Por estos días se encuentra en Buenos Aires Beltrán Calveyra, uno de los hijos del escritor. Viajó al país convocado por la presentación de Diario Francés. Vivir a través de cristal y por las Jornadas que se llevarán a cabo en su homenaje. Tiempo Argentino habló con él sobre su padre y su aspecto humano, su obra, sus motivaciones para vivir en Francia, su amistad con Julio Cortázar. Un acercamiento íntimo al mundo de unos de los escritores fundamentales de la literatura argentina.
-Me gustaría que me refiriera brevemente al aspecto humano de su padre. Su relación con sus hijos, su vida cotidiana. ¿Cómo podría definirlo en una frase?
– En una frase, era también un poema en su vida cotidiana, su actitud, su manera de compartir con su familia la belleza del mundo, su ternura. Nunca hubo separación entre una persona común, diaria, y el poeta, no podía ser otra persona que un poeta.
-Si no me equivoco, él se instaló en París en la década del 60 y allí murió. ¿Cuáles cree que fueron las razones elegir, Francia como lugar para vivir?
-Se instaló definitivamente en el 61-62. No hay una sola razón sino a la vez su atracción por Francia, la cultura francesa, las amistades que desarrollo allá, y de alguna manera cierto cansancio frente a los limites (en la política, más que nada) de Argentina. Y quizás, más profundamente el hecho de poder cultivar les recuerdos, el amor por el campo de su pais, sus maestros (Borges, Mastronardi) con la distancia.
-¿Cree que vivir fuera de su país tuvo algún tipo de influencia en la su escritura? ¿Era un hombre nostálgico de su tierra?
-Nostalgia no, sólo por su madre que falleció en el 62 mientras él estaba en París. Pero el país de origen se convirtió en un objeto de inspiración permanente gracias a la distancia y al contraste entre el pais de la edad adulta, de la madurez, Europa, y el pais de la infancia, del campo y de la juventud, Argentina.
– El conoció a escritores como Julio Cortázar, como Alejandra Pizarnik y muchos otros? ¿Cómo era la relación con ellos? ¿Tiene usted recuerdos de esas relaciones?
-Tengo muchos recuerdos de la relación con Julio Cortázar. Su amistad fue muy larga, constante, linda, llena de fantasía, de ternura. Se veían a menudo, se admiraban, se escribieron cartas espléndidas. Es increíble ver cómo lo que era en el principio una admiración y un afán de intercambiar desembocó en una relación íntima, diaria. También se querían con Pizarnik. Encontré cartas muy tiernas que le escribió ella. El era un gran confidente para sus amigos.
-¿Qué representan las Jornadas que comienzan el miércoles y cuál era la actitud de su padre ante los reconocimientos?
– Estas jornadas son importantes para mi madre y para mi hermana y yo, significan que la obra va a seguir difundiéndose y viviendo. Para él, lo más natural era la soledad del poeta, y los reconocimientos eran un pretexto a amistades, lindos encuentros, nada más.
-¿Cuáles considera que fueron hitos importantes en su escritura, sus puntos de inflexión?
– Pregunta difícil para mí. Yo diría que lo único en su escritura es este encuentro entre la modernidad, el siglo XX y una eternidad clásica, un sentido del valor del tiempo que fluye, fue como el encuentro entre el furor del siglo XX y la eternidad del canto gregoriano y de los campos de la infancia, algo así, y por eso permanecerá. No fue sólo un gesto.
-¿Recuerda alguna reflexión teórica de su padre acerca de la escritura, ya sea sobre la poesía, la narrativa o el teatro?
– Recuerdo muchas ya que escribo y que me daba consejos. Pero no era consejos profesorales o aun teóricos. Sino consejos de artesano y de amigo. Llegar a lo esencial, no disfrazarse, no escribir muchos adjetivos. Y hablamos muchos de poetas, de músicos, toda la vida. Pero eran emociones, sensaciones, ideas también mas que teorías.
-¿Qué significa en la obra de su padre el libro que acaba de publicar Adriana Hidalgo?
-El Diario francés es un libro importante porque el el comienzo de la aventura (la llegada maravillada a Paris) y el primer libro póstumo (muestra que su concepción del tiempo no era linearia), y todos los temas que estarán presentes en su obra se encuentran en el libro: en encuentro de la eternidad y del tiempo que fluye, el recuerdo de los campos de argentina cuando descubre los campos de Francia, y también temas que existen menos en el resto de su obra como la amistad, la juventud.