Aunque Cervantes nació en Alcalá de Henares, tuvo relación con la ciudad de Sevilla. Así lo confirman las dos firmas encontradas, ambas al pie de documentos del verano de 1590.

Una de las firmas aparece en una carta de pago del 13 de agosto de ese año. En ella Cervantes declara haber recibido  82.278 maravedís de Agustín de Cetina, pagador de las Armas Reales, aunque no consigna el motivo del pago. A pesar de eso, para José Cabello Nuñez el hallazgo es muy importante porque confirma la relación de Cervantes con artistas de Sevilla.

Dado que el escribano ante el que firmó no conocía al autor del Quijote, debieron acreditar su identidad dos testigos.  Uno de los ellos fue Juan Gómez de la Hermosa, criado Cervantes. El otro, un reconocido platero de Sevilla, Hernando de Ballesteros.

La segunda firma data del 18 de septiembre y se encuentra al pie de  un documento que acredita que Cervantes junto a Juan de Manzanares, alguacil mayor de la Proveeduría General de las Galeras y Armadas, vecino de Sevilla, que oficia como su fiador, compró al mercader Damián de Ribas 52 varas y tres cuartas de tafetán negro al precio de 7 reales y cuartillo de vara. Por esa compra se compromete a pagar 382 reales y medio.

También esta oportunidad Cervantes debe presentar dos testigos. Ellos fueron Francisco de Laguna, vecino de Madrid y portero de cámara de Su Majestad, y Pedro Suazo Ibáñez, vecino de Sevilla.

El tafetán adquirido por Cervantes se utilizaba para confeccionar vestimenta de ceremonial y se trataba de una tela muy cara.

Las dos nuevas firmas encontradas forman parte de un hallazgo mayor. Desde 2011, en que Cabello Cortés comenzó la búsqueda de documentos cervantinos, encontró un total de cinco Cartas y 60 documentos, algunos de los cuales acreditan que Cervantes vivió en Sevilla entre 1587 y 1601.

Uno de los documentos más importantes entre los encontrados es una carta de pago que firma el arriero Juan Chico que en 1590 transportó aceite desde Arahal, en la provincia de Sevilla, hasta las galeras para  abastecer a la Armada Real por lo que recibió 46 reales. Este documento es el que relaciona por primera vez a Cervantes con Sevilla. Hasta el momento de su hallazgo se sabía que Cervantes había estado allí en 1592

Según parece, entre el compromiso de pago y su realización efectiva mediaron nada menos que tres años.

Las dos cartas y otros hallazgos recientes de Cabello Núñez serán publicados próximamente en la revista en la revista especializada Anales Cervantinos.

Otros documentos de Cervantes

Entre el lote de 60 hallazgos de documentos cervantinos encontrados por Cabello Núñez figuran 27 pertenecen al el Archivo Municipal de Carmona y al Archivo Histórico Provincial de Sevilla son 8 los que acreditan la presencia de  

Se trata de  tres poderes, tres cartas de pago, una declaración y una carta de obligación, que se otorgaron en Sevilla y en Alcalá de Guadaíra entre el 13 de febrero y el 3 de agosto de 1590.

Estos documentos dan cuenta de que Cervantes sacó aceite de esta localidad el 9 de febrero, el mismo día en que  el cabildo de Carmona se reunió para tratar precisamente, su visita. Es posible inferir a partir de estos documentos que muy posiblemente Cervantes consiguiera el aceite en Alcalá de Guadaíra, ciudad de la provincia de Sevilla,  antes que en Carmona que pertenece a la misma provincia. De este modo aportan un nuevo nivel de precisión sobre su presencia allí.

Los 27 documentos mencionados aportan datos interesantes sobre la vida de Cervantes.

Entre otras cosas, Cabello Núñez develó qué significa la expresión “lanza en astillero” que se encuentra en el Quijote y que genera dudas al momento de volcar este libro fundamental a un castellano actual. Los documentos permiten inferir que “lanza en astrillero” significa “lanza en ristre” que en algunos casos se volcó equivocadamente como “lanza ya olvidada” o “lanza ya a la espera”.

Respecto de las investigaciones archivísticas de Cabello Núñez sobre Cervabtes se esperan nuevos hallazgos.