El científico Bernardino Telesio nació en el siglo XVI, pero su voz se prolonga hasta nuestros días no solo porque fue un pensador del Renacimiento relacionado con el surgimiento de la ciencia experimental, sino porque Lucas Margarit lo convirtió en materia poética.
Acaba de aparecer a través de la editorial Leteo Telesio. Brevissimo tratado sobre el asombro, un libro en que el autor trae desde el pasado una voz a través de la que habla y es hablado. “En este volumen de lúcidos poemas parcos y afilados-dice Adalber Salas Hernández en el posfacio-, Margarit no pretende convencernos de que es Bernardino Telesio quien habla; antes bien, permite que su escritura sea permeada por el pensamiento y la vida de Telesio, para ingresar así en nuevas regiones, para conquistarle algo de terreno a lo que resta por decir.”
Leteo hizo una “edición especial para devotos e iniciados limitada a cien ejemplares” numerados en que “la rúbrica del autor garantiza la autenticidad del ejemplar” y otra más amplia. En ambas, el cuidado de los detalles y la exquisitez son las características dominantes. Como pocas veces sucede con los libros, el texto y la edición forman un todo indivisible.
–¿Por qué elegiste a un personaje como Telesio para que hable con tu voz y vos con la él?
-Tengo un libro anterior que se llama Bernat Metge que es un escritor del Renacimiento catalán y ahora estoy armando un libro sobre Monteverdi. Telesio forma parte de esta trilogía. Él era un científico; Metge, un escritor y Monteverdi, un músico. Telesio me parece un personaje fascinante del Renacimiento y del nacimiento de la ciencia experimental, empírica. Influye en pensadores como Bacon y discute con Aristóteles. También se lo considera un filósofo. Desde un lado más poético, me gusta cómo suena su nombre, me parece muy poético. A partir de sus teorías, de cómo suena su nombre, de distintas imágenes –la poesía que me interesa escribir o, por lo menos la que me sale, es una poesía de imágenes- que surgen de su lectura, se fue construyendo este libro.
–En Telesio. Brevissimo tratado sobre el asombro la poesía surge a partir de la materia. La tragedia está en la materia misma.
-Sí, totalmente, es así. Esto tiene que ver con la idea de Mallarme de que la poesía está hecha con palabras, no con ideas. Y acá hay una referencia constante a la materia y también a la desintegración de la materia, no como una trascendencia idealizada, sino la desintegración como la naturaleza misma de la materia. Las referencias a lo que significa ver y observar el mundo también están tomadas de Telesio, lo mismo que las referencias a los cometas. Telesio tiene un libro sobre la observación de cometas y todo eso que tiene que ver con la materia lo intercalo con otras materialidades de otras épocas, de otras disciplinas como la cartografía, como la astrología. Eso va formando una especie de mapa, de tejido. Y seguimos hablando de materia, lo que es interesante
–¿Hablar de la materia es también hablar del dolor humano porque en la vida ya viene escrita la muerte?
-Claro, eso ya está en Tierra baldía de T.S. Eliot cuando dice “Abril es el mes más cruel” porque engendra vida y engendrar vida siempre es pensar en la muerte. No queda otra posibilidad.
–¿Por eso decís en Telesio que todo nacimiento es un fraude?
-Sí. Además, nadie pide nacer, por lo tanto es posible plantearse hasta qué punto puede existir una libertad plena. Uno empieza a morir apenas nace. En realidad, yo hago hincapié en lo que hay en el medio. En Bernat Metge pasa algo similar, termina con la muerte del personaje, pero es una muerte como estática porque sigue estando en esa construcción matérica que implica justamente la escritura del poema.
–¿De algún modo tiene que ver con Heráclito y su idea desestabilizadora de que no podemos bañarnos en el mismo río, lo que implica que no hay posibilidad de inmovilidad, de perduración?
-En Heráclito hay una sucesión infinita de instantes. El tema es que tiene que haber una continuidad, porque si son solo instantes, no hay degradación, sino una continua regeneración. En cambio, con la continuidad sí podemos dar cuenta de una degradación del cuerpo, de una degradación de la materia. Creo que las experiencias que aparecen en Telesio como degradación de la materia tienen que ver con un tono melancólico, con un tono nostálgico que es muy característico de los siglos XV y XVI.
-¿Cómo nació la idea de escribir este libro? ¿Fue una decisión o fue surgiendo naturalmente?
-Buscando en la computadora comprobé que tenía poemas sobre Telesio escritos hace diez años. Fue todo un proceso. Yo tardo mucho para escribir. Hace unos meses salió otro libro, Elis o teoría de la distancia que viene de otro lado, de un poema de Georg Trakl. Esto se dio porque tenía dos libros por la mitad, inconclusos, pero suelo tardar mucho entre un libro y otro. En pandemia, estando en casa, les pude dar resolución, apareció la posibilidad de publicarlos y salieron bastante juntos, pero son libros que me llevaron muchos años. Telesio nació de la lectura. Creo que uno de los fundamentos importante de la escritura tiene que ver con las influencias que uno tiene, desde Trakl, Eliot, Marcel Schwob y con esa especie de apócrifos de sus Vidas imaginarias. Soy fanático de Schwob y tengo todo lo que se te ocurra: catálogos de su biblioteca, catálogos de exposiciones que se han hecho en Francia sobre él. Schwob está en la posibilidad de jugar con la figura de Telesio en relación con otras cuestiones.
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo en las referencias a la pintura. En una pintura de Pietro Longhi, que es del siglo XVIII, se puede observar la posibilidad de representación de Telesio sentado en una grada con una máscara. También en la alusión a los rinocerontes. A mí me fascinan los rinocerontes.
