Bob Dylan ha ganado muchos premios pero a veces no ha asistido a las ceremonias, como en 2010, cuando obtuvo la Medalla Nacional de las Artes de Estados Unidos. Por eso, se teme que tampoco asista a la ceremonia del Nobel, y a que permanece en silencio absoluto desde que se anunció que era el ganador del mayor galardón entregado por la Academia Sueca.
Hubo sí, una breve información en su página web, pero fue absolutamente efímera, ya que desapareció a los pocos minutos de haber sido colocada y muy pocos fueron los que pudieron verla.
En este momento, el músico y poeta está de gira y no ha dicho nada en ninguno de los países a los que fue.
Mientras tanto, la secretaria de la Academia Sueca ha desistido de llamarlo porque considera que su silencio constituye un desaire a la institución. Dice, además, que aunque Dylan no asista al acto de entrega, no por eso dejará de ser una linda fiesta.
Mientras sus fans alaban su actitud rebelde, sus detractores afirman que se trata de una actitud adolescente inaceptable en un hombre de 75 años.
Todos se preguntan si, como lo hizo Jean Paul Sartre en 1964, rechazará el Nobel . Lo cierto es que, hasta el momento, según parece, los 800.000 euros o los 950.000 dólares del suculento premio a Dylan no le parecen suficientes para romper el silencio.
En este momento, el cantante y poeta está de gira y en ninguno de los puntos en que se presentó hizo mención alguna a su premio.
Pasado un tiempo prudencial desde la comunicación del galardón, la esperanza de que lo acepte decrece y son muchos dentro de la Academia Sueca los que consideran un acto irrespetuoso y agresivo el no haber contestado aunque fuera para rechazarlo.
También se le critica que no acepte el importe del premio y, si no le interesa, lo done a alguna institución dedicada a la infancia desprotegida. Algunos músicos observan que su rechazo podría ser un mal antecedente, dado que es la primera vez que se premia un cantautor por considerar que sus letras corresponden al campo de la mejor poesía.
El Premio Nobel de Literatura fue anunciado el 13 de octubre y la ceremonia de entrega será el el 10 de diciembre, por lo que falta poco más de un mes para develar el misterio de la actitud que adoptará Dylan. A medida que avanza el calendario, los nervios crecen en Estocolmo.