Se dice que la cultura, en tanto experiencia transversal a todas las áreas de la vida social, brinda la capacidad de imaginar alternativas posibles, organizar sentidos y construir un destino en común. Las políticas culturales no solo reflejan una perspectiva sobre el arte y el trabajo cultural, sino que también contribuyen a forjar una narrativa de significado en torno a la sociedad y la identidad nacional. De cara al balotaje del 19 de noviembre, Tiempo Argentino conversó con Diana Saiegh, vocera actual del área de Cultura de Sergio Massa. Saiegh tiene una amplia experiencia en la gestión pública. Arquitecta de formación, fue subsecretaria de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, dirigió el Centro Cultural Recoleta, la Casa Argentina en París y el Museo de Arte de Tigre. Actualmente dirige el Fondo Nacional de las Artes y coordina los equipos del área cultural de Sergio Massa, que se reúne periódicamente en el búnker de la calle Mitre.
–¿Qué es la cultura en el marco de un proyecto político que impulsa las banderas de la soberanía y la unidad nacional?
–La cultura es comunidad, creación y disfrute del pueblo. La cultura de un país habla de la conformación de su identidad. Si hay algo indiscutible para la preservación de nuestra soberanía como nación y para compartirla con el mundo es la necesidad de cuidar y potenciar el talento y la diversidad cultural que tenemos. A lo largo de todo el país, en todo tipo de geografía, hay producción artística. Por eso nuestro proyecto político aboga por el federalismo, pero un federalismo de verdad, que se construye de manera descentralizada, acompañando y cuidando el desarrollo de cada provincia, de cada territorio en su singularidad. Es una herramienta que nos ayuda en el afianzamiento y enriquecimiento de la identidad del pueblo. En un proyecto de país, la cultura es una vidriera para mostrarnos ante el mundo y para sentir orgullo de ser argentinos.
–En ese contexto, ¿cuál sería el rol del Estado?
-El Estado tiene un rol clave porque tiene que seguir desarrollando el sector cultural que además fortalece de una manera rotunda la economía, desde, por ejemplo, cuestiones como la generación de empleo hasta el ingreso de divisas, la exportación de nuestros bienes y servicios culturales. El rol del Estado es importantísimo e indiscutible además porque tiene que garantizar no sólo el acceso libre y gratuito a la producción cultural y a los espacios culturales, sino también a programas de formación. El acceso a la cultura no significa solamente que la entrada a un museo sea gratis, el acceso a la cultura tiene que comprender herramientas de apropiación cultural más profundas. Eso implica hacer un trabajo de inclusión en la diversidad y de políticas de ampliación de público. Un lindo ejemplo de esto último son los programas que tienen tanto el Ministerio de Cultura como el Fondo Nacional de las Artes de Orquestas Infantiles y Juveniles, que además se dan y se conforman en barriadas populares. El Estado es un instrumento de inclusión para brindar acceso a la población a todos los bienes y los conocimientos culturales, es una herramienta de ampliación y afianzamiento.
-¿Cómo se trabaja para darles un mismo lugar a la cultura y a la economía en los proyectos de gobierno?
-En estos últimos años fuimos testigos del crecimiento de sectores culturales y creativos que son motores de nuestra economía. Actualmente constituye el 2,5 de nuestro PBI. Hay alrededor de 350 mil puestos de trabajo en el sector, más los trabajos informales. Esa es otra tarea del Estado: que los trabajos informales en cultura pasen a la formalidad es un objetivo de nuestro proyecto, es parte de nuestra plataforma.
Es importante que haya una mirada federal y un afianzamiento de lo ya hecho en instituciones culturales del Estado y los organismos descentralizados, que tienen un rol importantísimo; también articular con las asociaciones civiles, con las agremiaciones y con el sector privado. En el búnker de Unión por la Patria, organizamos una reunión con Malena Galmarini y representantes del amplio espectro de la cultura. Participó Argentores, Sadaic, la Cámara del Libro, Cine Argentino Unido, rectores de universidades, entre muchos otros representantes y organizaciones de la cultura. Todo eso es lo que el Estado tiene que afianzar e ir por más.
-Hay reclamos históricos como la ley nacional de danza y la ley del libro.
-A nivel del ministerio el compromiso con el sector es enorme. Sin ir más lejos, hace algunos meses hubo una asamblea en la sala más grande del CCK en apoyo a la ley de danza. Estas son las cuestiones a las que me refiero cuando digo que hay que ir por más, se trata de completar y atender algunos requerimientos que todavía hoy los artistas y la sociedad necesitan. También está pendiente la ley de mecenazgo a nivel nacional. Por suerte, algunas provincias ya tienen sus leyes provinciales de mecenazgo o algunos municipios, incluso de hecho Tigre tiene un Fondo Municipal de Cultura que justamente se creó cuando dirigía el Museo de Arte de Tigre. Bahía Blanca también tiene un FMC… es decir, hay lugares en donde se dio ese paso, pero lo estamos necesitando a nivel nacional. Y con respecto a la ley del libro, por supuesto que también es necesaria la protección de nuestra industria editorial en su más amplio sentido. Incluso ahí también es cuando digo que hay que ir por más, porque las leyes son fundamentales pero insuficientes, en el sentido de que no cambian por sí mismas un estado de situación. Hay que pensar todo el programa completo de fomento al libro. Argentina es la mayor productora de literatura infantil, por ejemplo. Entonces, esto lo tiene que saber todo el mundo, no puede quedar en un nicho.
