Sin duda, Chomsky es uno de los intelectuales más lúcidos. Si su nombre sonó primero como eminente propulsor de la gramática generativa en el M.I.T, hoy se lo consulta por cuestiones políticas mundiales y por la incidencia del capitalismo salvaje que lleva a los pueblos a vivir en la inequidad constante.
Del libro de entrevistas con C.J. Polychroniou, Optimismo contra el desaliento. Sobre el capitalismo, el Imperio y el cambio social, Tiempo Argentino seleccionó algunos párrafos que dan respuesta a problemas candentes de hoy.
Trump y el deterioro de la sociedad americana. Los programas estatales empresariales de los pasados treinta y cinco años, más o menos, han tenido efectos catastróficos sobre la mayoría de la población. Los efectos más evidentes han sido la paralización, el deterioro y un incremento muy acusado de la desigualdad social. Así se ha suscitado el miedo, que deja a la población aislada e indefensa y la convierte en una víctima de fuerzas poderosas que no entiende y sobre las que no puede influir. La descomposición no viene motivada por las leyes económicas. Son políticas, un tipo de lucha de clases iniciada por los ricos y poderosos contra la población trabajadora y los pobres. Es la norma en el período neoliberal, no solamente en Estados Unidos, sino también en Europa y en otros lugares. Trump apela a los que sienten y experimentan la descomposición de la sociedad americana, a sentimientos profundos de rabia, miedo, frustración, desesperación Incluso entre sectores populares en los que se asiste a un incremento de la mortalidad, algo que no se conocía más que en circunstancias bélicas.
La relación entre medios de comunicación, política y el público en la sociedad americana contemporánea. Ha quedado bien establecido que las campañas electorales están diseñadas de manera que se marginalizan las cuestiones problemáticas y se concentran en las personalidades, el estilo retórico, el lenguaje corporal y asuntos por el estilo. Las razones son obvias: los mánagers de los partidos leen las encuestas y son muy conscientes de que, frente a una multitud de problemáticas mayores, ambos partidos están mucho más a la derecha que la población, lo que no es ninguna sorpresa al fin y al cabo, son partidos de negocios. Los sondeos demuestran que una gran mayoría de los votantes no están de acuerdo, pero son las únicas opciones que se les ofrecen en el sistema electoral regido por los negocios, en el que el candidato más financiado casi siempre gana.
¿Estados Unidos sigue dictando las políticas del Fondo Monetario Internacional? Es difícil de decir, pero según lo entiendo, se supone que los economistas del FMI son, y tal vez lo sean, de algún modo independientes de los políticos. En el caso de Grecia, y generalmente en el de la austeridad, los economistas se han rebelado con algunos escritos críticos sobre los programas de Bruselas, pero los políticos parecen ignorarlo.
Las relaciones entre China y los Estados Unidos. Estados Unidos mantiene una relación de amor-odio con China. Los salarios de miseria chinos, las condiciones de trabajo y la falta de compromisos medioambientales son de gran ayuda para los fabricantes estadounidenses y occidentales, que externalizan operaciones allá, y para el gran comercio minorista, que puede obtener bienes baratos. Y Estados Unidos ahora se apoya en China, Japón y otros para sostener su propia economía. Pero China también plantea problemas. No se deja intimidar con facilidad. Cuando Estados Unidos levanta el dedo para indicar a los europeos que dejen de hacer negocios con Irán, la mayor parte cumple. Pero China sigue a lo suyo. Y eso resulta aterrador. Llevamos muchos años imaginando peligros chinos. Y continuamos imaginándolos.
¿La política exterior será más militarista durante la administración Trump? No creo que pueda responder con seguridad. Trump es demasiado imprevisible. Las incógnitas son demasiadas. Lo que podemos decir es que la movilización popular y el activismo, organizados y dirigidos como se debe pueden marcar la diferencia. Y tenemos que recordar que hay mucho en juego.