La mítica banda de los hermanos Moura festejará sus 40 años este viernes en el Movistar Arena. Julio Moura analiza el legado de la banda y detalla los preparativos del show.
En diálogo con Tiempo, el guitarrista, compositor y arreglador Julio Moura, detalla cómo vive el inminente festejo y analiza el legado de la banda.
-¿Por qué te parece que Virus volvió con tanta fuerza en este momento histórico?
–Ni idea (risas). Creo que se debe exclusivamente a la obra, a las canciones que quedaron en el inconsciente colectivo, en el corazón de la gente. Y eso es fantástico. De alguna manera nosotros somos los creadores y somos el puente entre la obra y la gente. Eso genera, no digo una responsabilidad, pero sí una necesidad de poder mantener el vínculo con la gente como si fuera una relación familiar. Como si fuera un hijo al que nunca lo abandonas. Es realmente muy placentero. Otro motivo fundamental es que la gente disfruta, comparte, canta muchísimo. El destino de la obra es la gente.
-¿Cómo te parece que se pasó de ese tiempo en que a Virus se lo catalogaba de frívolo, de que tenía solamente canciones bailables a una reivindicación inclusive política de la banda?
-Nosotros surgimos en un momento muy especial, muy difícil, muy duro para el país en términos políticos y sociales. Costó en el mundo rockero, como en de la crítica y la sociedad en general de que se percataran de que estábamos haciendo algo disruptivo, algo que estaba rompiendo los esquemas. Nosotros proponíamos bailar, salir a la calle, poner el cuerpo y el bocho en acción en un momento en que salir a la calle era subversivo porque la dictadura quería recluir la vida el encierro y al ámbito de lo privado. Era invocar a que el pueblo salga a la calle. Lo que pasa es que nosotros no lo decíamos explícitamente desde un discurso político o panfletario, sino que lo hicimos utilizando elementos alegóricos, con metáforas para evadir la censura. Y a la vez lo mezclamos con las cosas cotidianas de la vida: bailar, reírse, disfrutar. No hay una contradicción entre la justicia social y las ganas de estar bien. Creo que hoy, en el presente, ya con varios años de distancia desde el principio de Virus hay una mirada más contemplativa y objetiva de la obra
-Con sus canciones se pasaba del cuerpo desaparecido el cuerpo que bailaba. Eso era de una importancia enorme para la época.
–Absolutamente, absolutamente. Es decir, hay distintos momentos de la juventud para enfrentar o adecuarse a los cambios sociales. Hay momentos de lucha, momentos de enfrentamiento real y físico, y hay momentos donde se vuelve necesario que ese físico también disfrute y goce.
-¿Qué te parece que representaron los ‘80? ¿Había una potencia creativa especial?
– Lo especial lo daba la situación social misma, el propio contexto. Por dar un ejemplo, en aquel momento no existía ningún tipo de red social, no existía Internet, no existían teléfonos inteligentes, entonces era todo más artesanal de alguna manera e inducía a buscar cosas nuevas, a que los afectos se dieran de otra manera. A buscar al amigo tocándole el timbre. Hoy parece que es necesario un previo mensaje de Whatsapp.
-En relación con el tiempo que estamos viviendo ¿Cuáles te parece que son las canciones que no pueden faltar en este show?
–Esa parte es muy difícil. En un show que puede durar dos horas como máximo, porque si no es muy largo, es imposible que nos entren todas las canciones y los hits que la gente quiere. Es decir, armamos una lista e inevitablemente quedan temas afuera. Hay temas muy obvios, pero hay otros que son tan expresivos o tan determinantes en nuestra carrera que se tiene que elegir entre uno u otro. Lo complicado es no tener temas y eso claramente no es nuestro problema. (risas).
-Cuando ciertos discursos insisten en minimizar el tema de los desaparecidos, debe ser difícil dejar afuera “Ellos nos están separando”, la canción dedicada a Jorge (el hermano de los Moura desaparecido por la dictadura militar).
–Claro. La lista se arma a partir de cierta ilación, de cierto argumento, de cierto mensaje que se quiere quedar. Son muchas las cosas que influyen o que inciden en el armado de una lista porque si fuera por eso, por evaluar las que vos consideras que por distintas cuestiones tienen que estar sí o sí, aun así es imposible. Nos pasa como a Paul McCartney cuando quiere mostrar nuevas canciones y le piden la de los Beatles. Es imposible decir que no, porque las canciones son parte de la gente. Va a ser un disco en vivo, pero no son dos horas de show en vivo. Entonces todo eso está medio ahí y de alguna manera queda librado a lo que suceda, a la espontaneidad y a cómo surjan las cosas.
-Ustedes lanzaron el disco “Agujero interior” el 10 de diciembre de 1983, el día en que volvió la democracia con la asunción de Alfonsín. ¿Qué puede significar hoy el imperativo “Hay que salir del agujero interior”?
