El domingo 15, el espacio JJ Circuito Cultural, ubicado en la zona del Abasto, amaneció vandalizado. En la calle y la vereda aparecieron pintadas en blanco con la frase “Fuera feminazis”. Desde el espacio cultural afirman que estas acciones violentas no son aisladas. Hace ya bastante tiempo que diferentes espacios culturales de las comunas 3 y 5 de la Ciudad de Buenos Aires son víctimas de este tipo de acciones con amenazas, mensajes misóginos y negacionistas. Tiempo Argentino conversó con JJ Circuito Cultural, Parque de la Estación y Esquina Rebelde, tres de los espacios que sufrieron agresiones sistemáticas. Pero la lista de lugares vandalizados no termina ahí, otros espacios como el Centro Cultural Roseti y la Universidad Popular Barrios de Pie también recibieron ataques.
“Lamentablemente no es un hecho aislado, no somos el primer centro cultural feminista y popular al que le sucede. Sin ir más lejos, hace relativamente poco les pasó a espacios como la Universidad Popular Barrios de Pie y al Parque de la Estación, que está cogestionado entre vecinos y el Gobierno de la Ciudad, y tiene muchos espacios comunitarios. Hay una denuncia que ya fue realizada y en ese marco nosotros sumamos lo que pasó en JJ a esa denuncia, esperamos que se pueda investigar. Es importante visibilizarlo y que se entienda que esto no es un hecho aislado, en el sentido de que hay una escalada de violencia a nivel nacional y regional. Este tipo de ataques se dan en un contexto de avanzada de discursos de odio que van ganando cada vez más terreno. En septiembre hubo un intento de asesinato a Cristina y hace una semana en Brasil miles de golpistas invadieron diferentes sedes gubernamentales. Es parte de un mismo entramado que se viene generando. Por eso es muy importante que este tipo de agresiones y actos violentos no queden impunes”, afirma Lucía De la Torre, coordinadora de MECA y directora de JJ Circuito Cultural, y agrega: “la persona o las personas que realizan estas acciones responden a un entramado complejo que tiene que ver con estos discursos de odio que se propalan desde distintas esferas de poder”.
Con una programación variada que da lugar a nuevas expresiones culturales y artistas emergentes, JJ Circuito Cultural se encuentra en el barrio del Abasto hace cinco años y hay más de 20 personas que día a día construyen este espacio colectivo. Su agenda es amplia y busca aportar a la construcción de espacios transfeministas, con debates, charlas y perspectiva de género a la hora de coordinar el espacio y la programación. “Este tipo de momentos te dejan mucha angustia, pero decidimos contrarrestar el hecho con el amor, el amor vence al odio. Nos llegan muchos mensajes de solidaridad y apoyo por parte de personas que vienen a JJ, por parte de artistas, por parte de otros espacios. Incluso por parte de personas de la política, Itai Hagman y Maru Bielli lo compartieron. Hay toda una ola de amor y bancada que se siente muy linda. Eso te da la pauta de que efectivamente es por ahí, que estamos yendo por buen camino, construyendo juntes”, dice De la Torre.
A pocas cuadras de JJ, en Gallo y Tucumán, se encuentra Esquina Rebelde. Coordinado por la Corriente Social y Política Marabunta, el centro cultural busca aportar a una agenta cultural feminista y ecosocialista, con actividades y talleres abiertos a la comunidad, en permanente diálogo con otros espacios culturales de la zona. Hace dos años Esquina Rebelde viene siendo víctima de ataques y pintadas. “En todo lo que fue el 2021 con el clima electoral que se vivió de las PASO sufrimos un montón de agresiones. Eso siguió así en 2022, en total sufrimos entre siete y ocho ataques. Aparecían pintadas que decían ‘Fuera feminazis’ en la vereda y en la pared del espacio cultural. Nosotros habíamos realizado una radio abierta en la puerta del espacio tratando de convocar a vecinos y vecinas, a toda la comunidad del barrio, a los talleristas, toda la gente que activa o pasivamente transcurre por el lugar, para visibilizar este tema, para reafirmar que no queremos dar lugar a actitudes violentas y que Esquina Rebelde es un espacio autogestivo, abierto a la comunidad, y que tenemos la impronta de que siga siendo así, para las juventudes, para las mujeres y disidencias. Esta persona o este grupo de personas tienen una forma de violentar que nos preocupa. Entendemos que la policía intervino y esto se había calmado. Pero hace una semana volvió a pasar. En frente nuestro está el Centro Cultural Roseti, ellos decidieron poner una cámara porque también empezaron a sufrir agresiones. Y en esa cámara se ve a una persona que hace una semana volvió a escribir y también puso “Fuera feminazis” en la calle. Hay un patrón muy claro”, cuenta Ignacio Dawidziuk, colaborador de Esquina Rebelde.
La historia del Parque de la Estación está atravesada por un camino de lucha de la comunidad del barrio para que ese espacio, que durante años fue tierra de nadie, sea hoy un parque público con diferentes actividades. En octubre del año pasado, los vecinos y vecinas realizaron un mural que reflejaba la historia del Parque, con la firma de todos los que participaron, niños jugando, una whipala volando y los pañuelos de las Abuelas de Plaza de Mayo. Pero a los pocos días, ese mural apareció vandalizado, con manchas negras en las firmas, en la whipala y en los pañuelos. “El mensaje que quieren dar está muy claro, son negacionistas. En diciembre volvimos a arreglar el mural, pero lo volvieron a vandalizar. A eso se suma que con un esténcil pusieron tanto en el Parque de la Estación como en la Universidad Popular Barrios de Pie una frase que decía que los hijos de las madres eran todos unos asesinos. Nosotros hicimos una denuncia y pusimos como referencia que otros centros culturales habían vivido situaciones similares, y que hay una persona a la que siempre se la ve agrediendo. Pasa y realiza amenazas constantemente. Es llamativo que nadie accione a partir de todas estas denuncias. Nosotros pedimos que se revisen las cámaras, porque en el Parque de la Estación hay cámaras y hasta ahora no hemos recibido respuesta ni de la Justicia ni de la policía. Es un patrón común que se viene repitiendo, no es tan complejo tomar ciertas medidas de seguridad para que no pase de manera sistemática. Hay una clara intención de destruir lugares en los que se está construyendo todos los días para que un barrio tenga su actividad cultural, para que todos tengan donde ir a disfrutar y participar. Cuando accionamos en ese sentido, la respuesta tiene que ver con la destrucción y nosotros vamos justo para el otro lado”, dice Andrea Birgin, coordinadora de Mesa de Trabajo y Consenso del Parque de la Estación.