Hadir Matar, de 24 años, residente en New Jersey, detenido por el cruento ataque a Salman Rushdie, hizo declaraciones a la prensa por primera vez luego del suceso que tuvo lugar unos días atrás. Rushdie, el autor de origen indio y nacionalidad británica, fue atacado a puñaladas en Nueva York mientras daba una conferencia.
Desde 1989, año en que publicó Los versos satánicos, vivió tratando de evitar que lo mataran luego de que el ayatolá Jomeini emitiera un decreto en el que pedía su muerte por considerar que ese libro constituía una blasfemia contra el Islam. Más tarde, Irán tomó distancia de esa amenaza, pero una fundación religiosa de ese país ofreció una suma millonaria por su muerte.
Ayer, mientras el escritor permanece internado reponiéndose lentamente del atentado, el presunto agresor, en una entrevista con el The New York Post aseguró no tener relación alguna con la Guardia Revolucionaria de Irán y haber actuado por voluntad propia porque siente desprecio por Rushdie por haber ofendido al Islam en Los versos satánicos, libro del que dijo haber leído solo dos páginas. «No me gusta la persona, no creo que sea muy buena persona, es alguien que atacó al Islam, atacó sus creencias», dice en el video que el medio de prensa realizó en la cárcel en la que está detenido. Esa habría sido la razón por la que le infligió «tres puñaladas en el cuello, cuatro en el estómago, heridas punzantes en el ojo derecho y el pecho, además de una laceración en su muslo derecho», según palabras de Jason Schmidt, fiscal de distrito del condado de Chautauqua, localidad donde sufrió la agresión. Como consecuencia del ataque, de acuerdo con Schmidt, el escritor podría perder un ojo.
«Cuando escuché que sobrevivió, me sorprendió», agregó el sospechoso, que reivindicó a Jomeini. A principios de este año, declaró, se había enterado a través de un tuit de que Rushdie daría una conferencia en la Institución Chautauqua, que un día antes de la conferencia había tomado un autobús a la ciudad de Buffalo, en el norte del estado de Nueva York, y que se dirigió a Chautauqua en un vehículo de Lyft, un servicio de traslado por aplicación: «Anduve por ahí haciendo tiempo. No hice nada en particular, solo caminé», dijo.
El sábado anterior a sus declaraciones ante la prensa había comparecido ante una corte y se declaró no culpable de los cargos de intento de homicidio y ataque con arma blanca, pero quedó detenido sin derecho a fianza. El viernes próximo deberá comparecer ante otro tribunal.
Desde la publicación de Los versos satánicos, Rushdie, que nació en el seno de una familia musulmana, no logró vivir en paz. La residencia en ningún país pudo asegurarle que la amenaza de muerte que pesaba sobre él no fuera cumplida.
Por mucho tiempo dejó de hacer apariciones públicas y vivió desde entonces una vida de persecuciones. La amenaza se extendió también a sus editores y traductores. En el mes de julio de 1991 fue asesinado el traductor al japonés de la obra que se consideró blasfema.
El ataque que recibió recientemente se produjo cuando se encontraba en un estrado disertando sobre literatura y un integrante del público se levantó de su asiento, se abalanzó sobre el escritor y le asestó varias heridas de arma blanca. Cuando el agresor pudo ser inmovilizado, Rushdie ya se encontraba grave. Internado de inmediato, necesitó durante algunos días asistencia mecánica para respirar.