Juego de palabras cruzadas en el que cada letra es una ficha con un valor asignado, que deben formarse sobre un tablero donde algunos casilleros permiten multiplicar sus valores. A veces esos beneficios aplican solo sobre la ficha que se coloca encima, pero hay otros que tienen el poder de multiplicar la suma de todas las letras de la palabra que tiene la suerte de pasarle por encima. ¿Suerte? No tanto. La mayoría habrá adivinado que la descripción anterior corresponde al Scrabble, popular juego de mesa creado en los Estados Unidos a finales de la década de 1930, que está lejos de ser un juego de azar. Porque si bien en su desarrollo la suerte cumple un papel importante (cuando cada participante elige sus fichas a ciegas, por ejemplo), la realidad es que para ser bueno en el Scrabble es necesario contar con más que buena fortuna. Por empezar, se debe conocer bien el idioma en el cual se juega, pero también manejar distintas estrategias para hacer pasar las palabras formadas por las zonas del tablero que permiten aumentar el valor de las fichas. Quienes sean fanáticos de sentarse a pensar palabras están de parabienes: desde este lunes y hasta el 29 de octubre próximos se desarrollará en Buenos Aires el XXIV Campeonato Mundial de Scrabble en Español, que reunirá a los más destacados jugadores del mundo, entre cuyos mejores exponentes se encuentran varios argentinos y argentinas.

Organizado por la Federación Internacional de Scrabble en Español (FISE) y la Asociación Argentina de Scrabble (AAS), el evento tiene lugar en un hotel ubicado a media cuadra de Plaza de Mayo. Ahí se dan cita los competidores luego de tres años, ya que la pandemia obligó a suspender las ediciones 2020 y 2021, siendo la de 2019, realizada en Panamá, la última en disputarse. Eso hace que este 24° torneo mundial tenga un valor especial. Es “El Mundial del Reencuentro” y por eso los organizadores decidieron darle un carácter abierto. Es decir que no solo participan aquellos competidores cuyo ranking se los permite, sino que cualquier aficionado pudo anotarse para comprobar que tan bueno es en el juego.

La competencia, en la que participarán 130 jugadores/as (de manera individual) de 17 países, entre ellos, Venezuela, Uruguay, Paraguay, Chile, Estados Unidos, Francia, y hasta Japón, se realizará en el Hotel NH City, ubicado en la calle Bolívar 160, a pocos metros de la Plaza de Mayo, desde hoy y hasta el próximo sábado. Cuenta con 24 rondas, seis por día, y las rondas no serán eliminatorias, cada competidor/a jugará las 24 partidas

Además del torneo individual se realizaran otras modalidades de juego, entre las que se destaca la Copa de las Naciones, que enfrenta equipos por países. En esta variante el de la Argentina es uno de los más fuertes, contando entre sus miembros a Luis Picciochi, único tricampeón del mundo a nivel individual, ganador en 2009, 2010 y 2018. Capitaneado por Horacio Moavro (ver columna), el equipo incluye a otros dos campeones, Benjamín Olaizola (2001 y 2007) y Rocco Laguzzi (2012). El grupo se completa con Luis Acevedo, subcampeón en 2014. Como principales rivales aparecen las selecciones de Venezuela y España. En tanto que en la competencia individual Picciochi buscará su cuarta corona por primera vez de local (los títulos anteriores los obtuvo en Venezuela, Costa Rica y México), pero tendrá como gran rival al francés Serge Emig, ganador de la última edición y primer campeón procedente de un país en el que el español no es la lengua oficial.

Que gane el M3E1J8O1R1.

Scrabble, deporte de la mente

«El Scrabble es más que un juego de mesa, es un deporte de la mente como el ajedrez, el bridge y el Go, porque tiene un reglamento, competencias nacionales e internacionales, un ranking y libros sobre estrategias», comenzó contando a Télam el contador Horacio Moavro (65), bicampeón nacional y el jugador que más veces estuvo en el top ten del mundial, mientras desplegaba el tablero en un bar del barrio porteño de Colegiales.

Moavro juega al Scrabble desde los 10. Empezó los domingos en familia, «después de los ravioles de la nona». Luego siguió con sus amigos de la adolescencia en las vacaciones hasta que se cruzó por primera vez con un jugador competitivo, el padre de un amigo, a quién escuchó con mucha atención, tanta, que lo tomó como «discípulo». A partir de ese momento, el joven Moavro empezó a «ganarle a todos».

