El 30 de noviembre de 2016 el premio Cervantes recayó sobre el español Eduardo Mendoza y si hay algo es posible remarcar sobre este autor es que, además de ser un gran escritor tiene un sentido del humor inusual, un rasgo que rara vez se considera premiable, porque suele confundirse con la banalidad.
Afortunadamente Mendoza es un escritor en serio que puede darse el lujo de no ser serio cuando se le antoja. Basta con citar libros como La cripta embrujada o El laberinto de las aceitunas. Ha estado por lo menos una vez en Buenos Aires, lo que permitió apreciar que además de tener humor en sus libros, también lo tiene en la vida.
Según lo informó la agencia Efe, Mendoza recibirá el máximo galardón de las letras en español el jueves 20 de abril en Madrid, en la Universidad de Alcalá de Henares. El premio, que se entrega tradicionalmente en una ceremonia que presiden los reyes de España el 23 de abril, en coincidencia con el Día Internacional del Libro, nunca se ha entregado en domingo, y por eso este año se adelanta al jueves 20.
El Premio Cervantes, que se comenzó a entregar en 1976, es considerado el Nobel de las letras en castellano y consiste en 125.000 euros (133.000 dólares).