Vincular-nos: las claves del proyecto interdisciplinario que procura prevenir el suicidio adolescente

En el marco del 10 de septiembre, Día Mundial de la Prevención del Suicidio, y hacia el 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental, Tiempo dialogó con un grupo interdisciplinario que trabaja en la prevención del suicidio adolescente. Son los profesionales que crearon el proyecto “Vincular-nos”, de la Asociación Civil “El Legado Para Los Chicos”, que empezó en Malvinas Argentinas y se extendió a otros partidos bonaerenses. Participan psicólogos sociales, operadores de salud mental y en adicciones, docentes, acompañantes terapéuticos, suicidólogos y abogados.

Buscan promover, visibilizar, abordar y prevenir la problemática del suicidio juvenil a partir de la alfabetización y la introyección de herramientas integrales necesarias para las adolescencias. Iniciaron este proceso dialéctico, capacitándose acerca de la importancia de la tarea que llevan a cabo: “acompañar a los jóvenes en vulnerabilidad social y en situaciones problemáticas”. Lo hacen en medio de un contexto en el que en Argentina -según la estadística de Fundacion Kaleidos y FUSA AC- el 69% de las muertes en varones adolescentes se pueden evitar. No solo eso: el 77% de los suicidios fueron cometidos por varones.

En Vincular-nos los ayudan a que aprendan a cuidar -a partir de la escritura y el juego- la salud mental y relacionarse de manera sana con el entorno. Explican que la escuela es una reproducción de dispositivos pedagógicos y sociales que imponen disciplinas legitimadas por el Estado, el cual a su vez determina formas y estilos que transmiten el saber desde el lugar de la autoridad que le corresponde. Por eso “es donde hay que profundizar e incorporar una batería de herramientas”.

Desde la presidencia 

Angelina Heinrich es la presidenta de la Asociación Civil: «Somos docentes, psicólogos sociales, maestras especiales y artesanos capacitados en diversos oficios, nos formamos en 2019 con el fin de contener a niños, niñas y adolescentes en situación de vulnerabilidad”, comenta en diálogo con Tiempo.

“En 2020 fuimos atravesados por la pandemia mundial del Covid-19 y cumplimos funciones asistenciales, fue una experiencia, porque realizamos meriendas y entregas de viandas para las familias más necesitadas”, reconstruye.

“Pudimos observar que durante el aislamiento social se produjo una problemática en la educación que se agudizó después cuando terminó, por eso, pusimos en marcha el programa de alfabetización ‘Aula Móvil’, donde trabajamos con los merenderos de Malvinas Argentinas”, repasa Angelina.

En 2023 crearon un centro cultural con un combo de talleres para adultos, adolescentes y niños «con precios súper sociales». Las cuotas se utilizan exclusivamente para el sueldo de los profesores y el alquiler del local que ocupan.

“Entendemos que la salud mental incluye el bienestar psicológico, emocional y social de las personas. Bajo esta mirada creamos Vincular-nos, en este espacio trabajamos con directivos de escuelas estatales y privadas; realizamos capacitaciones en prevención del suicidio adolescente”, cuenta la presidenta.

Con la autogestión como bandera y símbolo de la independencia: “No tenemos aliados a nivel nacional ni internacional, nuestro trabajo comenzó siendo local en Malvinas Argentinas, luego se expandió a distintos distritos y dialogamos con distintas provincias. Tampoco recibimos apoyo estatal ni privado; somos totalmente independientes”.

El proyecto de prevención

“Sabemos que la escuela es un espacio de socialización por el que atravesamos los sujetos en nuestra sociedad. En la que no solo se adquieren conocimientos, sino también se ponen en práctica habilidades, se construyen normas y principios, se incorporan hábitos y se introyectan valores. O sea, se construyen subjetividades, dado a que en la escuela, de forma dialéctica, se aprende a adaptarse activamente a la realidad por medio de aprendizajes significativos”, explica Mariano Carrizo, psicólogo social y operador preventivo en salud mental.

“Las actividades las venimos haciendo hace más de 7 años, realizamos trabajos culturales en las plazas y distintos lugares públicos ofreciendo alrededor de 25 talleres y cursos de capacitaciones. El arte, la música, manualidades y también oficios con salidas laborales, esto se hace con una cuota social para cubrir los gastos del local, el trabajo de los profesores y accesible para la gente de los barrios”, continúa Carrizo.

“Tenemos proyectado armar espacios para contención para casos de violencia de género, también pensamos trabajar en la reinserción social de las personas que salen de las cárceles, con el fin de reducir la reincidencia. Para eso, brindaremos capacitación laboral y educativas, es decir, resocialización o en algunos casos socialización para estas personas”, detalla el psicólogo social.

