Hace unos días, el programa Brotes verdes, conducido por Alejandro Bercovich, mostraba un video escandaloso de 2016, en la que por entonces novia del por entonces ministro de Cultura Pablo Avelluto, Carolina Azzi, retiraba equipos del Centro de Investigación y Producción Audiovisual (CePIA). Para llevar a cabo esa acción no presentó otras credenciales que su relación sentimental con Avelluto.

Tiempo Argentino informó oportunamente sobre este video que forma parte del documental Los ñoquis cuya directora es María Laura Cali, también guionista junto con Franco Cruz. Ambos fueron echados del Ministerio, degradado luego a Secretaría, al que habían ingresado en 2009. Cali fue reincorporada, mientras que Cruz quedó afuera sin que mediara ninguna explicación de parte de las autoridades.

“En ese breve video –le dice Cali a Tiempo Argentino– lo que se muestra es cómo una persona que no había sido nombrada oficialmente, pero que todos sabíamos quién era, pone en jaque a los coordinadores de ese momento porque todavía no había nuevas autoridades. Esto sucedió el 5 de enero y el nuevo gobierno había asumido el 10 de diciembre. El 29 de diciembre ya había habido un par de despidos y ya todos estábamos afectados como equipo. El 5 de enero, sin previo aviso, viene Azzi con un flete y sin siquiera una nota. Llama la atención que un ministro de Cultura de la Nación se haya manejado como si estuviera trabajando en una empresa privada.”

La acción que quedó plasmada en el video es una muestra representativa de la devastación que llevaría a cabo el macrismo, devastación en la que, aunque sea por una vez, actúo “democráticamente”, es decir, devastó a todos los sectores por igual. Por supuesto, el área cultural no fue la excepción.

...
(Foto: Diego Martinez)

Mostradas en un programa televisivo de mucha audiencia, las imágenes generaron una reacción que los propios realizadores no esperaban. Pero el documental Los ñoquis del que el video forma parte, muestra, además, de qué forma se construyó y se fue consolidando la estigmatización de los trabajadores del Estado. Fue realizado con esfuerzo laburante, lenta y silenciosamente, como una forma de empecinada resistencia. Se estrenará el 1° de octubre, se proyectará en diversos lugares en distintas fechas y será un documento sobre cómo se aplicó sobre los trabajadores un plan sistemático para perseguirlos y denigrarlos con el objetivo de “achicar” el Estado que, según se dijo durante la última dictadura cívico-militar, es agrandar la Nación.

-¿Alguna vez había pasado algo similar a lo que muestra el video de la entonces novia de Avelluto?

María Laura Cali: -No hay antecedentes de un hecho como ese. Cuando comencé a trabajar en Cultura tuve que trasladar unos 50 tapes de un lugar a otro, es decir, llevarlos a lo que comenzaba a ser el CePia. Para hacerlo tuve que hacer firmar a mi director, al superior de mi director, hablar con la persona que tenía los tapes y decirle qué día iba a pasar a buscarlos. En la administración pública existe un protocolo para hacer ese tipo de cosas porque todo está registrado como parte de un patrimonio. Cada elemento tiene un número que no sólo indica que ese elemento forma parte del patrimonio, sino también dónde está. Para trasladar algo, desde una silla a un escritorio uno tiene que realizar cierto protocolo de firma, autorizaciones y demás. Ellos no lo hicieron, por lo que pusieron a los coordinadores en una situación de incomodidad absoluta. Lo único que alcanzaron a hacer es firmar el inventario de lo que se llevó la novia de Avelluto. ¿Cómo podía seguir trabajando toda el área técnica si no tenía equipos?

Franco Cruz: -El CePIA era un centro de investigación y producción audiovisual. Más allá del área técnica que era donde yo me desempeñaba, los productores y toda la gente que estaba allí trabajaba a partir de esos equipos que se llevaron. De pronto, dejamos de tener nuestras herramientas y no había fotógrafos. Nos quedamos allí viendo cómo se llevaban todo. Yo, que soy editor, me preguntaba y ahora qué hago, a qué vengo mañana, pasado mañana y los días siguientes.  

