En la música, plantearse determinadas limitaciones ofrece la gran posibilidad de internarse en nuevas formas de experimentación. Esto no es nuevo, ya que lo llevaron al extremo músicos de distintos territorios estéticos, desde Charlie Parker (“esto lo estoy tocando mañana” dice Johnny Carter, su alter ego en el cuento El perseguidor de Julio Cortázar) hasta John Cage y sus teorías acerca de la indeterminación, inspiradas en la cultura Zen, con la cual estaba identificado.
Esto viene a cuento porque acaban de aparecer dos discos en los que una limitación instrumental “provocada” es el disparador de dos trabajos de gran nivel.
Se trata del Romo/Agri/Messiez Tango Trío y su álbum Ahora, editado por el prestigioso sello holandés Aliud, que desde el 28 de octubre está disponible en todas las plataformas digitales de música, y Construcción, el primer material discográfico del dúo integrado por el guitarrista Ismael Grossman y el percusionista Nicolás Gaggero.
En el primer caso, el trío conformado por Horacio Romo en bandoneón, Pablo Agri en violín y Emiliano Messiez en piano prescinde del contrabajo como sustento rítmico y con esta formación poco convencional interpreta diez tangos con una sonoridad particular. Con la reconocida experiencia de cada uno de los músicos la formación se pasea por composiciones propias, como “Póstumo”, “A los pibes” y “Abuguita” de Romo (en esta última, su creador recorre todos los recursos que ofrece su instrumento) , “Estamos de acuerdo” y “Ahora” de Agri, y “Un vals a las tres” y “César’s tango” de Messiez.
A estas composiciones se suman lecturas de clásicos del tango como “Fuimos” (José Dames y Homero Manzi), en una brillante versión a cargo de Messiez, “Por una cabeza” (Carlos Gardel y Alfredo Le Pera) a cargo de la exquisita interpretación solista de Agri, y “El choclo” (Ángel Villoldo).
Con una sonoridad vinculada a un estilo aparentemente tradicional, la experiencia y el amplio conocimiento del lenguaje del género hacen que se perciban sutiles pero bien elaborados elementos de modernidad, sobre todo en las composiciones propias.
La agrupación sostiene las diez obras que aborda en el álbum como un auténtico trío de cámara, en el que el equilibrio sonoro convierte a Ahora en una experiencia atrapante.
Guitarra y percusión se apoderan de la atmósfera de Construcción, el primer disco del guitarrista Ismael Grossman y el percusionista Nicolás Gaggero.
Son diez piezas en las que ambos músicos trabajan de manera minuciosa con las texturas y las posibilidades sonoras que ofrecen sus instrumentos y que, en cierto modo, tienen empatía con las estéticas de agrupaciones como Oregon o Codona o solistas como el guitarrista Steve Tibbetts.
La guitarra de Grossman se interna por momentos en progresiones sumamente intrincadas, como ocurre en “Máquina” el tema que abre el disco, mientras que con Gaggero protagoniza interacciones intensas en varias composiciones, como “567”, “Eb” o “Sexto sentido”.
No faltan sutiles abordajes orientados hacia el jazz, como ocurre con “Twenty small cigars” (Frank Zappa) y “One shot” (Dave Douglas), o hacia el folklore, con “Zamba del Chaguanco” (Hilda Herrera), manteniendo siempre una vigorosa inspiración en los arreglos y en la precisa interacción entre los dos músicos. El álbum será presentado este sábado 5, a las 21, en Espacio EK´, Av. Jorge Newbery 3880, CABA.
Lo dicho más arriba: ciertas limitaciones buscadas pueden brindar múltiples posibilidades expresivas. Estos flamantes discos son la muestra cabal de que la música sigue siendo un universo en constante expansión. Solo es cuestión de que cada músico indague en las posibilidades infinitas de su propio instrumento. El Romo/Agri /Messiez Tango Trío y el dúo de Ismael Grossman y Nicolás Gaggero así lo demuestran.