En tiempos convulsos como los que estamos viviendo y luego del triunfo de Donald Trump y el comienzo de la materialización de sus propuestas políticas más delirantes y xenófobas, como la construcción de un muro para que los mexicanos no puedan entrar a México, los fanáticos de Bob Dylan, ganador del Premio Nobel, esperaban que el maestro se pronunciara musicalmente al respecto.
Sin embargo, una vez más, según lo informa el diario El País de España, Dylan apareció por el lugar en el que menos se lo esperaba. Con los blogs, los portales y las páginas especializadas al rojo vivo, el juglar anunció que a finales de marzo publicará un triple disco, Triplicate que incluirá treinta piezas pertenecientes al Gran Cancionero Estadounidense: casi todos los temas fueron previamente grabados por Frank Sinatra.
Tanto sus seguidores como sus detractores que también los tiene- quedaron anonadados por lo que consideran una falta de compromiso con la situación política del mundo a la que siempre fue sensible. Pero las críticas no sólo se disparan desde lo ideológico, sino también desde lo musical. Según parece, en el disco triple no habrá ninguna apuesta jugada en cuanto al sonido ni ningún tipo de innovación, como si el hecho de ser septuagenario y haber ganado el Nobel de Literatura le diera a Dylan la libertad para hacer exactamente lo contrario de lo que se espera de él. Triplicate se mueve dentro del rango de los standards interpretados por Sinatra. El máximo esfuerzo extramusical parece consistir en agrupar ese cancionero tradicional en tres discos, titulados Hasta que caiga el sol, Muñecas diabólicas y Volviendo a casa tarde.
Además, dicen que el arte de tapa se ha filtrado y que la portada es manifiestamente fea, de una fealdad inadmisible en alguien de su trayectoria.
Queda en duda si sus fans sobreestiman la capacidad de Dylan para la crítica social, si la actitud tiene un fin oculto que se le escapa a la mayoría o si, simplemente, se trata de una provocación más a la que Dylan tiene tan acostumbrado a su público. Se espera que la presentación del álbum triple sea una oportunidad para que devele el enigma de su actitud.
Hay quien dice que su actitud obedece a los edulcorados epítetos que recibió su poesía cuando ganó el Premio Nobel. Otros aseguran que es inconsecuente desde el punto de vista ideológico y que discos que grabó en 1983 muy bien podrían ser celebrados hoy por Donald Trump: la denuncia de la deslocalización que es Union sundown o la defensa de Israel titulada Neighborhood bully.
Sin embargo, sólo existe una certeza: Dylan hace siempre lo que se le antoja sin que le importe nada qué puedan pensar ni sus seguidores ni sus detractores.