Todo buen lector de cómic sabe valorar cuando un equipo de héroes está conformado por personajes con características únicas y excepcionales. Pero también las historias cautivadoras, llenas de misterio y aventuras adrenalínicas. En especial si las mismas provienen del imaginario brillantemente oscuro del gran Alan Moore, quien amplió el panorama de la historieta con hitos de renombre como Watchmen, From Hell o una de las historias mas famosas y completas de Batman, The Killing Joke.
Todos estos elementos se condensan en la saga de The League of Extraordinary Gentlemen, cuyo tercer volumen se suma a los dos primeros, también publicados por Planeta Cómic. Se trata de una serie de novelas gráficas protagonizadas por emblemáticos personajes de la literatura victoriana, quienes integran un grupo dedicado a resguardar a la humanidad de los males que la acechan. El mismo esta integrado por figuras de la talla del Capitán Nemo, Dr. Jekyll y Mr. Hyde, el Hombre Invisible y Allan Quatermain. El gran atractivo de esta saga recae en cómo se adapta el concepto de equipo de superhéroes, al estilo de la Los Avengers, pero con personajes del siglo XIX.
En este nuevo libro, la Liga debe detener a una secta que quiere lograr la llegada del Anticristo a la Tierra, para crear así un apocalipsis y darle pie a un nuevo mundo. La historia combina secuencias de acción y momentos oscuros con otros de misterio, drama y una pizca de humor al más puro estilo Moore. Pero además presenta varios cambios de paradigma respecto a los dos volúmenes anteriores. Si bien la historia sigue abarcando una serie de problemas similares a aventuras pasadas, esta promete ser la más peligrosa y vertiginosa de todas, trayendo una gran variedad de personajes nuevos, tanto principales como secundarios.
Entre ellos se destaca el carismático Orlando, personaje que Moore rescata de la famosa novela de Virginia Woolf para sumarlo a los protagonistas. Como en aquel libro, Orlando es inmortal y tras períodos de tiempo indefinidos cambia de género involuntariamente, dándole un atractivo único entre el resto de los personajes. Su presencia resulta esencial para el desarrollo de la trama.
La nueva aventura de la Liga
La historia está dividida en tres capítulos, cada uno de los cuales se desarrolla en distintos momentos históricos: 1910, 1969 y 2009. Los mismos están representados como una versión de fantasía de cada época, como realidades imperfectas que se manifiestan a través de sutiles detalles distribuidos a lo largo de las viñetas. Esto implica un cambio radical en la estructura del relato, ofreciendo una bocanada de aire fresco a quienes hayan disfrutado de las entregas anteriores.
Siguiendo esta línea, las distintas épocas aparecerán bien marcadas a partir de su representación gráfica. El inicio de la historia transcurre en 1910 y el ilustrador Kevin O’Neill la retrata utilizando una paleta de colores apagada y oscura, digna del cine noir, haciendo uso una amplia gama de grises y azules con toques negros. La mayoría de estas viñetas se caracterizan por sus fondos mas bien planos, poniendo gran énfasis en los detalles de las vestimentas que ilustran muy bien el periodo histórico. Esta primera etapa de la obra funciona como introducción al gran problema que los protagonistas van a enfrentar en los siguientes dos capítulos.
En el episodio de 1969 se desarrolla el nudo argumental de la trama. Ahí aparecerán muy bien representadas características de esa década, ya sea a través de la ropa que usan los protagonistas, sus modismos a la hora de hablar o los distintos movimientos culturales que aparecen citados. Todos estos elementos ayudan a crear un contexto histórico adecuado.
Lo mismo puede decirse de la paleta utilizada, de colores muy vivos, psicodélicos, que refleja muy bien la estética del momento y genera un cambio drástico no solo en relación al primer capítulo de este libro, si no a los dos tomos anteriores. O’Neill vuelve a realizar un trabajo excepcional, siendo capaz de captar la atención de los lectores en cada cuadro, creando fondos detallados, extravagantes y luminosos, propios del final de la década de 1960.
En el último tramo, la historia se traslada al año 2009. Este capítulo puede ser visto como una amalgama estética de los dos anteriores, combinando el detallismo de 1969 con los colores mas bien apagados y tristes de 1910. Estos recursos consiguen evocar el duro momento que ahí transita la Liga.
El tercer volumen de The League of Extraordinary Gentlemen confirma que se trata de uno de los grandes clásicos del siglo XXI. Una obra visualmente impactante y rica narrativamente, con cambios abruptos de todo tipo y un final que deja con ganas de más… hasta la publicación del cuarto volumen de la saga.