Los libros de cualquier biblioteca pueden contarnos más de una historia a la vez. Y es que ellos no sólo nos ofrecen lo que el autor imaginó o investigó, sino también la experiencia del propio ejemplar. Palabras subrayadas, marcas de colores, dedicatorias, comentarios sobre los márgenes, manchas de café Todo un mundo de elementos que construyen un relato paralelo. Un libro cerrado no sirve para nada, pero abierto puede ser inmenso. ¿Qué decir de aquellas bibliotecas que pertenecieron a los grandes de la literatura?
Los especialistas de la BN Laura Rosato y Germán Álvarez trabajarán sobre los libros de Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo cuando ingresen luego de que sus compradores firmaran una carta de intención para donarla a la institución. Se trata de 17.000 ejemplares repartidos en 10 lotes de 33 cajas cada uno. A propósito, el director de la Biblioteca Nacional expresó: Veo esta futura donación como el primer paso para reunir este tipo de tesoros nacionales en la Nación. Es una manera de detener la fuga y conservarlos para futuros lectores. Bioy dijo que quería que su biblioteca estuviese en la Biblioteca Nacional.
Rosato y Álvarez explican la importancia de esta donación y los procedimientos a seguir cuando ingrese.
¿Por qué es interesante está adquisición más allá del propio valor de su pertenencia a dos grandes escritores argentinos?
Porque no es una biblioteca de bibliófilos, sino de uso. Hay un trabajo en conjunto de Bioy Casares y Borges en los ejemplares que adquiere un valor documental y por eso habrá una puesta en valor de conservación y de trabajo de investigación. Es una biblioteca viva, la utilizaron y nos permite ver no sólo qué leyeron, sino cómo lo hacían. Hay anotaciones, dedicatorias
Se puede observar la relación con otros escritores. Un universo único, es un laboratorio de la literatura.
¿Se sabe cuándo llegan los ejemplares a la Biblioteca Nacional?
En febrero se firmó una carta de intención en la cual un grupo de particulares, empresas y fundaciones se comprometen a donar a la Biblioteca Nacional la biblioteca de Bioy Casares y Silvina Ocampo cuando se haga efectiva la compra de la misma a los herederos. Los tiempos de arribo de la colección dependerán, entonces, del tiempo que tarden en ajustarse las cuestiones legales y administrativas de la adquisición.
¿Qué tipo de libros la integran?
El cuerpo principal está integrado por los libros de Adolfo Bioy Casares y de Silvina Ocampo; este núcleo incluye la biblioteca de juventud de ambos escritores, fuente primera de formación intelectual e inspiración artística: libros infantiles en inglés y francés, coloreados y firmados por las jóvenes hermanas Ocampo; libros y revistas de las vanguardias artísticas europeas, guías de viaje y enciclopedias. La biblioteca de Adolfo Bioy Casares posee un importante conjunto de literatura española e hispanoamericana, poesía, diarios, novelas, literatura universal contemporánea y antologías. Especialmente valiosos resultan los ejemplares de las primeras novelas del autor, excomulgadas de la Obra completa por él mismo y, por tanto, inaccesibles para la mayoría de los lectores. También encontramos varias primeras ediciones de Borges: entre las más valiosas se cuentan dos ejemplares de Fervor de Buenos Aires (1923) dedicados uno a Silvina Ocampo; y otro, a Adolfo Bioy Casares; y el ejemplar de Anales de Buenos Aires con la primera edición de El Zahir, con correcciones manuscritas del autor.
Cada uno de los diez lotes de libros tienen una caja especial. ¿Qué ejemplares poseen?
Las cajas consignadas con el número 26 reúnen una selección ecléctica de libros, revistas, publicaciones periódicas, partituras antiguas y documentos que contienen el rasgo común de ser considerados raros o curiosos. Atendiendo a esa definición, el conjunto posee editio princeps (primeras ediciones), plaquettes (obras literarias poco extensas), Reales cédulas, impresos antiguos, manifiestos y proclamas de vanguardias europeas, libros de arte, libros infantiles antiguos ilustrados, ediciones de lujo, numeradas, personalizadas, de artista y fuera de comercio. También, encontramos primeras ediciones dedicadas por grandes personalidades de la cultura nacional e internacional, corregidas o descatalogadas. Hay dedicatorias de Gabriel García Márquez, Alejandra Pizarnik, Norah Lange, Oliverio Girondo y otros.
¿En qué consiste el estudio que realizarán los investigadores de la BN?
Este acervo tiene un enorme potencial de investigación. Sin embargo, mucho antes de comenzar con los trabajos de exégesis, es decir de interpretación o explicación que iluminarán diversos temas tanto literarios como biográficos, el material deberá ser acondicionado e ingresado al patrimonio de la Biblioteca Nacional. Eso implica la intervención de personal especializado en conservación preventiva, restauración y catalogación.
¿Los ejemplares podrán ser consultados por los usuarios de la BN o se utilizarán para exposición?
Como todo el material que se conserva en la Biblioteca Nacional, esta colección estará disponible al público y su disponibilidad atenderá a la rareza y singularidad del material. Como suele suceder con estas colecciones, su público será el de los investigadores especializados. En este sentido, el objetivo de las exposiciones es mostrar al público general el patrimonio más protegido.
¿A qué se debe que los libros estuvieron embalados durante 15 años?
Esta cantidad de años fue determinada por el dilatado proceso sucesorio que aconteció luego de la muerte de sus dueños.
¿Quiénes intervinieron en la compra y carta de intención para su donación?
Los donantes son Eduardo Escasany y Banco Galicia; Ricardo Torres y Sandra Sakai; Anna Gancia; Fundación Bunge y Born; Marcela Zinn; la Fundación Páremai Fractal; Alejandro Stengel y María Cecilia Bullrich; y la Fundación del Banco de la Nación Argentina.
El director de la Biblioteca Nacional, Alberto Manguel, ya adelantó que muy pronto se mostrarán algunos ejemplares de la gran biblioteca de Bioy Casares y Ocampo, para que todos los argentinos puedan acercarse a este gran tesoro bibliográfico.