Hace una década moría Carlos Fuentes, el escritor mexicano que fue uno de los pilares de lo que se dio en llamar “el boom” de la literatura latinoamericana. El nuevo Centro Cultural Borges, dependiente del Ministerio de Cultura de la Nación, le rinde homenaje con una muestra singular, Carlos Fuentes: su legado que es el registro fotográfico precisamente de su ausencia. No son las fotos de Fuentes las que protagonizan la muestra, sino más bien la oquedad que su muerte ha dejado.
El fotógrafo mexicano Barry Domínguez, quien posee el mayor acervo fotográfico de América Latina, -el archivo fotográfico de la Coordinación de Difusión Cultural de la Universidad Autónoma de México- recibió el encargo de fotografiar el espacio en el que vivió y creo el novelista exactamente 40 días después del fallecimiento de este.
Este singular homenaje está realizado de manera conjunta por la Embajada de México en Argentina, la Secretaría de Relaciones exteriores de México y el Centro Cultural Borges.
El editor y ensayista Leopoldo Lezama sintetizó de este modo la serie fotográfica que se expone en el Borges: “El estudio continúa intacto. Cuatro grandes libreros cubren la mitad de la estancia; los retratos familiares dispuestos en los anaqueles, la enorme colección de Historia de México, la curiosa ubicación de algunos objetos del escritorio. Atrás, colgando de la pared, pueden verse los rostros de Kafka, Tolstoi, Balzac y Faulkner iluminados por un enorme vitral que da a la calle. Al centro, una mesa atiborrada de libros y una máquina de escribir Olivetti roja; al fondo, un sofá, y encima, enmarcados sobre el único muro descubierto, los múltiples reconocimientos que recibió el novelista durante medio siglo de producción narrativa”.
Hoy por la tarde, en las instalaciones del C.C.Cultural Borges, Luisa Valenzuela y Noé Jitrik se referirán a la obra de Fuentes, quien con su novela La región más transparente sentó las bases del gran fenómeno del boom latinoamericano que, años después, sigue cosechando elogios y críticas aunque resulta innegable que, por primera vez, el mundo entero volvió sus ojos hacia estas castigadas latitudes que se convirtieron en las protagonistas de una creación literaria con sello propio.
Acerca del origen de esta exposición Ezequiel Grimson, director del nuevo Centro Cultural Borges, le dice a Tiempo Argentino: “Nosotros estamos en diálogo permanente con la Embajada de México, con la Agregaduría Cultural de México en Buenos Aires, con las distintas área de la Universidad Autónoma de México (UNAM). Barry Domínguez tiene un cargo muy importante, es jefe de Fotografía de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, y en distintos momentos pensamos que era oportuno hacer esta exposición que había empezado a constituirse diez años atrás. A poco tiempo de la muerte de Fuentes, él hizo todo un registro fotográfico que concluyó cuando confirmamos la exposición acá. Entonces volvió al estudio del escritor por lo que las últimas obras que cierran la muestra tiene apenas unos 30 días. De modo que es una exposición que documenta sus diez años de ausencia y la presencia de sus libros y de su legado.”
Cuando se le señala que el registro de una ausencia no es lo más frecuente a la hora de rendir un homenaje fotográfico, Grimson contesta: “Para nosotros la muestra es una conmemoración de su obra, de su legado y de los distintos diálogos que se fueron entrecruzando con la Argentina. Por eso hoy vienen Noé Jitrik que, como sabés, estuvo exiliado en México, y Luisa Valenzuela que a partir de sus vivencias en distintos lugares del mundo tuvo mucha relación con Fuentes. “
Y refiriéndose al escritor mexicano en relación con el boom de la literatura latinoamericana, señala: “Creo que fue una de los grandes autores de ese momento tan importante de la cultura latinoamericana. Cuando le preguntaban qué pasaba que no le daban el Nobel, él dijo ´cuando se lo dieron a Gabo, yo sentí que me lo dieron también a mí`. Creo que fue un protagonista muy importante de un movimiento integral de nuestra América.”
Recientemente, Tiempo Argentino dio cuenta de una enorme exposición fotográfica realizada en el Borges, en el que confluyeron diversos fotógrafos bajo la palabra Ayni, un concepto ancestral de los pueblos originarios que fue el hilo conductor de las imágenes. Cuando se le pregunta a Grimson por qué la fotografía tiene un papel protagónico en el nuevo Centro Cultural Borges, su director contesta: “En la nueva etapa del Borges que, como sabés, empezó dos meses atrás, en la órbita del Ministerio de Cultura de la Nación, por un lado se incorporaron algunos instituciones y organismos del Ministerio. Estamos alojando ahora al Palais de Glace, se están construyendo en este mismo momento las que van a ser las salas del Museo Nacional de Arte Oriental y el mercado de artesanías de distintos puntos del país a través de la tienda Matria. A mismo tiempo con estos proyectos, nos pareció que había algunas líneas que la Nación podía tomar aquí, en el Borges, y entre estas líneas está el trabajo con la fotografía porque comprobamos que no había otro espacio de orden nacional en la capital de relevancia y por eso tenemos aquí la muestra a la que hacías referencia, la fotogalería del Bellas Artes. Por eso también está aquí la muestra de Carlos Fuentes y tenemos la idea de que el Borges vaya profundizándose como un espacio vinculado a la fotografía y también a la danza. Tenemos aquí la escuela de Julio Bocca y estamos empezando a trabajar talleres de danzas folklóricas en el espacio Mercedes Sosa. Tenemos, además, un proyecto que continúa de la vieja gestión que se llama “Experiencias en escena” vinculado a la danza contemporánea y comenzamos distintos proyectos relacionados con el tango. Más allá de las distintas artes que están todas presentes, vamos desarrollando diferentes líneas.” A partir de que el Borges pasó a la órbita nacional, todo lo que se desarrolla allí es de entrada libre y gratuita.
La exposición sobre Carlos Fuentes, que podrá verse hasta el 13 de julio está conformada por unas 50 piezas. “Todas las muestras que se hacen el Borges, como la de Argra que se hacía en el Palais de Glace, tienen mucha repercusión –dice Grimson- porque es un espacio que estaba demandando atención. Lo mismo sucede con la muestra de Carlos Fuentes. Fue muy bien recibida y no tengo dudas de que las charlas de Luisa y Noé van a ser excelentes porque son dos de los grandes escritores argentinos que aún siguen produciendo una obra muy vivaz.”
Y concluye: “Todo esto que está pasando en el Borges, incluida la muestra de Carlos Fuentes, es parte del proyecto de recuperación que tuvo Pino Solanas, cuando se debatió si esto iba a ser un Shopping Center o un espacio cultural. Tanto Pino Solanas como Rodolfo Livingston, Horacio González y tantos otros tenían el proyecto de que todo el espacio de las Galerías Pacífico debía ser un gran espacio cultural que ellos llamaban Imaginario América Latina. Para nosotros esta muestra de Carlos Fuentes viene a reafirmar ese imaginario de América Latina unida y en diálogo permanente.”