Mucho más que el cardinal pulmón verde, que el territorio desangrado por el extractivismo, que la foto aérea verdosa y despoblada. La selva es un archivo, un monumento, una ruina. Esas son las semillas que planta Paulo Tavares en su nuevo libro, La naturaleza política de la selva. Escritos sobre arquitectura, ecología y derechos no-humanos. Imagen radicalmente disruptiva, activista y política de la Amazonia. Contra el legado colonialista y el capitalismo extractivista, una mirada renovadora que crece desde el pie. La descolonización de la mirada.
Tavares nació y creció en el vecino Brasil. Se gana la vida como arquitecto, escritor y docente. Sus inquietudes tienden puentes entre la arquitectura, las culturas visuales y la defensa de los Derechos humanos. Es autor de varios libros que cuestionan los legados coloniales de la modernidad, entre ellos Des-Habitat (2019), Lucio Costa era Racista? (2022) y Derechos No-Humanos (2022). El autor enseña en Columbia GSAPP y en la Universidad de Brasilia, y además dirige la Agencia de Defensa Espacial Autónoma. Obtuvo el León de Oro en la Bienal de Arquitectura de Venecia en 2023, junto a Gabriela de Matos, por su exposición Terra. Mismo año en que fue seleccionado por ArchDaily como una de las Mejores Prácticas de Arquitectura.
La naturaleza política de la selva fue publicado recientemente en estas pampas por Caja Negra Editora, en su colección Futuros Próximos. La obra está engordada por diez sólidos ensayos y dos entrevistas. Los desafíos que presenta la Amazonía para repensar la investigación en arquitectura es el combustible de un libro que va mucho más allá en sus reflexiones. De alguna manera, Tavares propone en sus textos una nueva sensibilidad material y una renovadora imaginación para pensar los paisajes precolombinos y amazónicos. La naturaleza en su dimensión política, dialogando con la historia silenciada: los borramientos de las culturas nativas, la depredación extractivista y la crisis ecológica del presente. Un estudio materialista de la naturaleza poscolonial.
La ensayista Graciela Speranza dice que Tavares hace “arqueología de una violencia” sobre la Amazonia y más allá. No se equivoca: en su libro, el investigador brasileño nos revela historias borrada, silenciadas, masacradas de las selvas. La historia del pueblo xavante en los bosques brasileños o de los Ixil en Guatemala. El rol genocida del Estado, el avance sobre los territorios originarios, el borramiento de la cultura de los nativos. Escribe Tavares sin aires: “Las interpretaciones cartográficas estándar presentan los bosques de la Amazonia como ambientes no intervenidos (por el hombre). En un amplio abanico de campos –etnografía, biología, arqueología, geografía–, así como en la cultura occidental en general, existe la constante suposición de que las sociedades indígenas no ejercieron ninguna influencia sobre la composición de las especies y la biodiversidad de la Amazonia”.
Tratado de arquitectura, ensayo urbanista de la jungla, manual de supervivencia y resistencia de los pueblos amazónicos. Mirar la selva y por momentos dejar de ver sólo el bosque frondoso y los árboles ancestrales. Tavares nos descubre un espacio saturado de humanidad, de diseño y simbolismo, un medio de comunicación, un archivo que deja ver la violencia del Estado, del colonialismo, del extractivismo. Un libro de la selva.