos, no quiere que se repita ni el exilio que padeció ni nada de aquellos tiempos oscuros”.
En la misma línea habló Valentina Carlotto, quien recibió el premio de Derechos Humanos en nombre de su abuela. “Estela lo está dando todo estos últimos meses. Esperemos que el domingo todo salga bien y la bandera de Memoria, Verdad y Justicia siga siempre presente”, afirmó mientras las cámaras la fotografiaban junto a Diana Saeigh y Tristán Bauer, quienes le entregaron el premio.
La nómina de artistas galardonados se completa con el bandoneonista Rodolfo Mederos, perpetuo pensador de la identidad musical porteña; el polifacético Rubén Szuchmacher en Teatro; Luis Gusmán, autor de notables novelas como El frasquito, en Letras; Daniel Santoro en Pintura; el estudio Evans (Silvia de Schiller y John Martin Evans), referente del diseño sustentable, en Arquitectura; la chaqueña y maestra alfarera Élida Salteño en Artesanías; Miguel Pereira en Cine; Mariana Sirote en Danza; Ángela Vassallo en Diseño; la familia de luthiers Anconetani por “darle a toda Latinoamérica sus mejores acordeones” en Patrimonio; el emblemático director Edgardo Borda en Televisión; Mario “Pacho” O’Donnell en Gestión Cultural; y Graciela Taquini, pionera del videoarte en Argentina.
«Por sí o por no»
Bajo un cielo que ya amenazaba con la lluvia, el cineasta jujeño Miguel Pereira destacó su experiencia de aprendizaje con Jorge Coscia y sus años de formación en Inglaterra, que lo convirtieron en “anglojujeño”. “Eso me marcó el camino para mostrar a través de Jujuy el interior de nuestro país, esa es la gran grieta que tenemos todavía. Por eso, una institución como el FNA es el puente que nos permite conseguir financiación y mostrar la temática y los personajes que nos interesan a nosotros».
«Jorge una vez me dijo que ‘un país sin cine es como una casa sin espejos’ y yo le respondí que los provincianos somos Drácula porque no nos reflejamos en el espejo. El arte es lo más transversal que tenemos para unirnos como argentinos, todas las disputas y desavenencias que nos han llevado a esta situación…creo que el arte es la única forma posible de mediar, de sentir que pertenecemos a una cultura única”, apuntó.
Ni bien empezaron las primeras gotas de lluvia, la ceremonia se trasladó al interior de la casa, en la planta baja. Ahí, entre las obras de Daniel Santoro, Graciela Taquini y Élida Salteño, que están en exhibición por los Premios Trayectoria, continuó el evento y le llegó el turno a la danza y a las letras.
Sobre Luis Gusmán, Florencia Abbate destacó la estremecedora resonancia que tiene su literatura con la coyuntura actual. “Entre sus obras se cuentan las más emblemáticas novelas de nuestra historia sobre el tema de la dictadura militar y la complicidad civil, como En el corazón de junio y Villa”, recordó. Gusmán resaltó su búsqueda constante de “una política de la lengua para una lengua política”.
“Si tengo que elegir un libro elijo Ni muerto has perdido tu nombre, el título es una frase de la Odisea. Si ni muerto has perdido tu nombre, la palabra desaparecido no puede existir más”, apuntó mientras el público lo aplaudía, y luego caracterizó a los recordatorios publicados en Página/12 como “una forma performativa de la memoria”.
Pacho O’ Donnell, quien fue Secretario de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires durante el gobierno de Alfonsín y Secretario de Cultura de la Nación bajo el mandato de Menem, recibió el premio a Gestión Cultural. Por aquellos años, O’ Donnell dinamizó el funcionamiento del INCAA, el Instituto Nacional del Teatro, la autarquía del Teatro Cervantes y de la Biblioteca Nacional. Sobre el escenario, señaló: “el logro de estas instituciones culturales fue a través de un largo proceso de movilización, de decisiones políticas, de coraje. Estas instituciones tan formidables que sustentan gran parte del movimiento cultural de nuestro país se construyeron a través de la lucha. No tenemos que permitir que vuelvan los años oscuros”.
En línea con la reivindicación de lo construido, Rubén Szuchmacher agradeció al fondo por los premios a la trayectoria “porque eso significa que se reconoce la historia. Es muy importante reconocer que hay un pasado, porque gran parte de la población quiere destruir lo construido”.
Con su ingenioso sentido del humor, Daniel Santoro resaltó la paradoja que implicaba su presencia y la exhibición de sus obras en la Casa de Victoria Ocampo, teniendo en cuenta que en muchas ocasiones retrató esa arquitectura en sus pinturas. Además, expresó que no sólo el panorama nacional es angustiante, sino que se da “en una coyuntura mundial tremenda”. Ante un público que oscilaba entre la preocupación y la esperanza, Saiegh reafirmó: “Por sí o por no, vamos por el sí”
Las palabras finales estuvieron a cargo del ministro, quien hizo referencia a la lluvia que generó movimientos y cambios de planes en la ceremonia. “Venimos de un tiempo de sequía que fue duro para el desarrollo de los cultivos (palabra que comparte raíz etimológica con “cultura”). La lluvia es muy bienvenida en estos tiempos. La lluvia como esperanza, y la esperanza la tenemos que construir, y esa construcción genera tensión, genera confusiones y sobre todo genera lucha. Los artistas, las artistas han estado siempre comprometidos con esas luchas».
«Hoy, más que nunca, como decía Jauretche, desde la alegría, desde la esperanza, desde la cultura, desde la celebración de todas las artes a tomarnos de la mano y a construir más democracia. Cuando nos damos vuelta y miramos los 40 años de democracia hay momentos luminosos y hay muchos momentos oscuros, pero esos momentos oscuros y esas deudas pendientes no se solucionan con destrucción, no se solucionan con motosierra, se solucionan con más y mejor democracia”, dijo mientras era ovacionado por la audiencia.
Para absoluta sorpresa de los presentes, Miguel Cantilo cerró el evento con música en vivo. “Dónde va la gente cuando llueve” fue una de las canciones que interpretó.
La selección de obras de los artistas visuales premiados, Graciela Taquini, Daniel Santoro y Élida Salteño, se exhibe en las salas de planta baja de la Casa de la Cultura del FNA (Rufino de Elizalde 2831, CABA).
Con entrada libre y gratuita, puede visitarse de jueves a domingo, de 14 a 19 .