Murió el filósofo Gianni Vattimo. Tenía 87 años. El mundo lo recordará como el pensador que concilió opuestos aparentemente inconciliables: comunista y católico, cristiano y homosexual defensor de los derechos de la comunidad LGBTQIA +.
Influido por la filosofía de Nietzche y de Heidegger, descreía de la idea de la Historia como una linealidad que iba conquistando progreso. Reivindicaba, en cambio, la filosofía de la diferencia y lo que llamó el “pensamiento débil”, es decir, un pensamiento no dogmático que permitiera pensar el mundo de una manera más abierta. En concordancia con este tipo de pensamiento, también se manifestó en contra de la concepción del “sujeto absoluto”.
Su filosofía, según declaró, nació de su condición de homosexual que fue discriminado como tal: «Si no hubiera sido gay, nunca habría emprendido esta profunda reflexión sobre la no normatividad de las esencias naturales, que constituye el alma del pensamiento débil. Entonces, incluso si no es una filosofía particularmente gay, creo que hay conexiones importantes».
Entre sus obras se destacan «Las aventuras de la diferencia», «El pensamiento débil», «El fin de la modernidad», «La sociedad transparente», «Ética de la interpretación», «Creer que se cree», «Diálogos con Nietzsche», “No ser Dios” y «El fin de la modernidad: nihilismo y emancipación».
A su tarea académica que ejerció tanto en Italia, más precisamente en la Universidad de su lugar natal, Turín, como en los Estados Unidos, sumó un profundo interés por lo político que lo llevó a integrar el Parlamento Europeo como una formas de militancia a favor de la justicia también en el campo de la sexualidad. Fue además, miembro de la dirección nacional de la Coordinación Homosexual. «La injusticia para mí, entre otras cosas, consiste en nunca haber podido cortejar a mis compañeros de colegio –declaró- En este sentido, el cristianismo me empujó a luchar contra la injusticia».
Además, recibió el doctorado Honoris Causa de varias universidades argentinas.
Vattimo tenía una relación cercana con la Argentina, país que visitó varias oportunidades en una de las cuales fue recibido por la entonces presidenta de la Nación Cristina Kirchner. Inauguró aquí la Cátedra abierta sobre Desarrollo, Ética y Cultura.
En sus últimos años, su pensamiento sobre el futuro del mundo era muy sombrío. «La realidad es que no creo en el progreso. Tendemos hacia una sociedad controlada, hiperorganizada en cuanto a las relaciones de poder, y dominada por unos pocos. No me gusta pensar así, me desagrada. Quizá soy pesimista también porque soy viejo. Quizá los jóvenes encuentren la manera de luchar por un mundo mejor para ellos mismos», declaró.
Su pareja, Simone Caminada, de 38 años, fue acusado ante la Justicia de sacar provecho de él a través del casamiento. Los juicios cesaron luego de varios años de tormento. En 2018, el Papa Francisco se interesó por este episodio de la vida de Vattimo, quien declaró en algún momento que Francisco era un Papa que no le hacía sentir vergüenza de ser católico.
El filósofo murió hoy, 19 de septiembre, en la misma ciudad en la que había nacido 87 años atrás.