Charles Dickens no sólo fue un best seller del siglo XIX cuando el concepto aún no se había inventado, sino que, además, fue un gran periodista.
Testigo privilegiado de la Revolución Industrial que tuvo su epicentro en Inglaterra, se dedicó a denunciar a través de la prensa y de la literatura la explotación a la que era sometida la incipiente clase obrera, especialmente los niños.
Es autor de cuentos y de novelas como Oliver Twist, Davil Copperfield y Grandes esperanzas. Con ellas obtuvo un éxito resonante en su época.
Desde mañana y hasta el 29 de octubre podrá verse en el museo de Charles Dickens en Londres la exposición «Restless Shadows» («Sombras inquietas»), la primera que se dedica a explorar el trabajo como periodista y activista John Drew, curador de la muestra, indicó a la agencia Efe que la intención de la puesta era «revelar un aspecto desconocido de Dickens para el gran público».
El periodismo recorrió toda la carrera de Dickens, desde sus primeros días como corresponsal parlamentario (1831-34) hasta sus años como editor de las revistas semanales Household Words (1850-59) y All the Year Round (1859-1870). La exposición recoge una amplia colección de artículos, discursos y cartas en la que se refleja su trayectoria, todos procedentes de los archivos del museo y de la Universidad de Buckingham.
La muestra pone de manifiesto que «los problemas sociales y la lucha de la clase obrera de Londres» no eran temas que se limitaban a la novelas de Dickens, sino que también fueron objeto de sus «artículos y discursos a lo largo de su vida», según declaró Drew. «Restless Shadows» convive en el museo -que fue la casa donde el autor vivió con su esposa y tres hijos entre 1837 y 1839- con la colección permanente, la más completa del mundo de material relacionada con Dickens.