Las preocupaciones para Gerardo Martino no pasan por el juego de la Selección. El problema para el Tata radica en las lesiones, ya que a las que arrastran Ángel Di María y Nicolás Gaitán, se sumaron las producidas anoche en la goleada ante Estados Unidos. El caso de Ezequiel Lavezzi es el más grave porque su caída de espaldas por encima de un cartel de publicidad cuando intentaba controlar el balón con el pecho le provocó una «luxo fractura en el codo izquierdo que necesitará reparación quirúrgica», según el parte médico dado a conocer minutos después de concluido el cotejo ante los estadounidenses.
Lo de Augusto Fernández, en tanto, fue un «desgarro grado uno», según lo confirmó el propio futbolista, por lo que se estima que estará parado al menos dos semanas. Ambas lesiones se suman a la de Ángel Di María, quien arrancó como titular en el debut en fase de grupos ante Chile y se desgarró el muslo derecho a los 40 minutos del primer tiempo. Su reemplazante había sido Nicolás Gaitán quien, además de las dos tarjetas amarillas acumuladas tampoco pudo estar anoche porque en cuartos de final ante Venezuela sufrió la misma lesión que padeció el jugador de París Saint-Germain.
Para la final de la Copa América Centenario, en caso que esté en condiciones físicas, Di María podría reaparecer en el equipo titular para cubrir el sector izquierdo del mediocampo. En el caso de Augusto Fernández, el sustituto podría ser Lucas Biglia, que en caso de confirmarse provocaría el adelantamiento en el terreno de Éver Banega.
En cuanto a Marcos Rojo, que fue reemplazado por Víctor Cuesta en el segundo tiempo de la semifinal, padece una sobrecarga muscular en el aductor derecho que, en principio y dados los cinco días de descanso que habrá hasta la final del domingo en Nueva Jersey, no le impedirán estar presente en ese encuentro.