Si algo caracterizó a Juan José Sebreli fue su carácter de intelectual provocador. No sólo se dedicó a pensar la realidad argentina y plasmar su pensamiento en diversos libros, sino que también fue un hombre de acción. En los convulsionados años 70 fue cofundador junto a Néstor Perlongher , Manuel Puig y Blas Matamoro del Frente de Liberación Homosexual cuando la homosexualidad era considerada una suerte de anomalía o enfermedad y los homosexuales estaban condenados al silencio.

La que sería su intensa vida intelectual comenzó en los años 50 con la participación en distintas revistas a través de las cuales expresó sus ideas. Autor prolífico, la obras de Sebreli fueron traducidas, entre otras lenguas, al francés, el italiano y el francés.  

Su primer libro fue Martínez Estrada, una rebelión inútil y apareció en 1960. Pero fue Buenos Aires, vida cotidiana y alienación, publicado en 1964, el  libro clave en su vasta producción.  Se convirtió en  una suerte de bestseller de la sociología que instauró una nueva forma hacer ensayos rompiendo con la forma tradicional. Al mismo tiempo, es el que le otorga a Sebreli una mayor visibilidad.

En 1966 publicó Eva Perón ¿aventurera y militante? Estos dos libros le valieron una polémica pública con Eliseo Verón a través de la prensa que de alguna manera anticipó lo que sería el sello de identidad de Sebreli: la exposición siempre polémica de sus ideas, la confrontación pública, lo que no era en esa época algo demasiado común en un intelectual.  

La posición política de Sebreli  fue variando a través del tiempo. Si en sus comienzos estuvo cerca de la izquierda, terminó por pronunciarse contra las posiciones que consideraba “populistas”. Fue muy crítico, por ejemplo, de las ideas del Papa Francisco.

Sebreli mismo explica su cambio. En un artículo de Daniel Gigena  publicado por el diario La Nación  se lee: “Pasé de considerar el peronismo como una corriente de izquierda a una forma del fascismo -resume Sebreli-. El descubrimiento del fenómeno del populismo me sacó de la fantasía de que pudiera existir un peronismo de izquierda. Influyeron lecturas del filósofo francés Maurice Merleau-Ponty y, por otro lado, la ruptura con la Iglesia católica, de la que siempre fui muy crítico”.

En Los deseos imaginarios del peronismo, Sebreli  compara a Perón con Mussolini, le atribuye ideas antisemitas y considera a Eva Perón como una “antifeminista” a pesar de haber sido una luchadora por el voto femenino que logró instaurar.

Estaba convencido de que el peronismo era un fenómeno político que iba a desaparecer más tarde o más temprano del a vida política argentina.

Sebreli, genio y figura

Su último libro fue Entre Buenos Aires y Madrid. Publicado en 2022, fue escrito en colaboración con Blas Matamoro. Sebreli se encontraba en Argentina  y Matamoro, en España. Ambos autores se comunicaban a través de zoom los sábados. Estos encuentros virtuales no solo obedecían a la distancia. Quizá lo hubieran escrito de la misma forma de encontrarse en la misma ciudad, dado que eran tiempos de aislamiento debido a la pandemia.

Sebreli recibió numerosos  premios y reconocimientos. En 2015, fue nombrado ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires por la Legislatura porteña. En 2018 el  Senado Nacional le otorgó la mención honorífica “Senador Domingo Faustino Sarmiento” con la que se distingue a personalidades destacadas del ámbito cultural, deportivo, académico y profesional. Obtuvo además,  el Premio Konex en dos oportunidades  1994 y en 2004.

Había nacido en Buenos Aires el 3 de noviembre de 1930. Muy tempranamente mostró su vocación por explicar la realidad desde una perspectiva personal y disruptiva respecto de las ideas instituidas. Lejos de la imposible objetividad que se le reclaman a los análisis sociológicos, Sebreli pensó por cuenta propia sin temer que sus ideas respondieran a una visión personal e incluso arbitraria.  Polemista nato, defendió sus ideas con vehemencia hasta sus últimos días y prefirió siempre la ruidosa aparición pública que el silencio del claustro universitario en que se formó.