Ante la falta de financiamiento del Estado, la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) junto con la Fundación Isla Maciel que dirige el Padre Paco se ha puesto en marcha una campaña para montar la Orquesta Infanto Juvenil de Isla Maciel, tal como ya lo adelantó Tiempo Argentino, y apoyar la continuidad de la Orquesta de Wilde.
Entre otras acciones para recaudar fondos está previsto un recital de Miguel Ángel Estrella en el Teatro Roma de Avellaneda el próximo domingo, y se han puesto en marcha un proyecto de crowfunding en la plataforma IDEAME para comprar instrumentos y una campaña en las redes sociales con referentes culturales que apoyan el proyecto.
Tiempo Argentino dialogó con Rodolfo Hamawi, decano del Departamento de Humanidades Artes de la UNDAV y con Bernardo Scherman, quien dirige la orquesta infanto-juvenil de Wilde.
-¿Cuáles son las razones que los deciden a emprender este proyecto?
Rodolfo Hamawi:- Desde el año 2014 funcionó en la Universidad de Avellaneda una orquesta infanto-juvenil que estaba dentro del proyecto de Orquestas del Bicentenario. Originalmente tuvo su sede en la isla Maciel en una escuela secundaria que dependía de la Universidad. Luego, como ese espacio quedó chico, la escuela se mudó a Wilde y la orquesta se consolidó allí con gran cantidad de chicos carenciados primero de la Isla Maciel y luego de Wilde. Todos estos chicos no tenían la posibilidad de hacer un despliegue personal desde la música. Por eso nosotros entendemos esta orquesta como un derecho al acceso al distrute de la cultura.
-¿Cómo se financiaba este proyecto?
RH:- Hasta 2015 estuvo financiado por el Ministerio de Educación, pero luego de 2015 se desarma a nivel nacional el programa Orquestas y Coros del Bicentenario, se derivan los recursos a las provincias y a partir de ese momento el programa comienza a desarticularse. La Universidad ya no recibe fondos para el mantenimiento de la orquesta, lo que implica que no recibe el dinero para el sueldo para los docentes y los instrumentos. La Universidad decide entonces sostenerla con recursos propios, con aportes de la comunidad. Pero en algunos casos, como pasó en General Sarmiento, donde había dos orquestas y dos coros, el proyecto no se pudo mantener y los coros y las orquestas se disolvieron por falta de financiamiento. Desde la Universidad seguimos dándole apoyo a la orquesta de Wilde que toca en todas los actos de graduación. Además, se han organizado conciertos en otros barrios. Se dio un contacto con la Fundación Isla Maciel, que dirige el padre Paco que es un referente ético, con la intención de reabrir una orquesta infanto-juvenil en la Isla. Ante la falta de recursos tanto para sostener la de Wilde como para reabrir la de Isla Maciel, decidimos formar un colectivo para recaudar fondos para estas tareas. Entonces, con los docentes de la orquesta de Wilde, la Universidad de Avellaneda, el Municipio de Avellaneda, la fundación y algunos colectivos de músicos y actores pusimos en marcha este proyecto.
-¿Qué actividades tienen previstas?
RH: -La primera que nos planteamos se va a desarrollar este domingo 24 a las 18 y es un concierto del maestro Miguel Ángel Estrella en el Teatro Roma de Avellaneda. De él va a participar también la orquesta de Wilde y el destacado guitarrista Carlos Roldán. Además hemos abierto un crowdfunding que es una forma de recaudación a través de Internet. Nos está yendo bien, pero hace falta mucho más porque necesitamos recursos tanto para los docentes como para los instrumentos.
-¿Y qué pasa con el compromiso del Estado?
