De regreso en la Argentina tras su paseo romántico por París junto a Enrique “Quique” Sacco, la ex gobernadora bonaerense se cruzó de casualidad con cronistas de Dominical. Así, María Eugenia Vidal dejó algunas definiciones importantes sobre la ley impositiva bonaerense, que luego de idas y venidas se aprobó con los cambios propuestos por legisladores de Juntos por el Cambio.

–Algunos aseguran que usted operó desde París para trabar la reforma tal como la había propuesto inicialmente el gobernador Axel Kicillof.

–Nada que ver. En París me dediqué a descansar, a recorrer panaderías y a comer medialunas, que son tan ricas. Cuando terminó mi mandato, puse la cabeza en blanco, dejé todo así como estaba, tiré una bomba de humo y me fui a la mierda (risas).

–Los cambios a la ley que impuso la oposición incluyeron algunas rebajas importantes a grandes contribuyentes, como el caso de las cableoperadoras…

–(Bebotea.) Es emocionante todo lo que hicimos juntos para aliviar la situación de multimedios vulnerables, como el Grupo Clarín, así como de los grandes terratenientes que menos tienen.

–¿Cómo sigue su carrera política?

–Ay, no sé. El tiempo lo dirá. Ahora estoy a la expectativa para ver en qué espacio me meto. Quizás mis horas en el macrismo están contadas…

–¿Es información?

–No sé, ponele. Un poco me harté de Marcos Peña y de Mauricio.

–¿Qué cree que fue lo mejor que logró su gobierno?

–No haber aprobado el uso del protocolo ese de abortos. Y haber dejado que se venzan un montón de vacunas. ¡Les dimos una gran alegría a todos los que odian las vacunas y creen que la humanidad es mejor con sarampión y tos convulsa!

–Para terminar, ¿qué extraña de ser gobernadora?

–Vivir en la base aérea militar de Morón. ¡Fue una experiencia inolvidable!