En el escenario de la sala del Centro Cultural de la Cooperación que fue bautizada con el nombre de Inda Ledesma, parecían resonar los ecos de voces de cientos de actores y actrices que durante años se dedicaron al teatro independiente. “¿Independiente de qué?” preguntó el director teatral Raúl Serrano, al final del acto, cuando le tocó hablar precedido por Luisa Kuliok y Alejandra Darín. Y él mismo contestó: “Independiente de los patrones y del dinero”. Y agregó: “Lo que Leónidas Barletta nos deja como principal enseñanza no es una estética, no es una idea abstracta, sino una profunda reflexión sobre la contradicción que existe entre el negocio y el arte”. También recordó de qué modo, cuando luego de la muerte de Barletta, el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos compró el teatro para que el espíritu del proyecto no se perdiera, participó de la formación del grupo Carlos Somigliana, que se encargó inicialmente de la programación. Se llamó entonces, porque por una cuestión legal no podía llevar el mismo nombre, El teatro de la campana. Hoy, con un criterio más abarcador es rebautizado como Espacio Experimental Leónidas Barletta.
Raúl Serrano, Tito Cossa, Alejandra Boero, Tato Pavlovsky, Cristina Banegas, Ricardo Bartís, Lorenzo Quinteros, Leonor Manso, Alejandro Zanetti, Adelmar Bianchi, Ricardo Talento y tantos otros compañeros y compañeras, muchos de los cuales siguen estando con nosotros, mientras otros ya han partido, enumeró el conductor del acto, el director y actor Manuel Santos Iñurrieta, miembro del Centro Cultural de la Cooperación (CCC) como homenaje a las figuras tutelares de la escena nacional, en un clima signado por la emoción.
En la sala se encontraban, entre muchas otras personalidades del arte, la cultura y la política, el Diputado Nacional Carlos Heller, Taty Almeida, Lucrecia Cardoso, Claudio Gallardou, Ana Yovino, Yessica Schultz, Enrique Dacal, Raúl Risso, Mariano Dossena, Nora Lafón, Raúl Risso yOscar Barney Fynn.
“Podemos decir –agregó Iñurrieta- que hemos sido consecuentes con lo que nos propusimos: hacer un teatro independiente, un teatro de arte, comprometido con la vida, un teatro de resistencia, de lucha, transformador y revolucionario. Poder decir esto que estoy diciendo acá, en este escenario, con lo que representa para el teatro y para la cultura nacional, es realmente conmovedor porque da cuenta del camino correcto y reafirma que somos continuidad de ese ideario nacido en 1930, de esta forma de pensar, sentir y hacer el teatro, el arte y la vida.”
Con la proyección de un fragmento de la película documental Leónidas del director Miguel Colombo se dio comienzo a la ceremonia de reinauguración. En él confluyen los testimonios de su hermana María Angélica, que da un panorama de cómo era el fundador del Teatro del Pueblo a nivel familiar, y otros que definen su perfil de luchador, hombre de teatro, escritor y periodista fundador del periódico Propósitos, monaguillo de la Iglesia del Pilar, trabajador portuario, boxeador, “militante romántico de la izquierda de la década del 30, 40 y 50, alguien que creyó en el buen trato y en la razón como motores imprescindibles de la convivencia social. Su lema era aquella frase de Goethe, `avanzar sin prisa, pero sin pausa como la estrella`.
“Él fue, básicamente, un antifascista genético”, “el impulsor del teatro independiente argentino, un fenómeno cultural único que nacin en 1930, dos meses después del golpe de Estado de Uriburu”, lo define Tito Cossa en el documental.
Por su parte, Mauricio Kartun, que acostumbra a estrenar sus obras en el Teatro del Pueblo, dice en la película que Barletta fue alguien “que vino a patear el hormiguero, alguien que viene a traer un teatro político hecho con rigor pero, además, con una gran creatividad en las ideas cuando la creatividad siempre se da en las formas y las ideas son siempre más o menos las mismas.”
