La noticia del fallecimiento de Antonio Skármeta fue confirmada por el hijo del escritor, Fabián Skármeta, quien dijo refiriéndose a la muerte de su padre: «Fue un largo proceso que empezó hace años con Alzheimer y terminó en una muerte natural».
Y agregó: “Como familia estamos tranquilos. Estuvimos mi madre (Nora María Preperski) y yo con él todo el tiempo acompañándolo».
Al conocerse la noticia, el presidente de Chile expresó: “Gracias, maestro, por la vida vivida. Por los cuentos, las novelas y el teatro. Por el compromiso político. Por el show de los libros que amplió las fronteras de la literatura. Por soñar que la nieve ardía en el Chile que te dolió tanto”.
También la Universidad de Chile, con quien Skármeta tenía una estrecha relación -allí había estudiado Filosofía y más tarde dictaría clases- se expresó a través de las redes sociales: “Nuestra comunidad universitaria despide con pesar a Antonio Skármeta Vraničić, escritor, Premio Nacional de Literatura 2014, egresado de Filosofía y académico de la Universidad de Chile en múltiples etapas de su inspiradora carrera que impulsó la lectura y el amor por los libros”.
Se interesó en el pensamiento de Jean-Paul Sartre, Albert Camus y Martin Heidegger y luego de recibirse con una beca referida a Ortega y Gasset, ganó una beca Fulbright y viajó a la Universidad de Columbia, en Nueva York, donde Skármeta realizó una segunda tesis referida a Julio Cortázar.
Nacido en Antofagasta el 7 de noviembre de 1940, Skármeta dejó una amplia obra que abarca diversos géneros. Su compromiso político con las ideas de izquierda fue muy intenso. Formó parte del Movimiento de Acción Popular y Unitaria en los años del Gobierno del Frente Popular y el presidente socialista, Salvador Allende, lo que lo obligó a marchar al exilio durante la dictadura de Pinochet.
Cuando marchó al exilio, la primera escala de Skármeta fue la Argentina, donde vivió durante un año en Olivos. Publicó en este país tres libros y luego marchó a Alemania. Allí comenzó a desarrollar la historia del cartero de Neruda que aparecería en 1985 bajo el título Ardiente paciencia y que no sólo fue llevada con gran éxito al cine, sino también a la radio y al teatro.
Tras permanecer 16 años fuera de su país, Skármeta regresó a Chile en 1989.
Skármeta, su legado
Su obra le valió diversos reconocimientos. En efecto, Skármeta, En 2014 recibió el Premio Nacional de Literatura de Chile. Fue reconocido también con el Premio Casa de las Américas, el Premio Unesco en 2003 y dos veces con el Premio Planeta.
Más allá de su obra, también fue conocido y reconocido por el programa televisivo El show de los libros, que se transmitió a través de la Televisión Nacional de Chile entre 1992 y 2002. En él entrevistó tanto a escritores como a críticos y autores teatrales con un amplio seguimiento de público.
Además de “Ardiente paciencia”, cuya versión cinematográfica lo hizo ampliamente conocido mucho más allá de la frontera de su país, también fueron llevadas al cine El baile de la Victoria y el El plebiscito”.
Entre sus novelas se cuentan: Los días del arcoíris, Un padre de película, la ya mencionada El baile de la Victoria, La chica del trombón, La boda del poeta, la Velocidad del amor, Ardiente paciencia, La insurrección, No pasó nada y Soñé que la nieve ardía.
Esta última novela de Skármeta citada por el presidente de Chile en su despedida pública del escritor, está referida al entusiasmo popular de los días del gobierno de Salvador Allende frustrado por el golpe de Estado de Augusto Pinochet. Fue traducida a 15 lenguas.
Sus libros de relatos fueron Los nombres de las cosas que allí había, Libertad de movimiento, A las arenas, Novios y solitarios, El ciclista de San Cristóbal, Desnudo en el tejado, Tiro libre y Borges e altre storie d`amore (publicada por la editorial italiana Einaudi).
Skármeta también incursionó en la literatura infantil con libros como
La flor azul, Chispas, El portero de la cordillera, Galletas chinas, la composición e Insomnio.
Sin duda, la literatura latinoamericana ha perdido un grande que no sólo dejó una obra sólida, sino que, además, supo concitar a través de sus actitudes humanas el reconocimiento y el cariño de sus lectores.