“Creo que no hubo nadie en la historia de la humanidad, aparte de Jesucristo hombre, capaz de poner al mismo tiempo a tanta gente en un estado de emoción y de aflicción”, dice Kusturica refiriéndose a Diego. También asegura que no volverá a haber alguien con su magia para la gambeta y con su sensibilidad social, con su talento futbolístico y sus grandes contradicciones personales: “Él no jugaba al fútbol, el bailaba”.
Sentado en un sillón, el realizador cinematográfico habla pausadamente a la cámara. Su actitud corporal y sus palabras denotan una gran tristeza por la pérdida no sólo de un gran futbolista, sino de alguien que había calado hondo en su afecto y con quien mantuvo una relación entrañable. Un documento imperdible que vuelve a ratificar el enorme espacio que ocupó y seguirá ocupando el Diego no solo en su país natal, sino en el mundo entero. Tiempo Argentino le agradece a los organizadores de Basado en Hechos Reales la posibilidad de difundirlo desde su diario web.