RH: -Seguimos reclamando, pero mientras tanto movilizamos a la sociedad para cubrir esas carencias. El Estado tiene que cumplir con esa responsabilidad. Por eso, no estamos sustituyendo ese aporte, sino buscando recursos en una emergencia para sostener la orquesta de Wilde y reabrir la de la isla Maciel. Hay un documento muy conmovedor del padre Paco en el que explica lo importante que sería para la Isla poder darles a los niños y jóvenes este acceso a un trabajo grupal, al conocimiento de un instrumento. Esta experiencia en Argentina fue superintensa y también en otros países como Colombia y Venezuela porque implica la movilización de miles de jóvenes que de pronto encuentran en el instrumento que tocan una forma de expresión, una forma de integración y también una forma de respeto. La intención no es formar músicos profesionales, aunque quizá alguno llegue a serlo, sino incorporarlos a una forma de disfrute estético a la que, por su condición social, les costaría mucho llegar.
-¿De qué forma puede la sociedad apoyar económicamente este proyecto?
Bernardo Scherman: La manera más sencilla es entrar a la página www.idea.me donde hay varias campañas subidas. La nuestra se llama Ayudanos a armar la orquesta. Allí van a encontrar diferentes categorías de colaboración, desde 100 hasta 25.000 pesos y cada una tiene una retribución que está bien explicada. De esta forma pueden colaborar con la primera parte del proyecto que es la compra de instrumentos de cuerda. Por supuesto que si alguien quiere acercarse y colaborar por fuera de esa campaña también puede hacerlo. Si alguna empresa quiere hacerlo se puede contactar con la Secretaría Académica de la Universidad de Avellaneda o con la Fundación Isla Maciel y allí los van a asesorar.
RH: -También pueden participar del concierto del domingo que dará Miguel Ángel Estrella. En este caso hay un mail en el que se pueden hacer reservas que es [email protected]. También hay una posibilidad allí de que se contacte la gente que quiera donar instrumentos. La segunda parte de esta campaña va a consistir, precisamente, en salir a pedir a la comunidad la donación de instrumentos. En esta etapa de la campaña el objetivo es comprar los instrumentos de cuerda y en una segunda etapa o en otra campaña avanzaremos en la donación directa.
-¿De dónde son los chicos que participan en este momento de la orquesta de Wilde?
BS: -En su mayoría son de la Villa Azul de Wilde que es donde está la escuela secundaria técnica de la Universidad, pero tenemos un alumno que es de la isla Maciel porque empezó allí y hoy sigue viniendo a la escuela y a la orquesta. En 2015, cuando las cosas funcionaban bien, había un micro que iba a buscar a los chicos a la isla Maciel y los llevaba a la escuela para que no perdieran su escolarización. Además, había viandas para ellos. Todo eso no está más. El Ministerio dejó de girar los fondos para el micro y para las viandas y la cantidad de alumnos de la isla Maciel que van ahora a la escuela de Wilde es muy poca. De una escuela de 100 alumnos sólo hay cuatro de la isla.
-¿Cuál es tu participación específica en la orquesta de Wilde?
BS:-Soy el director musical y el coordinador. Somos un equipo de 12 docentes y un asistente que se encarga de hacer todo el recorrido del territorio, ver qué chicos están viniendo, quiénes no y por qué, tomar las asistencias, verificar el estado de los instrumentos y firmar los comodatos porque los chicos se llevan los instrumentos en comodato. Es un sistema que trabaja en base a mucha confianza. Inicialmente se podría llegar a pensar cómo se le va a dar un instrumento a un chico que carece de tantas cosas. Un trombón, por ejemplo, cuesta 30.000 pesos. Sin embargo, los instrumentos son lo que los chicos más cuidan, el nivel de responsabilidad que tienen con ellos es enorme. El resto del equipo está formado por los profesores de los instrumentos. Hay un profesor de contrabajo, de cello, de violín, de viola, de percusión, de trombón, de trompeta, de clarinete y de flauta.
-¿Cuántos chicos hay en la orquesta?
BS: -En este momento es cuando participan más alumnos. Se anotaron 43 chicos y en la actividad de orquesta generalmente hay 30. En el último acto de colación la Universidad tocaron 32. En el barrio siempre estamos convocando chicos porque, si bien la orquesta funciona en la escuela, no sólo van alumnos de la escuela, sino también chicos del barrio. Ése es uno de los pilares del proyecto que es hacer territorio en el barrio e involucrar a los chicos para que participen de la orquesta.