MLC:- Este vaciamiento fue el reflejo claro de lo que iba a suceder después no solo en Cultura, sino en Télam, en CONICET y en tantos otros lugares. Para mí ese hecho fue revelador y así lo mostramos en el documental. El discurso que bajaban de que éramos todos ñoquis fue fogoneado por los medios de comunicación. Aprovecharon algo que está enraizado en la sociedad para imponer una política económica y que nadie pueda proteger al empleado echado. El día de los despidos masivos nos reunimos espontáneamente en Alvear y Callao, en la puerta del Ministerio de Cultura, porque no sabíamos a dónde ir. De los balcones los vecinos nos tiraban hielo y huevos.

FC: -Creo que no es que aprovecharon algo que estaba enraizado, sino que crearon el imaginario de que todos éramos ñoquis. Eso fue parte de un plan, manipularon todo y de pronto nos estábamos peleando entre diferentes sectores de la sociedad. El documental reflexiona sobre eso, no es contra un gobierno en particular. Los trabajadores públicos, los trabajadores del Estado –yo ya no lo soy- están para servir al pueblo.

MLC:- Sí, somos los garantes de los derechos de los ciudadanos. A nadie le gusta que haya ñoquis, pero nosotros no lo éramos. Lo que hicieron fue una locura. La idea del documental es mostrar quiénes somos, cómo vivimos esa situación los que trabajamos en el Estado. Ojalá genere un debate acerca de qué sociedad queremos.

FC:- El gobierno vendió la idea de que había que capacitar a los trabajadores públicos, pero eso jamás ocurrió. Esas ideas sólo quedaron en discurso, no se aplicaron nunca. Por el contrario, precarizaron al trabajador público y profundizaron el estigma del trabajador ñoqui.

MLC: -Si pudieron hacer esto es porque ya había trabajadores precarizados.  Con la precarización se supone que el Estado se ahorra la carga social, el aguinaldo…Pero lo cierto es que no se ahorra tanto y esa es una gran reflexión que deberíamos hacer como país. El trabajador queda desprotegido. Esto es clarísimo, por eso están buscando la ley de flexibilización laboral. Aunque lo criticaron mucho de la gestión anterior siguen existiendo los CLO (Contratos de locación de obra). Desde el documental mostramos un micromundo que pone en evidencia una política macro. Es algo que no solo se da en la Argentina, sino también a nivel mundial. Lo hicimos con total sinceridad con gente que se fue sumando espontáneamente, nadie cobró un centavo. Por el contrario, hemos puesto dinero de nuestro bolsillo y hemos recibido también la ayuda de empresas para poder terminar la mezcla final. Si no fuera porque plantea un tema que es preciso hablar a nivel social y por todo lo que generó la proyección del video en la televisión, este sería un documental pequeñito y estaríamos pidiendo por favor que nos publiquen una gacetilla. Pero recibimos mensajes de Santiago del Estero, de la provincia de Buenos Aires, del Sur…Todos coinciden en que se han sentido reflejados en esos pocos minutos que se mostraron en el video.  No es casual que todo el equipo se haya ideo integrando con gente que sintió la estigmatización de ser ñoqui.

...
(Foto: Diego Martinez)

-¿Qué recuerdan como hecho muy doloroso en ese proceso de los despidos?

MLC:- La lectura de las listas que leía el sindicato de los que iba a ser reincorporados y los que no.

FC:- Era angustiante estar con un compañero que era mayor y al que no le iba a ser fácil conseguir otro trabajo. En la primera lista yo figuraba como reincorporado, pero la reincorporación no se produjo.

-¿Qué otras cosas hay en el documental?

FB: -Básicamente testimonios de los trabajadores y ex trabajadores, también participan teóricos especializados en diversos temas como la filósofa Esther Díaz, Claudio Lozano que es economista y Julio César Neffa que es economista y también doctor en Sociología del Trabajo. Creo que es importante destacar que participan también UPCN y ATE. Intentamos reflexionar y, a la vez, conciliar. Como sociedad necesitamos un cambio profundo de unidad y ojalá que este documental colabore un poco para lograrlo. Es necesario que reflexionemos y nos apoyemos unos a otros. Por eso, el documental, que dura 74 minutos, no es una crítica a un gobierno en particular. Habla de cómo debemos respetarnos como trabajadores.

