“El fado y el tango tienen en común la melancolía”, dice Bernardo Couto. Esta música popular de Portugal declarada por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2011, será celebrada en la 13ª edición del Festival “El Fado y la guitarra portuguesa” que se llevará a cabo el viernes 17 de noviembre en el Centro Cultural Kirchner con entrada libre y gratuita.
Este evento internacional busca promover esta manifestación artística y, por consiguiente, la lengua y la cultura portuguesas en 17 ciudades de 13 países de Europa, Asia, África y Latinoamérica, con artistas de primer orden, conferencias, películas y exposiciones representativas del género.
Esta nueva edición permitirá ver en vivo a cantantes fadistas de la talla de Cristina Branco, embajadora de la cultura portuguesa en el mundo, Cuca Roseta, otra de las voces aclamadas del género y al eximio guitarrista Bernardo Couto, quien también brindará un workshop sobre el instrumento y su técnica. Además, se proyectará un documental sobre la historia de la guitarra portuguesa.
En diálogo con Tiempo, Couto habla de los orígenes y particularidades de este género identificado de manera ineludible con la cultura y la tradición de su país.
-¿Cuál es el origen del fado y qué influencias ha recibido a lo largo del tiempo?
-Es difícil determinar su origen y cuáles fueron las influencias que tuvo. Lo que podemos intuir desde nuestra mirada actual es que tiene un fuerte componente de la música rural portuguesa. También se pueden encontrar algunos elementos que provienen de la música popular de Brasil y de la del norte de África, especialmente de la tradición sonora árabe. O sea que nos encontramos ante un género que tiene diversas influencias posibles que le confieren características específicas y únicas.
-¿El sonido de la guitarra portuguesa se podría emparentar en cierto modo con la sonoridad del oud (laúd árabe)?
– El instrumento no tiene que ver con el oud. En estos momentos hay varios estudios de la rama de la musicología que nos permiten saber que el instrumento que tiene características más cercanas a la de la guitarra portuguesa es una cítara europea (o cistro) que se fue transformando desde el siglo XVI, cuando aparece en nuestro país. Este instrumento tiene algunas características similares como la afinación y el modo de utilizar la mano derecha en la ejecución del instrumento. En términos de sonoridad a mucha gente la guitarra portuguesa la remite a la del oud porque se parece a la de la música del norte de África, pero creo que en realidad tiene más vínculos con la música centroeuropea.
-¿Qué particularidades tiene el instrumento?
–La guitarra portuguesa tiene un encordado de doce cuerdas metálicas dispuestas por pares, cuyas tres primeras parejas, empezando por la más fina y aguda, comparten afinación y con las tres siguientes parejas afinadas con una octava de diferencia. Es decir que las tres más agudas son duplicadas, en tanto que las tres más graves tienen una octava más grave, lo que le da al instrumento una amplitud sonora muy poderosa. Por eso es que el rango sonoro es tan amplio y tiene tanta presencia a pesar de las dimensiones tan pequeñas que tiene el instrumento en relación con una guitarra clásica. Esto permite generar un campo armónico amplio para el acompañamiento de un cantante. Es como si fuera una pequeña orquesta.
-A diferencia de la guitarra clásica, la guitarra portuguesa tiene una técnica diferente para su ejecución, sobre todo en cuanto a la mano derecha.
-Es así, se trata de una técnica muy especial y no conozco muchos instrumentos de cuerda que se toquen de esta manera. Se utilizan solo dos dedos de la mano derecha: el pulgar y el índice que, en este caso, utiliza un plexo o púa que está acoplado a la uña natural. El índice pulsa las cuerdas agudas hacia arriba y hacia abajo y el pulgar lo hace con un único movimiento hacia abajo.
-¿Qué es lo que esperás de las presentaciones en este festival en el CCK?