Tiempo después, en 1998, vio un aviso de la AAS en el diario que decía: «Próximo sábado torneo de Scrabble». «Y acá estamos», dijo entre risas quien competirá también en este mundial y coordinó el Comité Organizador como integrante de la AAS. «El Scrabble es una actividad que me permitió ser campeón nacional de algo y es un orgullo», agregó.

Para competir, el bicampeón prepara listas con verbos de seis, siete y ocho letras por orden alfabético con un número y cada número corresponde a una imagen que memoriza con reglas mnemotécnicas. Durante su trayectoria, llegó a repetirlas como si estuviera rezando el rosario y su esposa le tomó «exámenes» para ayudarlo. Entre sus principales secretos, el maestro de las letras destacó que, en el Scrabble, «la jugada más importante es la próxima», es decir, tener la jugada preparada, y «el equilibrio del atril entre vocales y consonantes».

Del otro lado del tablero ubicado en la misma mesa del bar de Colegiales, frente a Moavro, estuvo el tricampeón mundial en categoría Clásica y cuádruple campeón en categoría Duplicada -otra modalidad de juego-, Luis Picciochi (55), quien contó a esta agencia: «Juego mucho, todo lo que puedo, y tengo la gran ventaja de que entreno todos los días con mi mujer, Andrea, una rival muy fuerte, y también con mi hija mayor de 28, Macarena, que juega muy bien desde los 12».

Picciochi aprendió a jugar al Scrabble con su mamá durante la adolescencia en unas vacaciones en la costa. Después lo jugó con amigos, luego con su novia hasta que descubrió en internet el juego online y llegó a la AAS. Cuando la conoció, decidió sumarse sin dudarlo. «Los mundiales para mi son como un viaje de egresados», compartió.

Al igual que Moavro, Picciochi estudia listas de palabras, sobre todo verbos, porque «dan 20 palabras distintas con las conjugaciones», y también estudia las combinaciones que tienen un solo anagrama: «Me armo listas con combinaciones únicas», reveló.

Sobre la influencia del azar en el Scrabble, Picciochi consideró que el azar disminuye a medida que se juegan más partidas. «Si es un torneo de cinco partidas para mi el azar es un 30%. A lo mejor en un mundial de 24 partidas, puede significar un 10%».

Rosa Oriana (62) es ingeniera en sistemas y hace cinco años asiste a los bares para aprender a jugar Scrabble en español, después de jugar durante mucho tiempo en inglés. «Es la primera vez que voy a participar de un campeonato mundial», contó entusiasmada a Télam desde su hogar en Caballito. Oriana se define como «una aprendiz», aunque ya compitió en torneos metropolitanos y en los torneos del interior del país. «Es una actividad social que me encanta», destacó.

La eximia jugadora Claudia Kaiser le enseñó que «hay que apuntar siempre a ‘hacer un scrabble’ con lo que tenés en el atril», que es cuando un jugador coloca las siete fichas de su atril en un solo turno. También que es impotante buscar combinaciones, mover las letras, anagramar permanentemente hasta lograrlo. «Si es imposible tenerlo con lo del atril lo que tenés que hacer es tratar de hacer jugadas que por lo menos sumen 30 puntos o más en una situación óptima, o usar el turno para cambiar las letras que son incombinables», recomendó la jugadora.

Según Oriana, los jugadores de Scrabble se dividen en dos grupos: los que saben el significado etimológico de las palabras y los que no lo conocen pero saben que la palabra es válida para el juego. «Me sirve conocer el origen de las palabras y cómo se relacionan con otras. También ayuda haber leído mucho y, como tengo una memoria visual, me sirve jugar mucho porque una vez que veo una palabra en el tablero es difícil que me la olvide», agregó.

¡Al Mundial de Scrabble!

El XXIV Campeonato Mundial de Scrabble en Español se disputa en Buenos Aires hasta el 29 de octubre próximos. Las actividades se desarrollan el Hotel NH City, Bolívar 160, entre las 8:30 y las 21 hs. Además del campeonato de la categoría individual, también tiene lugar la XIV Copa de las Naciones, torneo en el que se enfrentan los equipos nacionales.

* para Télam