–Los nombrás varias veces y una de las dedicatorias de tu libro es “A los rinocerontes de Stanilas Lepri”. Es un animal que deslumbró a Durero. ¿El rinoceronte es algo así como una fantasía de la materia?
-Los rinocerontes me encantan, mi muro de Facebook está lleno de ellos, tengo libros sobre la historia del rinoceronte en el arte. Lo que decís de la fantasía de la materia es muy interesante porque Durero, cuando hace su grabado del rinoceronte nunca había visto uno. Sólo lo conocía a través de descripciones. La creación de ese animal, entonces, está en el límite entre la realidad y la fantasía. Los siglos XVI y XVII intentan ser más científicos, pero todavía heredan elementos del conocimiento sobrenatural y creo que eso juega un papel importante dentro de las teorías del propio Telesio. No es que pienso en todo esto cuando escribo. Lo estoy pensando ahora que estoy hablando con vos. Las cosas salen y luego las retomo, las trabajo. Como te dije, me interesa la poesía de la imagen y por eso me gusta tanto Olga Orozco, porque es la gran poeta de la imagen.
–Sí, uno de sus poemas incluso, parece el título de un cuadro: Señora tomando sopa.
-Toda su obra es increíble. Leyendo sus propios poemas era una especie de sacerdotisa, algo impresionante. Otro gran poeta que me gusta muchísimo es Miguel Ángel Bustos. También Enrique Molina.
–Volviendo al tema de los rinocerontes, ¿por qué crees que te gustan tanto?
-No lo sé, me gustan desde que era chico. Me percaté de eso cuando una vez mi padre me regaló la imagen de un rinoceronte en madera y me dijo que yo siempre hablaba de rinocerontes. Yo no me había dado cuenta. Es algo interesante: se tuvo que hacer materia para que me diera cuenta de que gustaban. Es un animal de cuerpo, potente.
–Y también un poco inverosímil, como la jirafa.
-Totalmente, o como el pulpo que también es un animal rarísimo. El rinoceronte es una especie de animal con armadura. En Telesio aparecen referencias a la historia animal del siglo XVI, por ejemplo, Gessner.
–Aparecen en la Parte IX que se llama “Del manual de animales de madera”, que me pareció un título hermoso y un juego borgeano.
-En realidad vuelvo a la misma fuente, Schwob, y Borges se nutre de Schwob. Lo dice explícitamente no recuerdo si en un prólogo o en un posfacio de la reedición de Historia universal de la infamia.
–Creo que también hay algo borgeano en el asombro. La enciclopedia china, Emporio celestial de conocimientos benévolos, que menciona Borges muestra una clasificación de los animales que nos sume en el asombro al revelar el artificio de toda clasificación que uno cree que es “natural”.
-Es que vivimos en el artificio que nace precisamente en esa época del mismo modo que todas las clasificaciones que vinieron después, como la de Linneo. Todas ellas son artificios ante la desmesura del mundo natural.
-Las clasificaciones son un remedio contra el caos.
-Pero habría que preguntarse si el caos necesita un remedio.
–Es una buena pregunta, pero es que a fuerza de repetirlas las clasificaciones parecen que son parte de la realidad.
-Claro, lo mismo sucede con el lenguaje analítico de John Wilkins o con las teorías del lenguaje de Leibniz. De allí nacen ficciones y a mí toda esa veta me resulta muy interesante.
–Yo no sé si esto está en Telesio o está en vos, pero parece que su espíritu científico se vuelca a lo sensible, a lo que no entra dentro de las ciencias duras.
-En la época de Telesio recién comienzan a establecerse los límites entre ese pensamiento más duro que hoy conocemos como ciencia y un pensamiento más filosófico. Pero, además, tiene que ver con la forma en que vemos ese pensamiento desde el siglo XXI. El texto de Gessner es científico, pero hoy lo vemos desde el punto de vista artístico, como si fuera una obra plástica. Lo mismo pasa con los mapas antiguos, que me encantan. Fueron pensados con el fin de delimitar un territorio, un imperio… pero hoy lo vemos desde otra posición.
-Hoy en los mapas ya no figura el Paraíso y se acabaron las tierras incógnitas.
-Sí. Lamentablemente, el mito de Robinson Crusoe se vino abajo con Google Maps. «
Melancolía, la presencia de la ausencia
-En el recorrido de tus poemas se insinúa algo inquietante que es lo que no es o con lo que no está: la nada, la ausencia, la soledad.
-Sí, la ausencia tiene una presencia que tiene que ver con el tono melancólico y nostálgico que recorre el texto. También se puede pensar como una idea de pérdida que creo que es uno de los tópicos que están presentes desde el inicio de la escritura poética. Desde el comienzo de la historia de la poesía está la idea de la presencia de la ausencia como motor de la escritura. Creo que eso está jugando un papel importante en Telesio. La pregunta que me puedo formular a partir de tu comentario es qué lo que está ausente.
-¿Y qué es lo que está ausente?
-Lo que ya no está y es lo que tiene que ver con ese mapa hecho a mano, con esos juguetes de madera, con todos esos elementos que se han perdido. Allí está presente esa ausencia de carácter nostálgico.
–¿Qué remarcarías de Telesio. Brevissimo tratado sobre el asombro?
-Que, como decía Eliot, toda poesía nace de las voces de los muertos, toda poesía nace de una tradición, sea cual sea. Creo que esas tradiciones nos tienen que guiar en los modos de usar el lenguaje, los modos de pensar la palabra.