“Abramos nuestras cabezas y entendamos que es tiempo de cambios. / Destruyamos las barreras que nos separan cada vez más. / No miremos hacia el pasado dejando de lado odio y violencia. / Vayamos por mejores caminos, luchar unidos o caer divididos. / Diferentes Actitudes Juveniles es algo que tenemos que aceptar para lograr nuestros objetivos. / Apartar nuestros prejuicios, luchar unidos o caer divididos. / Todas las voces en un solo grito. Poder juvenil”. El clásico de clásicos de Diferentes Actitudes Juveniles (DAJ) puede funcionar como un disparador, una declaración de principios que de un saque te puede llevar 30 años atrás, los tiempos dulces de la cocaína y el amargo menemato, cuando pibes del suburbio del suburbio de Buenos Aires y el Conurbano profundo gestaron en estas pampas la segunda ola del punk criollo, la del acelerado y apasionado hardcore.
Épocas de pogo, mosh y guitarras furiosas. Pero también, y sobre todo, de autogestión, contracultura y resistencia contra el neoliberalismo, el servicio militar obligatorio y las leyes de impunidad. Tierra arrasada por la hiperinflación alfonsinista y el endeudamiento menemista que fue terreno fértil para la génesis del BAHC (Buenos Aires Hardcore) y sus satélites bonaerenses. Los ecos de aquel Big Bang llegan hasta el presente.
El libro Hazlo tú mismx, de los periodistas Andrea Leal y Carlos Sanabria, se suma a la profusa biblioteca punk argentina con la noble intención de tejer la historia oral del BAHC. Engordado por doce capítulos de fina pluma, la obra publicada por los sellos Inerme Libros y Madreselva repasa el devenir de bandas como DAJ, No Demuestra Interés (NDI), Existencia de Odio (EDO) y mil y un grupos más conocidos por sus acrónimos. Pero también suma las andanzas y desandanzas de experiencias poco recordados, pero difícil de olvidar, como Os Mocos, Detenido Desaparecido, Massacre en el autocine (MEEA) y El Cuervo Muerto.
Crónicas ruidosas, sin nostalgias tangueras, que te meten en un viaje por Catalinas Sur, San Telmo, Bragado, Paso del Rey y la sureña Quilmes. MacKarthur, Arlequines, Zona Cyborg, Punkilandia y la plaza Malvinas Argentinas de La Boca. El parnaso reunido en ese disco capital que es Mentes Abiertas, las ferias de fanzines, los recitales contra el gatillo fácil, la autogestión y la comunidad como pilares. “En una época en la que se abrazan demasiadas certezas y hay un atrincheramiento en las grandes fortalezas de personalidades deslumbrantes –dicen Leal y Sanabria en el prólogo-, la historia de los perdedores no se escribe sola: seres apócrifos, comunes y corrientes, desconocidos que, concentrados en valorar la autosuficiencia por encima de todo, ruidosos con sus instrumentos, pero sin reclamar con fatuidad o altivez un lugar en el canon de la música, se interconectaron para preservar un espacio libre en el que pudieran presentar nuevas ideas sin tener que pasar por el filtro de la perversión ni la especulación.”
Hazlo tú mismx recupera todas esas voces en un solo grito: ¡Poder juvenil!