¿Por qué en Malvinas Argentinas? “El partido bonaerense está en la cima de casos de suicidio en la adolescencia, un tema que está a flor de piel y que se pasa por alto, pero la realidad es que los pibes se están matando. Nos enfocamos en abordar la situación y decidimos trabajar en los colegios secundarios, que es donde concurre la gran mayoría de adolescentes, comenzamos a visitar las aulas y la realidad es que los gabinetes no dan abasto”, asegura Carrizo.

“Justamente, en agosto pasado comenzamos con un espacio para los adolescentes dentro de un centro cultural donde ofrecemos profundizar en la construcción de herramientas, con actividades dinámicas de aprendizaje. Observamos la calidad de vida de los adolescentes en cuanto a la contención y el aprendizaje en vías de mejorar el bienestar emocional y la salud mental a partir de los vínculos”, completa.

Desde una perspectiva psicosocial

“Abordamos la problemática desde una perspectiva psicosocial, consideramos que el suicidio es un fenómeno multifacético influenciado por una combinación de factores individuales, familiares, escolares y sociales”, explica Babara Lucero, psicóloga social.

Uno de sus principales objetivos es crear conciencia sobre la importancia de la salud mental en adolescentes: Basándonos en la teoría del apoyo social, reconocemos que las redes de contención emocional y social son cruciales para el bienestar de las nuevas generaciones”.

Organizan charlas en escuelas secundarias con dinámicas grupales que fomentan la apertura y el diálogo, permitiendo de esa manera a los estudiantes compartir sus experiencias y preocupaciones en un entorno seguro y sin juicio.

“Otro objetivo clave, es proporcionar a los adolescentes herramientas prácticas para manejar el estrés y las dificultades emocionales. A través de la teoría del aprendizaje social sabemos que los jóvenes pueden aprender comportamientos saludables observando a sus compañeros y adultos de confianza. Nuestras charlas incluyen técnicas de afrontamiento, mindfulness y habilidades de comunicación, que los estudiantes pueden aplicar en sus vidas diarias”, enfatiza.

“Nuestra labor también se fundamenta en la teoría del desarrollo psicosocial que destaca la importancia de resolver conflictos de identidad durante la adolescencia. Ayudamos a los jóvenes a navegar esta etapa crucial, promoviendo un sentido de pertenencia y propósito a través de actividades que refuerzan su autoestima y capacidad de enfrentar desafíos”, señala.

Y cierra: “Buscamos desestigmatizar la salud mental, crear una cultura de empatía y comprensión. Al abordar el suicidio adolescente desde una mirada psicosocial, aspiramos a intervenir de manera efectiva, brindándoles las herramientas y el apoyo necesarios para superar momentos difíciles y construir un futuro prometedor”.

Identificando problemáticas sociales

“El compromiso social, el constante contacto con los vecinos y el trabajo de campo, nos llevaron a identificar problemáticas sociales, es decir, situaciones que impactan de forma negativa en la población”, explica José Heinrich, trabajador social y miembro de la Asociación Civil “El Legado Para Los Chicos”.

Para el análisis observaron la crisis económica y su impacto en la alimentación; los problemas en la alfabetización que fueron potenciados por la pandemia, y la pérdida de valores y sentido de pertenencia de las personas integrantes de una determinada comunidad.

“Los problemas de depresión, ansiedad, falta de empatía y muchos otros conflictos emocionales que forman parte de la convivencia diaria de los adolescentes fueron agudizados después de la pandemia. También fuertemente influenciados por la tecnología, redes sociales y los canales de información utilizados por preferencia generacional”, señala.

“El proyecto Vincular-nos es el resultado de un trabajo de campo, realizado por un equipo interdisciplinario de psicólogos sociales, docentes, terapeutas y personal idóneo que advertimos una serie de conflictos en los adolescentes. Señalamos puntualmente, que un grupo considerable de ellos no puede canalizar en forma positiva, por lo cual ponen en riesgo la salud mental y eso trae consecuencias terribles”, explica.

Los grupos de psicólogos sociales trabajan en distintas instituciones educativas y brindan 4 encuentros de forma gratuita. Desarrollan diversas actividades lúdicas, didácticas y de libre participación, en las que van develando las necesidades grupales.

“Cada grupo presenta distintas necesidades, que se trabajan de forma analítica y particular. El objetivo es que, una vez transcurrido los cuatro encuentros, incorporen las herramientas necesarias que los ayuden a ‘sanar’ desde adentro, mejorar su relación con su entorno y así lograr una buena salud mental”, finaliza.