Podría decirse que “Pedidos Ya”, la nueva película del director de cine español Gonzalo García Pelayo, es una versión contemporánea y porteña de Romeo y Julieta.
Fede (Farid Herrera), un joven humilde que trabaja como repartidor en Pedidos Ya tiene que entregar un pedido en Belgrano. Ahí conoce a Josefina (Gianella del Turco), la chica de sus sueños. Ella vive en una casa enorme; él, en una habitación compartida; ella viste elegante, él usa ropa deportiva; ella estudia en la facultad, él trabaja.
Pero lo cierto es que la película es más que eso. Basta con ver los dos minutos que dura el tráiler para darse cuenta de que también es la historia cotidiana de la ciudad de Buenos Aires, con sus calles empedradas, el tránsito desmesurado, la gente despierta o malhumorada, los peligros, la picardía porteña, la amistad y, sobre todo, la precarización laboral, la lucha por sobrevivir y las dificultades para escapar del círculo de explotación.
“Un día estaba paseando por la calle Tacuarí, en San Telmo, y vi en la puerta de un local a un grupo de chicos que estaban sentados en la base de Pedidos Ya. Gente joven, charlando, serios, riendo, divirtiéndose. Vi que ahí había un tema para trabajar”, dice García Pelayo a Tiempo.
Esa escena se repite en la película: los chicos se juntan en la esquina del bar de un gallego (Javier García Pelayo), charlan, boludean, fuman faso. Lo que los mueve es hacer guita, rappear, el sexo, el fútbol, la banda de amigos. Los diálogos parecen suceder en vivo, con una naturalidad extrema, como si no hubiera nadie filmando, como si la calle y el barrio transcurrieran frente a nosotros, sin mediaciones. “La parte documental que me gusta”, dice.
“No necesito que las películas que filmo sean las películas de mi vida –afirma Garcia Pelayo-, sino que hablen de temas cercanos, que valga la pena comunicar. En este caso, quise ir hacia lo urbano. Me había gustado mucho “Cambio Cambio”, de Lautaro Candela, así que le ofrecí participar en la asistencia de dirección porque él tiene experiencia filmando el mundo barrial, la ciudad”.
“De todas maneras, más allá de los temas que trata la película, la intención primera es buscar que no haya impostación, que haya naturalidad y vitalidad, que corra la vida delante de la cámara. Eso es así en todas mis películas. Incluso por eso este largometraje se llama exactamente igual que la marca argentina. Es como ver la realidad. Además, el “ya” sugiere vitalidad, es el momento, el ahora”, dice García Pelayo.
García Pelayo, una actitud de vida
El film está actualmente disponible para ver de manera gratuita en la plataforma de García Pelayo. No se exhibirá en salas de cine ni se presentará en festivales. García Pelayo no cuenta siquiera con agente de prensa porque prefiere la difusión del boca en boca. “Que fluya natural, como los diálogos de mis películas”, dice. Su historia es para otra película.
García Pelayo se hizo famoso en los 90 por inventar un método para ganar la ruleta de forma legal. “Es un cálculo de probabilidades”, dice. “Algunas ruletas tienen imperfecciones en su fabricación”, agrega.
Las estudiaba durante semanas, sacaba estadísticas, apostaba, ganaba. “El Robin Hood de los casinos”, llegaron a decirle. Con él la banca siempre perdía. Hay casinos que hoy en día no lo dejan ni entrar. Ahora, a los 77 años, García Pelayo divide su vida entre las criptomonedas y el cine. Dejó de intentar ganar plata con las películas. “Es una pérdida de tiempo, prefiero dedicar esa energía a hacer plata para poder filmar”, dice.
Experto en trucos, García Pelayo se propuso grabar 10 películas al año y lo viene logrando. “La primera serie la hice sobre sitios que me habían gustado, sitios en los que había estado recientemente, más que nada de España y Portugal. La segunda serie, que es sobre Argentina, la hice fundamentalmente con actores que habían trabajado con Lucía Seles, que es uno de los talentos más deslumbrantes del cine actual y sus actores son formidables.
En esta tercera serie, que comienza con la película ‘Pedidos Ya’, busco una mezcla entre las dos series anteriores”, explica y revela su método: “El sistema para filmar tanto es confiar en tu equipo. Yo no voy a montar la película, porque ya estoy pensando en la próxima. Hay directores que piensan que el montaje es lo más importante. En mi caso, el montaje lo hace el equipo. Siempre tengo un co-director y gente que está acostumbrada a filmar que trabaja en mis películas. A mí me hace ilusión empezar la siguiente”, dice. El 21 de noviembre se estrena la próxima, Felicidad suplente. Más rápido que repartidor de Pedidos Ya.