La cantidad y calidad de las obras escultóricas emplazadas a cielo abierto en Resistencia la convierten en la “capital de la escultura” no solo del Chaco, sino de todo el país. En la esquina, en la puerta de una casa, en el camino que recorren diariamente sus habitantes es posible encontrarse con una obra de Libero Badii o Lucio Fontana, por mencionar sólo dos nombres emblemáticos.
Este fenómeno único se explica por el impulso que Fabriciano Gómez (1944-2021), escultor y miembro fundador de la Fundación Urunday, le dio a la escultura a través de la organización de bienales de esta expresión artística que hoy son una característica distintiva de Resistencia.
En breve, también podrá verse el David de Miguel Ángel sin tener que viajar a Florencia, tan fiel será la copia en 3D realizada con un procedimiento diferente del habitual a partir del calco de la famosa escultura perteneciente al Museo de la Cárcova. La copia lograda, tiene las dimensiones exactas del concebido y realizado por Miguel Ángel: 5 metros y 17 centímetros.
“En este momento –dice José Eidman, presidente de la Fundación Urunday– este calco en 3D está en etapa de desmolde, de modo que estamos a escasos días de terminar la obra completa y de empezar a prepararla para trasladarla a Resistencia.”
Respecto del procedimiento utilizado en la reproducción para lograr una fidelidad absoluta con el original, explica: “La obra fue escaneada, a partir de lo cual se genera lo que se llama un `gemelo digital`, un archivo que representa a la escultura física en el entorno virtual que tiene un nivel de precisión muy elevado porque se ha hecho con escáneres utilizados por diferentes industrias, incluso por la industria militar».
«Con esta tecnología se logra una precisión en la reproducción que ni siquiera se obtienen con las técnicas tradicionales para la reproducción escultórica. Se trata de una tecnología revolucionaria dentro de lo que hoy se conocen como experiencias 4.0, en este caso, con el arte”, continúa.
Pero quizá lo más original sea que esta tecnología se usa en combinación con una técnica tradicional. “Hay una primera etapa –dice Eidman- que implica un escaneo de altísima resolución pero el gemelo digital que se obtiene de esta forma es de material plástico o de algún tipo de resina resistente a la intemperie. En el caso del David que se emplazará en Resistencia se ha realizado una innovación técnica: se imprimieron los moldes, es decir, el afuera de la escultura».
«Una vez obtenidos los moldes alrededor de un esqueleto metálico que fue calculado por ingenieros de la Facultad de Ingeniería de la Facultad Nacional del Nordeste, entre este esqueleto y la “cáscara” de los moldes, se ha ido realizando el vaciado de los materiales de acuerdo con la técnica tradicional.”
“Recurrimos a la tecnología 3D porque no es invasiva –informa-. No existen registros de que este sistema de reproducción se haya combinado con el procedimiento tradicional de calcado. Tampoco existen registros de que se lo haya realizado con este nivel de exactitud. Es toda una innovación en la reproducción de obras de gran formato.”
El David, un ícono
En el mundo hay muy pocas reproducciones del David, menos aún copias expuestas a cielo abierto. “Nosotros tuvimos la suerte –explica el presidente de la Fundación Urunday- de que para los festejos del Centenario llegara al país un calco realizado en la Escuela de Arte de Florencia que se presume de primera colada porque el calco trae el número 001. Ese calco esta hoy en el Museo de la Cárcova que depende de la Universidad Nacional de las Artes y fue exhibido en los festejos del Centenario junto a otros calcos provenientes de museos de Italia, Inglaterra, Francia y Alemania.
Hacia 1873, el original de la obra de Miguel Ángel estuvo en la Plaza de la Señoría en Florencia pero sufrió roturas y lo llevaron a donde está hoy, la Galería de la Academia y recién en 1910 se instala en su lugar un calco que se hizo con los mismos moldes que Argentina tiene en el Museo de la Cárcova. Lo que nosotros hicimos fue conseguir el permiso del Consejo Superior de la UNA y del Museo de la Cárcova para poder generar el gemelo digital a partir del que está en el Museo.”
El original y la copia
El escultor y miembro fundador de la Fundación Urunday, Fabriciano Gómez, pervivirá por siempre en la memoria de los chaqueños, ya que fue parte sustancial de su movimiento cultural. Instalar en Resistencia una copia del David que prácticamente no puede distinguirse del original es una forma de cumplir un sueño largamente acariciado por él que con frecuencia solía decir “el día que el David se instale en el Chaco, la gente no va a tener de ir a Florencia para verlo”.
La frase excede su literalidad ya que es una forma de reivindicar para la provincia del Chaco la producción de arte escultórico a nivel del arte europeo y de valorizar también la gran riqueza de la escultura en Argentina. “Fabriciano –añade Eidman- siempre estaba pensando en su pueblo, en qué podía traer al Chaco. Un ejemplo de esta voluntad es fácil de ver si uno dimensiona la gran cantidad de artistas del mundo que hizo conocer Resistencia a lo largo de tres décadas de concursos de escultura».