-¿Además de las ceremonias de colación de la Universidad, la orquesta se presenta también en otros lugares?
BS: -Sí, pero ahora las cosas están más difíciles. El proyecto de Orquestas y Coros del Bicentenario tenía una cúpula de directivos que eran los encargados de organizar encuentros entre orquestas. Entonces, por ejemplo, los chicos de Villa Inflamable viajaban a Córdoba a tocar con los chicos del Chaco. Todo eso lamentablemente se perdió. Echaron a un equipo de docentes prestigiosos. Hablo de gente como Claudio Espector que se formó en Rusia; como Raúl Becerra, flautista de la Filarmónica. A Claudio por ejemplo, lo llamaron de Recursos Humanos y le dijeron: lo queremos felicitar por su trabajo pero no le vamos a renovar el contrato. No es que argumentaron que había hecho mal su trabajo. El proyecto ahora está descentralizado, en la provincia de Buenos Aires los docentes hace 8 meses que no cobran y a las universidades, como son nacionales y no provinciales, las dejaron afuera. Por eso hay que destacar la actitud de los directivos de la Universidad de Avellaneda, tanto de la secretaria académica como del rector. Nosotros estamos gracias a que la Universidad cree en este proyecto y lo sostiene. Volviendo a tu pregunta, estamos tocando en otros lugares pero siempre gestionados por nosotros. Esto abre mucho la creatividad. Por ejemplo, el 27 de octubre vamos a hacer un concierto con la orquesta de Villa Inflamable de Dock Sud en la sede Piñeyro de la Universidad de Avellaneda. Hace dos semanas fuimos a tocar a la fundación de la Isla Maciel, hace un mes tocamos en la Villa Azul en un evento que organizaba la Universidad de Avellaneda. Generalmente suelen convocarnos para los exámenes de la Tecnicatura en Dirección de Orquestas porque cuando se va a rendir un examen tiene que haber una orquesta a la que dirigir y obviamente tiene que ser una orquesta infanto-juvenil.
-¿Cuál es la edad de los chicos que pueden participar de las orquestas?
BS: -Pueden participar todos los chicos en edad escolar, tanto de primaria como de secundaria. Hay chicos de siete años y también más grandes.
-¿Cuál es la importancia específica de formar una orquesta, además de lo musical?
BS: -Creo que es muy importante destacar qué es lo que pasa en la orquesta. Los chicos tienen la posibilidad de acceder a un bien cultural. ¿Por qué un chico de una villa no puede tocar el trombón? ¿Por qué eso tiene que estar reservado para un determinado status social? Mucha gente cree que de esta manera los sacamos de la droga, como si la droga fuera un problema de los barrios humildes. La droga está también en los barrios de las clase más altas. La cuestión no es ésa, sino que lo que queremos es que puedan estudiar gratuitamente un instrumento, que sociabilicen con otros chicos, que compartan, que se den cuenta de que el conjunto es más importante que las individualidades y que la parte que ellos tocan en la orquesta hace al todo. También que valoren la importancia del esfuerzo sostenido en el tiempo porque aprender a tocar un instrumento lleva toda la vida. Por eso, en la campaña de la isla Maciel vamos a comenzar con los instrumentos de cuerda porque no son instrumentos temperados, son los que más cuesta afinar y tienen una técnica más compleja que los otros. Los chicos se dan cuenta de que no todo es inmediato, que no es cosa de tocar un botón y es increíble ver cómo progresan.
RH: -Es un proyecto tan claro y tan necesario que inmediatamente encontramos apoyo. Hay más de 60 músicos implicados en él, de Gieco a Adriana Varela y también actores entre las que se cuenta Nancy Dupláa, por lo que creemos que tenemos la posibilidad de hacer muchos otros conciertos y actividades