Antoaneta Madjarova, codirectora adjunta de los Departamentos de Arte del CCC, fue la primera de las autoridades de la institución que tomó la palabra. “Siguiendo la tradición y el legado que nos legó Leónidas Barletta, fundador del Teatro del Pueblo considerado el primer teatro independiente de Argentina –dijo-, nos proponemos desarrollar en este espacio una amplia actividad experimental, clínicas y observatorios de modo similar a lo que el propio Barletta propuso en su estatuto diciendo: `experimentar`, fomentar y difundir el buen teatro, clásico y moderno, antiguo y contemporáneo y, con preferencia, que se produzca en el país, al fin de devolverle este arte al pueblo en su máxima potencia, purificándolo y renovándolo, fomentar y difundir las artes en general, asumiendo la defensa de la cultura.`” Y añadió: “Apostamos a un espacio experimental que transforme los trabajos de laboratorio, talleres y clínicas en obras artísticas, investigaciones y libros, un ámbito que el movimiento cooperativo pone a disposición para cobijar nuevas propuestas, tanto de las disciplinas artísticas como de las ciencias sociales.”
Juan Carlos Junio, director general del CCC, señaló que el teatro fue puesto en valor respetando su estructura original. “Pocas cosas pueden causarle más alegría a quienes militamos en la cultura –afirmó- que reinaugurar un teatro y, mucho más, en momentos tan difíciles como el que está atravesando el mundo y nuestro país, no solo por la pandemia, sino por la crisis civilizatoria, por la crisis de los valores, por la cultura, por el sentido común que luego se expresa también en la disputa por el poder político, de forma tal que desde la cultura nos pueden derrotar y desde la cultura también podemos luchar para triunfar, convencer por los valores del progreso, por los valores del humanismo, por los valores solidarios.” “Aquí- añadió refiriéndose al Teatro del Pueblo-, se estrenó Olivari, se estrenó Tuñón, Roberto Arlt, Eugene O`Neill, en fin, toda una visión de la cultura nacional y la cultura universal. Para lograr eso Barletta tuvo que atravesar los avatares políticos de los ciclos oscurantistas de nuestro país y entonces se transformó en un gran luchador cultural y político, esa síntesis que es tan difícil, porque desde el poder en todas las épocas trata de escindir una cosa de la otra.”
El ministro de Cultura Tristán Bauer señaló que el Centro Cultural de la Cooperación constituye un ejemplo, ya que nació durante la crisis de 2001 “que por momentos parecía una crisis terminal de la Nación”. “Hoy –añadió-también estamos en tiempos de crisis por la pandemia, por el significado profundo de la crisis social que vive esta humanidad y que se expresa de manera particular en América Latina y aquí, en la Argentina. Y ustedes, aquí, dándole vida a este espacio, dándole vida sin borrar su historia, su memoria, su pasado, retomando su valor extraordinario.” Luego de referirse a Horacio González e Inda Ledesma, dos nombres que forman parte sustancial del reinaugurado Teatro del Pueblo, concluyó “estoy seguro de que este espació va a contribuir a un futuro más hermoso para la Argentina y para América Latina.”
Liliana Herrero habló sin subirse al escenario. Refiriéndose al agradecimiento expresado por haber permitido ponerle el nombre de Horacio González al espacio de la galería artística del teatro, dijo: “Yo no los autoricé a nada. No tengo derecho a dar esa autorización. Horacio está en el aire, está en los corazones. No es mi propiedad privada.” Y, notoriamente emocionada, agregó: “Horacio decía una frase hermosa: `la cultura es la estructura secreta de todo lo que es`. Miren qué palabras hermosas. ¿Se reduce todo lo que es a esta sala? No. ¿Es necesario que esté esta sala? Sí. Ahí tiene que ir el corazón del arte para poder pensarse a sí mismo, con la historia, con la memoria, pero sabiendo que esos restos de lo que hemos sido están esperándonos en el futuro.”