Notre Dame, la catedral gótica más famosa del mundo, cuya construcción comenzó en el siglo XII, demandó 200 años y logró sortear la devastación de dos guerras mundiales, el lunes 15 de abril de 2019 se incendió y sucumbió al fuego. Los más pesimistas creyeron que un ícono de la cultura se había perdido para siempre. Pero no fue así.
Cinco años después, intensos trabajos de restauración mediante, Notre Dame de Paris vuelve a recibir a fieles, curiosos y turistas. El próximo sábado 7 será su reapertura oficial. En esa ocasión, el presidente Emmanuel Macron dará un discurso desde la catedral misma.
En esa oportunidad, el mítico órgano de la catedral que fue desmontado, limpiado de polvo y puesto en funcionamiento, volverá a sonar como lo hizo antes del incendio.
El domingo 8 se realizará la primera misa luego de la restauración. Ésta se repetirá durante ocho días a las 18.30 para que puedan escucharla desde la catedral todos aquellos que quieran. La capacidad de Notre Dame, 1.500 personas, no es suficiente para que todos los visitantes puedan escucharla el primer día.
A partir de ayer, 3 de diciembre, se pueden reservar espacios para visitarla. Podrán hacerlo en primer lugar los fieles que quieran escuchar las misas y, en segunda instancia, los visitantes que quieran ver cómo quedó Notre Dame restaurada.
Las reservas pueden hacerse a través del portal interactivo de las redes sociales de la histórica catedral, la página web o la aplicación que Notre Dame creó específicamente para este fin.
Esto apunta a que no se creen largas colas de visita en la explanada de Notre Dame, aunque tal vez éstas sean inevitables.
El primer domingo se podrá visitar de 17.30 a 22 y los días subsiguientes de 15.30 a 22.
Según lo informa el diario francés Le Figaro, el presidente electo de los Estados Unidos estará presente en la ceremonia de reapertura. Su presencia en Notre Dame obedece a la invitación del presidente Macron.
La confirmación de su visita se produjo el 2 de diciembre, por lo que se sabe que el 8 habrá “un americano en París”. Esta visita a Notre Dame constituye la primera salida de Trump fuera de su país luego de haber sido elegido presidente.
“El presidente Emmanuel Macron ha realizado un trabajo encomiable para que Notre Dame fuera restaurada –declaró Trump-de modo de devolverle toda su gloria y aún más”.
La lista de mandatarios invitados a la reapertura de la icónica catedral es larga, pero no ha sido dada a conocer.
La decisión del Papa Francisco de no asistir a la reapertura de Notre Dame el 8 de diciembre y de viajar, en cambio, una semana después a Córcega, no fue totalmente sorpresiva. Se sabe que elude la pompa y el boato y que le interesa privilegiar áreas más “periféricas”, según consigna El confidencial.
El presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, Eric de Moulins-Beaufort declaró: «La estrella de la ceremonia de reapertura de Notre-Dame es la propia Notre-Dame. El Papa no ha querido que su presencia suponga una distracción del punto esencial de esta ocasión».
Notre Dame vuelve a deslumbrar
La restauración llevada a cabo durante cinco años, según parece, ha dado muy buenos resultados. Quienes han podido visitar ya Notre Dame de Paris informan que sus piedras tienen un color blanco inmaculado en el que no se percibe ni el más mínimo rastro de humo. Según los restauradores, es la primera vez en siglos que la piedra luce de esta manera, es decir que los parisinos y turistas que ya la conocían, la verán como si fuera totalmente nueva.
Las nervaduras de las bóvedas y las columnas brillan en color dorado. El piso de tablero de ajedrez quedó reluciente. Los restauradores lograron devolverle el brillo original.
No sólo se eliminaron las huellas del fuego, sino también la suciedad que se había acumulado durante siglos. En total, hubo que limpiar 42.000 metros cuadrados. En el transcurso de la restauración, los restauradores encontraron marcas personales de los artesanos que construyeron Notre Dame de Paris a través de dos siglos, según informa Spectrum Noticias.
Sin embargo, queda una huella como recordatorio del incendio que la catedral sufrió en 2019. En el presbiterio de Notre Dame con el calor del fuego el plomo se fusionó con la mano de Cristo. Esa fusión, quizá imposible o riesgosa de resolver, quedará tal cual está.
La Cruz de la Gloria, sin embargo, aunque fue muy dañada por las llamas, recuperó su esplendor. En las capillas laterales que rodean la nave central se redescubrieron murales y se restauró sin problemas el derrumbe de la aguja original.
En suma, Notre Dame parece recién construida, ya que la restauración fue tan minuciosa que le devolvió el esplendor que había ido perdido a través del tiempo mucho antes de que ocurriera el incendio.