MLC: -También hemos intentado relatar desde el humor que es muy sanador y siempre te salva. Por eso hay una serie de sketches y animaciones. Los sketches están basados en hechos reales que le conté a Néstor Montlalbano, gran amigo y gran director de cine, y fue él quien los escribió y los dirigió. Mucha gente se sumó al proyecto y eso para nosotros eso es invalorable.

FC:- Estuvimos un año y medio dedicándole mucho tiempo al proyecto, poniendo en él nuestras horas libres. Fue algo muy movilizador porque al hacerlo comprobamos que, a veces, nosotros mismos no habíamos tomado conciencia del sufrimiento de algunos compañeros. Eso nos llevó a unirnos más.

-¿María Laura, qué sucedió cuando tuviste que volver al trabajo luego de que se hizo público el video de la novia de Avelluto y te hiciste pública vos también?

MLC: -Fue fuertísimo. Hubo gente que me abrazó, otra que se sorprendió, recibí muchos mensajes de apoyo…Hubo reacciones de todo tipo. Por suerte estoy contenida por mi familia, mi hija, mis amigos. Luego pedí vacaciones y vuelvo al trabajo después del 11 de octubre y veré con qué me encuentro. Para mis compañeros, aquellos con los que tomamos mate y compartimos sufrimientos, fue muy impactante que se hiciera público el video. Nosotros teníamos un equipo de trabajo muy sólido. Cuando comencé a tener necesidad de contar lo que nos pasaba, no dudé en llamar a Franco porque había trabajado muchísimos con él y sé su de su gran capacidad profesional. Además, él quedó afuera y me interesaba esa mirada. Siempre que necesité algo tuve un sí. Por eso me siento agradecida. Una mujer me escribió desde la provincia de Buenos Aires donde había un programa sobre la mujer, la violencia y la niñez que también desguazaron. Había visto una nota que nos hicieron el fin de semana y me mandó un mensaje por Facebook. Decía que se había sentido identificada. Le pregunté en qué podíamos ayudarla. Me contestó: “No hay un número de los despedidos y necesito que alguna vez alguien me abrace”. Va ir al estreno y ojalá haya medios para que ella pueda contar esa historia. Con la proyección del video, Bercovich logró que se abriera una ventana para toda esa gente que se quedó sin su medio de trabajo y sin la convicción de que estaba brindando un servicio público, un beneficio para el ciudadano. Creo que el documental supera el problema del Ministerio de Cultura y la anécdota de Avelluto y muestra una forma de actuar que permitió establecer una política económica. Todo eso lo destaparon y mostraron trabajadores sin un centavo y eso es algo maravilloso.

-¿Saben dónde está los elementos que se llevaron?

FC: – Están en Prensa. Lo que no sabemos dónde está es el archivo con cientos de horas de contenidos.

-¿Es cierto que a los contenidos producidos durante el gobierno anterior los usan cambiándoles los créditos?

FC: -No los cambian, pero se los sacan. Directamente le eliminan la parte de créditos. Es un contenido muy bueno y, además, algo que nos pertenece a todos. Todos esos materiales se produjeron por concurso, pero ellos deciden qué hacer con materiales que nos les pertenecen.

MLC:-Eso es micropolítica. Desde nuestro pequeño espacio estamos reflejando lo que pasa en nuestro país. Es muy doloroso, pero estamos contentos.

-Claro, porque no bajaron los brazos.

MLC: Ni los vamos a bajar.

Los ñoquis se proyectará públicamente por primera vez el 1° de octubre, a las 19.30, en el Centro Cultural Padre Mujica, Piedras 720, CABA. El 8 de octubre a las 19, podrá verse en el Auditorio del Hotel Héctor Quagliaro, Moreno 2654, CABA.

Trailer