“Reperfilamiento.” La introducción de esta nueva palabra por parte del Gobierno nacional para no referirse directamente al refinanciamiento de la deuda habría dado sus frutos, más allá de la caótica incertidumbre, la corrida cambiaria y financiera y la lenta pero impostergable disolución de la Argentina que se generaron tras el anuncio.

“La gente no entendió un carajo y eso es bueno”, se entusiasman en Casa Rosada. La palabra “reperfilamiento”, surgida en las brillantes mentes de Marcos Peña, Alejandro Rozitchner y el Mago sin Dientes, provocó, según creen en Balcarce 50, una “necesaria zozobra” en el argentino de a pie.

“Es espectacular que nadie entienda nada, sobre todo antes de que se vaya todo a la mierda y de que el poder financiero se quede con el dinero de los depositantes”, explicaron también en el Ministerio de Hacienda.