-Recuerdo que hace un par de años hicimos un concierto en ese maravilloso lugar con un cantante portugués llamado António Sambujo. Fue una presentación muy emocionante y tengo un gran recuerdo de cómo nos recibió el público y de la calidad de la sala en la que nos presentamos. En esta oportunidad voy a acompañar a Cristina Branco, con quien actúo desde hace 20 años. Hace poco publicamos un nuevo disco en el que retornamos a un fado con características más tradicionales. Tocaré también con mis compañeros de la banda Sul, Bernardo Moreira en contrabajo y Luís Figueiredo en piano, con los que hacemos un repertorio de música instrumental portuguesa. También va a cantar Cuca Roseta, lo que mostrará dos estilos distintos para encarar el género.
-¿Por qué pensás que al fado se lo asocia con sentimientos de melancolía y nostalgia como ocurre también en el tango?
-Esa característica es un punto esencial y es lo que tienen en común el fado y el tango. ¡Si Roberto Goyeneche hubiera nacido en Portugal sin dudas que sería un fadista! Es curiosa esta relación y no es casual que yo suela tocar con un bandoneonista argentino llamado Martín Sued. Él siempre me habla de las cosas que tienen en común el fado y el tango. En definitiva son dos músicas de origen portuario. Y el puerto está cargado de una atmósfera de melancolía y nostalgia. Tal vez por esto es que hace vibrar a las personas de manera muy parecida. En los portugueses este tipo de sentimiento está muy presente y forma parte de nuestra cultura tanto en la música como en la literatura y en todas las artes. También tiene que ver la relación con el mar, y con las características arquitectónicas de Lisboa y de los pequeños pueblos, de sus calles. Estos panoramas visuales y sonoros se traducen en una sensación de melancolía y nostalgia que es la base del sentimiento de los portugueses. Y el fado es una expresión de ese sentimiento.
-¿Qué tipo de música hacen en el dúo que tenés con Sued?
-Cuando conocí a Martín empezamos a tocar y logramos una simbiosis increíble. Tocamos tango, fado y composiciones propias. Y lo hacemos desde una combinación que es original, debido a la sonoridad de estos dos instrumentos, el bandoneón y la guitarra portuguesa, que geográficamente están separados por un océano, pero que combinados hacen surgir una música muy atrayente.
-¿En el fado existe algún movimiento de renovación como existe, por ejemplo, en el tango?
–Siempre fui un admirador de Ástor Piazzolla y creo que el fado no ha tenido todavía un renovador como él. No surgió nadie que haya provocado una perspectiva de renovación dentro del género. Es una música que tiene una base musical y armónica de una gran simpleza, como ocurre con toda la música de origen popular. Es un género que es interpretado por personas que tienen otras preocupaciones en la vida y que no pueden dedicarse a la especialización o a la experimentación con un instrumento. Su gran riqueza se basa en la melodía y en la manera de interpretar esa melodía. Por eso es que es muy difícil presentar nuevas perspectivas partiendo de esas bases. Todas las tentativas que hubo no fueron fructíferas. Y en este punto me interesa rescatar lo de Piazzolla, porque su aporte a la música de Buenos Aires fue realmente renovador y único. En el fado esto no sucedió, no sé si va a suceder y tampoco sé si es necesario que suceda. Porque cuando interpretas el fado de la manera más sencilla, es cuando más transmite.
Programación del Festival “El Fado y la guitarra portuguesa”
14.30. Proyección de Cine. Documental : “Guitarras à Portuguesa”- Auditorio 511. Documental de 90 minutos dirigido por Ivan Dias donde luthiers de guitarras, autores y guitarristas revelan sus diferentes caminos en el Fado.
16.30. Workshop Bernardo Couto en el Salón de Honor. Conferencia sobre orígenes, historia y técnicas de la guitarra portuguesa.
17,Concierto de Bernardo Coutoen el Salón de Honor
19.Concierto Cuca Roseta
21.Concierto Cristina Branco