El Ciudadano tiene muchas vidas pero una misma identidad, la que le dan sus trabajadores y trabajadoras, que durante este mes celebran los veinte años de la fundación del diario. El Ciudadano es un símbolo entre las publicaciones de Rosario, una empresa recuperada hace dos años, convertida en cooperativa desde que la patronal que lo editaba decidió irse de la ciudad y cerrar las puertas. Esa es su nueva vida, la actual, la autogestionada, celebrada el lunes por periodistas, lectores, funcionarios municipales y provinciales, dirigentes del fútbol y legisladores de distintos espacios políticos.
Por eso el suplemento que acaba de publicar El Ciudadano, impreso pero también interactivo, se llama De Octubre a Octubre. Porque fue en octubre de 1998 que se fundó el diario, pero fue en octubre de 2016 cuando se conformó en cooperativa, el último renacimiento de una publicación dedicada a contar la vida rosarina, la política, su ciudad, su cultura, sus habitantes, sus mitos, su fútbol. En el medio, desfilaron empresarios y el diario quedó atravesado por las luchas sindicales. De Orlando Vignatti a Eduardo López, de Eduardo López a Cristobal López, con quiebras en el medio y hasta una fusión con La Capital, su competir en el mercado rosarino. Hoy lo hacen sus trabajadores.
“El 28 de octubre de 2016 fue una fecha emblemática porque la empresa, que contenía 85 trabajadores, decidió cerrar las puertas. A partir de allí comenzó un profundo y encarnizado debate sobre cuál sería nuestro futuro. Definimos que el camino era el del trabajo autogestionado”, contó Juan Pablo Sarkissian, presidente de la cooperativa La Cigarra.
“La línea editorial en estos veinte años del diario El Ciudadano ha estado muy cercana a lo que pensamos los trabajadores. Hemos tenido peleas sindicales muy duras, hemos pasado por violaciones a los derechos de los trabajadores, y tal vez por eso los empresarios han tolerado que nosotros incidiéramos en esa línea editorial. Y no es casualidad que hoy a las comunidades a las que nos dirigimos sea prácticamente las mismas a las que hemos estado citando en los últimos 20 años. Son las que tienen que ver con los conflictos sociales, los conflictos laborales, las problemáticas de las pequeñas y medianas empresas, la ampliación de derechos, el género, la diversidad, las minorías”, agregó Daniel Schreiner, director del diario.
“El Ciudadano representa a esta ciudad, fue tan importante estos 20 años para potenciar esa diversidad de miradas y tan importante cuando parecía que no había futuro construir esta cooperativa. La verdad que fue un sueño que concretaron y del que todos nos sentimos parte porque, cada uno desde su lugar, se siente parte de esa lucha permanente de la cooperativa”, dijo Mónica Fein, intendenta de Rosario, en el brindis que se realizó el lunes en el salón de un hotel de la ciudad.
En el festejo, conducido por Silvina Tamous, jefa de redacción del diario, también estuvieron Antonio Bonfatti, jefe de la Cámara de Diputados de Santa Fe, miembros del Ministerio Público de la Acusación, los concejales rosarinos Enrique Estévez, Fernanda Gigliani, María Eugenia Schmuck, Roberto Sukerman, Pablo Javkin, y Eduardo Toniolli, además de Claudio Demarchi, uno de los fundadores del diario hace veinte años. Edgardo Carmona, secretario general del Sindicato de Prensa de Rosario, que recordó distintas etapas de luchas gremiales en el diario. “El Ciudadano logró llegar a los 20 años por su mística, por su coraje, por evitar varios intentos de cierre”, contó Carmona.
Y es que si hoy el diario está celebrando, lo hace por esas luchas, como otros medios que han encontrado la salida autogestiva a la huida de las empresas, y demuestran que se puede hacer periodismo de calidad sin patrones. Eso es lo que festeja El Ciudadano.