¿Por qué publicar un libro que rescata el pensamiento nacional en este contexto?
Escribir sobre el pensamiento nacional tiene como objetivo primario dar visibilidad a autores emblemáticos, como es el caso de Hernández Arregui, Jauretche, Scalabrini Ortiz, entre otros. Y que el público joven tenga acceso a ellos. Como segunda idea fuerza está la comparación política entre la actualidad y los períodos de la Década Infame hasta el surgimiento de Perón, y desde el golpe de Estado de 1955 en adelante. Y como objetivo final es comparar los años de gobiernos liberales con el actual gobierno y entender que, si el plan de Raúl Prebisch de la Libertadora (golpe del 55) que tuvo un final infeliz, este plan de Alfonso Prat-Gay que es igual a aquel tendrá un mismo final.
¿Qué tienen para decir hoy esos autores que revisita en su libro?
Lamentablemente, estamos en tiempos de pérdida de derechos, retrocedimos al preperonismo y con ello todo lo que conlleva. En una palabra, es indispensable tener en claro que luego de este gobierno habrá que empezar todo de nuevo. Este libro es una expresión contracultural, que continúa con el siguiente trabajo Fallidos liberales, relatos nacionales que saldrá a por estos días. Sin dudas es una aventura hablar del pensamiento nacional en tiempos de Pokémon Go y de Mannequin Challenge. Dar testimonio siempre constituye un objetivo. En mi libro Los simuladores, que publiqué en junio de 2003 anticipé cómo sería el gobierno de Kirchner. En Relatos del pensamiento nacional escribí un año antes de que asumiera Macri cómo sería su gobierno. En Fallidos liberales contaré el final de Cambiemos.
¿Por qué dedica el libro al periodista Claudio Díaz?, ¿es un manera de recuperar su legado profesional?
Claudio fue un importante periodista del pensamiento nacional, quizás no con el justo reconocimiento. Para mí fue un amigo y un vecino, también un eje para poder seguir explicando a los más jóvenes la idea de un pensamiento que no tiene que ver con la colonización pedagógica, ni con el pensamiento liberal y menos aun ser funcional a la superestructura cultural. «