El 29 de abril de 1976 miles de libros apilados en el Tercer Cuerpo del Ejército fueron quemados por orden de Luciano Benjamín Menéndez, máximo responsable militar de la región centro-norte del país durante la última Dictadura cívico militar. “Incineramos esta documentación perniciosa que afecta al intelecto, a nuestra manera de ser cristiana y, en fin, a nuestro más tradicional acervo espiritual sintetizado en Dios, Patria y Hogar”, exclamó Jorge Gorleri- el teniente coronel que la encabezaba, a los periodistas de los grandes medios de comunicación de Córdoba que fueron a cubrir la quema. Sintetizaba, quizás sin saberlo, el proyecto de desaparición sistemática de símbolos, discursos, imágenes y tradiciones de organización popular complementario a la desaparición física de las personas consideradas subversivas.
“Desde el Archivo Provincial de la Memoria siempre hicimos alusión a ese evento pero siempre terminaba como efeméride”, sostiene Roberto Martínez, coordinador de las actividades culturales del actual sitio de memoria, donde otrora funcionó el Departamento de Informaciones de la Policía de Córdoba que integró la red represiva bajo la órbita del III Cuerpo de Ejército comandada por Luciano Benjamín Menéndez.
“La idea esta vez fue hacer algo más contundente, mostrando lo terrible que había sido esta represión cultural. Más allá de las personas desaparecidas y el robo de bebés, la dictadura trató de tener ese poder totalizante, abarcador de toda la sociedad en todos los niveles y capas”, comenta.
La actual Feria del Libro por la Memoria fue pensada inicialmente como muestra hace más de dos años: Desde el Archivo empezaron a organizar una muestra sobre Glauce Baldovin (1928-1955), poeta cordobesa nacida en Río Cuarto que tiene un hijo desaparecido: Sergio Gonzalez Baldovin. La idea era presentarla en marzo de 2020. La pandemia postergó la inauguración y el mes de la memoria del 2022 tuvo sus dificultades con la reapertura y la vuelta a la presencialidad. Finalmente se pensó en la posibilidad de hacerla en el contexto de conmemoración del 29 de abril.
“Planeando la muestra surgió la idea, hace poco más de 15 días, de convocar a editoriales a la muestra de Glauce y hacer una feria; y empezó a desbordar cualquier expectativa”, relata Martínez. La repercusión fue inesperada: casi sin publicidad se juntaron 40 editoriales independientes de Córdoba y del interior de Córdoba. “Esta vez tendrá un tinte local porque la protagonista será Glauce Baldovin pero la idea sería el año que viene hacerlo con más tiempo y convocar a otras editoriales de otras provincias. Es una producción colectiva. Surge desde el APM pero sin los y las editoras, sería imposible. Es a pulmón y eso la tiñe de una identidad particular”, resalta Martínez y agrega: “Queremos instalar una feria por la memoria todos los 29 de abril. Una feria que apueste a la cultura independiente, no en el sentido mercantil del texto sino que intente crear un espacio donde estas editoriales independientes sean el elemento indispensable que nutra las narraciones de memoria alejándose de lo que el mercado solamente quiere imprimir para vender”.
El Concejo Deliberante de Córdoba hará un reconocimiento a la iniciativa este jueves 28/4. Durante ese mismo día y el viernes 29 de abril, editoriales independientes y universitarias serán parte de la feria. Habrá actividades teatrales, presentaciones de libros, paneles sobre la quema de libros en una de las salas del APM donde funciona otra iniciativa (ya histórica) de la institución: la Biblioteca de Libros Prohibidos, que ofrece la posibilidad de leer copias de revistas y libros, muestras referidas a decretos, libros y autores que fueron prohibidos en el país en formato papel. Durante los dos días de la feria se juntarán libros donados por las editoriales participantes y particulares, y estarán destinados a la Red de Bibliotecas de la Memoria de Córdoba.
La invitación de la primera edición de la Feria del Libro por la Memoria será a recordar aquel atentado a la cultura de la mejor manera: llenando de libros, letras, palabras y cultura el Pasaje Santa Catalina 66, en pleno corazón de Córdoba capital. Con el objetivo de abrir debates que ayuden a pensar sobre cómo fue posible en este país el terrorismo de Estado, y reflexionar sobre los horizontes de los Sitios de Memorias desde la literatura y la cultura independiente, para pensar una narración de la Memoria.