«Estaba muy arraigada en él la idea de que el arte es un bien de todos. Sentía la necesidad de democratizar y federalizar el acceso a un bien del acervo patrimonial como es el David de 1910 y, al mismo tiempo, de dejar en el espacio público para el disfrute de todos, una escultura como el David. ‘¿Quién no va a querer conocer el David’, decía Fabriciano. Pero no todo el mundo puede viajar a Florencia para conocerlo. Que la escultura más famosa del mundo estuviera en Resistencia era un sueño para él.
«Resistencia es una ciudad-museo que no sólo es impresionante por la cantidad de esculturas que hay en las veredas, sino también por la calidad de las obras, muchas de las cuales tienen la firma de los grandes maestros de la Argentina y del mundo. Este hecho establece un diálogo muy rico entre la escultura contemporánea que es producto de las bienales de Chaco y esta obra clásica, que terminará conectándose con el patrimonio artístico de Resistencia.”
Un proyecto inclusivo
Cuando la réplica del David llegue al Chaco será emplazada en el predio de la Bienal. “Allí hay una explanada –precisa Eidman- en la que originalmente funcionó una fuente de aguas danzantes que ya no funciona hace varios años cuyo sistema es irrecuperable. Se plantea como una plaza singular con canteros que se van elevando de manera concéntrica hasta el centro donde está la base emplazamiento. El lugar está pensado para poder recorrer los 360 grados y poder observar la escultura desde cualquier punto de vista.”
Y agrega: “Este proyecto no se hace con fondos públicos, sino que es lo más parecido a una colecta popular porque hay participación del Estado provincial, municipal, pero también de empresas privadas. No siempre esto quiere decir que hubo aportes de dinero, sino también de gestión, de donaciones de material. Esto hace que este proyecto sea obra de un sujeto colectivo».
«Uno de los mecenas fue un instituto líder en inclusión a nivel internacional. El proyecto de accesibilidad involucra las pautas de necesidad universal para que sea inclusivo fue donado por este mecenas. Va a tener, por ejemplo, baldosas guía y un David en el tamaño apto para que la gente con discapacidad visual lo pueda tocar. Será una experiencia ejemplo que contempla la inclusión y la diversidad”.
Un fenómeno único en el país
“En Resistencia –informa Eidman- una escultura es como un habitante más. De modo que la llegada de esta copia tan particular del David es vivida por la gente como la llegada de un nuevo habitante.”
En esta ciudad se da un fenómeno de características únicas. El vandalismo de las esculturas emplazadas en sus calles es prácticamente inexistente. “Aquí –continúa- el arte está en las veredas, en la puerta de la casa de un vecino hay, por ejemplo, un Perlotti, en una esquina de la peatonal hay un Curatella Manes. En la esquina del Banco Nación hay un Lucio Fontana. Pero más allá de la calidad de la obra, hay una cuestión afectiva que es muy interesante como fenómeno social. Tampoco es raro que alguien de Corrientes se cruce para ver una obra de Mena o de Schenone que son dos referencias del arte chaqueño y argentino».
«Existe un vínculo emocional con estas obras que se comprueba diariamente en la actitud de la gente de Resistencia y que comprobamos también a través de una producción que hicimos con un periodista de la ciudad, que se llamaba `Mi escultura favorita`. En la publicación, aparecía en la tapa un ciudadano común que elegía una determinada escultura de Resistencia y explicaba por qué una determinada obra era su escultura favorita».
«El objetivo no era comprobar su conocimiento, sino su relación afectiva con la obra. Por supuesto, aparecieron momentos relacionados con la infancia, alusiones a familiares y a diversas situaciones. Por eso, la llegada del David es algo que se vive con muchísima expectativa, dado que esta indiscutible obra universal se va a conectar con el patrimonio artístico de la ciudad.”
La historia del emplazamiento de esculturas en la ciudad de Resistencia comienza en los años 60 con el Fogón de los Arrieros que emplaza las primeras cien. Luego, tomó la posta la Fundación Urunday con la organización de concursos. “Ya hay prácticamente cuatro generaciones de resistencianos que han visto nacer obras en el espacio público mientras el escultor trabaja generando un vínculo: la gente le regala algo, lo invita a comer a su casa, en fin, se establece una relación muy personal con él y con la obra».
«Durante las bienales no sólo vota el jurado especializado, sino también el público dentro del que hay un segmento especial para los niños. Las elecciones del público se han ido acercando cada vez más a las del jurado especializado. Muchas veces los premios del público coinciden con las del jurado, porque la gente ha aprendido sobre el tema. En la edición 2022 pasó algo fantástico: el primer premio elegido por el jurado internacional coincidió con el premio de los niños y me refiero a una obra que no era figurativa. No había nada antropomórfico ni que recordara a un animalito. Esa es la razón porque nadie vandaliza las esculturas –concluye Eidman-, porque nadie daña lo que es suyo.”