-Hay muchas cosas que pueden estar indicadas en la frase “Hay que salir del agujero interior”. La cuestión es exteriorizar las cosas. Salir del agujero interior es ser empático. Hoy por hoy creo que hay una falta de empatía general, social. Hay esa famosa grieta, que también es una herida que no entiendo bien de dónde salió, pero que es real. Y creo que ha generado dos bandos y mucho resentimiento, mucho odio. Nuevamente parece que “hay tantos odios para curar”. Con el tiempo, cuando van transcurriendo los años, la mirada que es muy subjetiva va teniendo un poco más de objetividad y se vuelve más contemplativa. Encontrás y encontramos sentido en cada letra, el sentido de que realmente lo que estábamos diciendo en el pasado. A veces uno dice las cosas manejado por el inconsciente. No es tan literal o tan consciente del decir de las cosas. Dentro de una metáfora puede haber poesía, pero al mismo tiempo cosas que te va indicando el subconsciente Creo que eso es parte de lo que yo considero en el arte como vanguardia. Esa capacidad, y no lo digo desde un punto de vista soberbio, que existe en todos los ámbitos del arte. Siempre fue como una vida paralela, el arte indicando cosas que están fuera de las normas, fuera de las leyes o de los estatutos sociales.
-Pasaron 40 años de democracia. Por diversos motivos, ustedes devinieron símbolo de la democracia. ¿Qué opinás de esta democracia más débil que aparece hoy?
-Yo no quiero hacer un análisis político de la cuestión. Lo que creo es un poco lo que te decía antes. Hay como un karma, no sé si solamente en nuestro país, hay esa cosa de polarización, esa forma de enfrentamiento que es muy nocivo. Sería mucho más saludable, más empático, hablar bien de las cosas que se hacen bien y no hacer propaganda hablando mal del otro. Es como si yo como hincha de un equipo de fútbol no festejé cuando gana, sino cuando pierde el otro. Parece que se da vuelta sobre eso y siempre se echan la culpa unos a otros. Eso va concentrándose cada vez más y va generando va generando odio en la gente. Y eso es muy triste, es realmente triste.
-En los últimos años hubo un resurgimiento y una valoración de la figura de Federico plasmado en biografías, en homenajes. ¿Por qué crees que se dio este fenómeno y en símbolo de que luchas se volvió Federico?
–Tiene que ver con lo que decía antes. Con esa postura o esa actitud de vida que de alguna manera es una vanguardia que tal vez llegue un poco tarde para entenderse, Y eso lo puedes relacionar con la música en sí, la música nuestra. Hablaban de credibilidad. Y en realidad estábamos diciendo cosas concretas. Lo que pasa es que nosotros no lo decíamos desde un punto de vista realista, directo. El humor ha sido algo que nos caracterizó siempre. La ironía y la necesidad también de jugar un poco con eso. De no ser tan pragmáticos o de un idealismo tan evidente.
-¿Cuáles te parecen que son, en términos musicales, los herederos de Virus?
-No lo digo yo, lo dicen los demás, que nosotros hemos abierto una puerta con una nueva estética musical a partir de la cual surgieron muchos grupos. No lo digo yo y tampoco creo que seamos los únicos, pero en algún punto siento que fuimos una especie de tambor de Tacuarí o a la manera de los espartanos en las Termópilas que hicieron la movida, pero fueron los que pagaron el precio. Los que digamos, los que llegaron más lejos fueron los que vinieron atrás. Lo digo irónicamente. A nosotros nos costó mucho. Fue una película muy fuerte e intensa. Si a esto le incluís la muerte de Federico fue todo muy intenso y por momentos demasiado triste. Pero bueno estamos acá de alguna manera.
Este viernes 12 de abril a las 21 en el Movistar Arena, Humboldt 450.
También anuló la prohibición para ejercer cargos públicos. Había sido condenado por el pago de…
El gobierno giró el proyecto de Ley para eliminar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias…
El fallecimiento del fueguino Héctor Stefani abrió una pelea por la banca que se disputan…
El ndec registró un aumento del costo del 1% y las empresas registraron una variación…
Habrá tres tipos de evaluaciones: para servicios generales, administrativos y profesionales. El personal tendrá que…
Comenzará a las 19 horas en todas las universidades públicas del país, en conmemoración al…
El expresidente será indagado por hechos de violencia de género y presunta "coacción" hacia Yañez,…
Este jueves comienza el certamen oficial, pero desde el viernes tendrá lugar en la misma…
La autora, directora y actriz presenta una obra nueva, en la que cuestiona el uso…
El músico padecía de una grave enfermedad que lo había alejado de los escenarios y…
Entre los fallecidos hay 33 milicianos proiraníes de nacionalidad siria, incluidos miembros de las fuerzas…
Se trata de una política que lleva adelante la ministra de Seguridad de la provincia,…