-¿Qué es lo que se discute en relación con la cultura en este balotaje?
-Todo. Partimos de la base de que en este balotaje un candidato pretende tirarla como si fuera un papelito a la basura. La cultura no es un papel, la cultura no es un ni siquiera un ministerio, es mucho más que eso. Y es todo porque lo que está de un lado es lo anticultural, lo antisocial, la motosierra, la destrucción, la barbarie. Del otro lado tenemos la alegría, el futuro. Cada día hay más gente que tira para nuestro lado desde sectores absolutamente distintos. Intelectuales, organizaciones y referentes culturales unidos para detener la barbarie. Hay que tomar consciencia de que esto no es un chiste. Del otro lado está el peligro. Del nuestro, el futuro. Hay que cuidar lo que ya tenemos e ir para adelante, ir por más.
Cuando volvió la democracia, nos preguntábamos cuántos años nos iba a llevar reconstruir el país después de la dictadura. Y, efectivamente, nos ha llevado mucho tiempo. Ahora viene Villarruel y dice que la película Argentina, 1985 es “pro terrorista”. Son palabras monstruosas y dolorosísimas. Está todo en juego ahí, absolutamente todo. Porque esa película no es sólo que pudo ganar el Oscar y que estamos orgullosos y que está bien hecha, es lo que está contando, lo que está diciendo. Para el sector de la cultura la amenaza mayor es Villarruel, más intensamente por el negacionismo, por el atropello a las conquistas ganadas y sobre todo por el pisoteo al dolor que significa el recuerdo de nuestros hermanos desaparecidos.
–En la plataforma de LLA no se menciona el Ministerio de Cultura. Pero sí se habla de fusionar a los Ministerios de Educación, Desarrollo Social y Salud en el “Ministerio de Capital Humano”. -¿Qué opina de esto?
-Pero, ¿qué capital humano van a tener si tiran abajo la cultura? Se quedarían sin capital humano. Es una contradicción total. Hace poco vi en una Bienal de San Pablo moving backwards, una video instalación de Pauline Boudry y Renate Lorenz. En el video le ponían a alguien los zapatos al revés. ¿Cómo se hace para caminar con los zapatos al revés? No, las sociedades no caminan para atrás, las sociedades caminan para el futuro.
-¿Y qué respondería frente a esos discursos que consideran que las políticas culturales no son prioridad cuando hay tanta desigualdad económica?
-Eso es una falacia, porque la cultura es el alimento del alma y hace falta como todo. Hace falta la cultura, la vivienda, el abrigo, todas son necesidades. Esto no es una competencia.
–En caso de que asuma Massa igual seguiría habiendo un gran sector de la población que eligió un proyecto de país sin Ministerio de Cultura, ¿cómo se dialoga con ese sector?
-Es muy fácil dialogar con ese sector porque yo creo que en la mayoría de los casos no se terminó de enterar de las propuestas de Milei y de sus efectos. Se va a dialogar muy bien porque eso es un pilar de nuestro proyecto político, nosotros vamos a hacer una política de apertura y de inclusión, todos van a estar invitados a sumarse. Sobre todo en lo que venimos planteando en toda la campaña: no proponemos un gobierno sectario, sino un gobierno de unidad nacional.
Cultura, motosierra y recortes
Aunque Javier Milei se desdice en público de muchas de las propuestas políticas que vociferaba en los medios masivos hace unos meses, la imagen de la motosierra y el video en el que frente a una pizarra grita “¡Afuera!” mientras va tirando ministerios al suelo, pueden verse reflejados en su plataforma electoral. Esto se evidencia no sólo por lo que dice, sino también por las omisiones: el Ministerio de Cultura no aparece mencionado en toda la plataforma. Según una reciente entrevista publicada en Clarín, en caso de ganar Milei, se plantea que el Ministerio de Cultura pasaría a Secretaría, y se menciona al productor teatral Leonardo Cifelli como futuro secretario del área. Sin embargo, fuentes de LLA dijeron a Tiempo que “no saben quién es” Leonardo Ciffeli y que no iban a hacer declaraciones.
La ausencia de un discurso público revela aspectos importantes sobre la manera en que se concibe la cultura. Además, la reciente alianza entre LLA y un sector del PRO ofrece indicios sobre las políticas que podrían implementar. Es importante recordar que durante el gobierno de Macri, además de la reducción del Ministerio a Secretaría, hubo recortes presupuestarios brutales, la disolución de programas históricos, despidos masivos de empleados y hasta un funcionario en ejercicio, Alberto Mangel, salió a decir que “En la Biblioteca Nacional no tenemos ni para café”. La gestión llegó a tener funcionarios negacionistas como Darío Lopérfido, desplazado de su cargo como director artístico del Teatro Colón tras cuestionar el número de desaparecidos.
Rechazos
A través de comunicados y diversas acciones, artistas e intelectuales de todos los sectores se manifestaron contra Milei y llamaron a votar a Massa. Hubo solicitudes de músicos independientes, cineastas, escritores, actores, y hasta fandoms de BTS, Taylor Swift y Otakus expresaron su rechazo a la LLA. Sobre la banda de K-POP coreano, Villarruel escribió: “tiene nombre de enfermedad de transmisión sexual”.
Por su parte, Massa participó de la inauguración del Festival de Cine de Mar del Plata y señaló
que “el ataque a la cultura es un intento de
tiro al alma de los argentinos”.