Ante el avance del gobierno porteño en la obra, vecinos y vecinas se organizaron y conformaron un colectivo para defender el patrimonio. Se movilizan este jueves.
En agosto del año pasado, varios habitantes del barrio junto al Observatorio del Derecho a la Ciudad y la ONG “Basta de Demoler”, presentaron un recurso de amparo pidiendo la nulidad e inconstitucionalidad de la Resolución N 436/2008, firmada por el Subsecretario de Registros, Interpretación y Catastro (SSREGIC) Rodrigo Cruz, que daba el visto bueno a la obra incendiada. Entre otros argumentos válidos, el pedido de amparo señalaba que no hubo espacio para la participación ciudadana en la discusión de la conformación de nuevas parcelas o la aprobación de planos de obra. En ese sentido el Código de Planeamiento Urbano señala: “previamente a la aprobación de planos de obra (…) y demoliciones en todo el Distrito, el Organismo de Aplicación cursará notificación a asociaciones vecinales de la zona para que emitan su opinión en 15 días”. Esto deja en evidencia que el gobierno local también violó el Código de Planeamiento Urbano, y el artículo 1 de la Constitución de la Ciudad que dispone que debe organizarse como una Democracia Participativa.
“Tras el incendio en la obra en construcción y denuncias en la Justicia, el GCBA tramita un convenio urbanístico para legalizar una obra suspendida por ilegal por la justicia. El convenio permitirá construir el triple de la altura aprobada en el primer proyecto”, afirman desde Basta de Demoler. “La torre se construiría en el Área de Protección Histórica de Palermo Chico. Se anuncia la construcción de un edificio de 12.000m2, que no está permitido en esa zona destinada al uso residencial, con viviendas individuales y colectivas de densidad media-baja y altura limitada”, agregan.
Pese a esto, la Ciudad no detuvo el proceso de construcción y avanzó a los pocos días del incendio con la torre de 22 pisos de altura, en esa zona que se caracteriza por tener viviendas bajas que algunas no sobrepasan las dos plantas. “Nosotros nos sentimos con el deber de proteger este patrimonio que es Barrio Parque. En ningún momentos nos oponemos a ‘la modernidad’ al contrario, creo que el patrimonio tiene que ser un patrimonio vivo y funcional, que se vayan adaptando a las diferentes épocas, pero al mismo tiempo tenemos que preservar”, señala a este medio Daniel, dueño de la casa lindera a la obra incendiada donde el gobierno de la Ciudad lleva adelante la construcción. La casa de Daniel fue edificada en 1911 y, al igual que muchas viviendas del barrio, ven con preocupación la destrucción del pintoresco patrimonio. “Están atacando, demoliendo y generando un conflicto terrible para el funcionamiento en una zona que tiene casas de principios del siglo pasado, que correspondía a toda una vanguardia de esa época, y con estas torres inmensas va a quedar todo desdibujado”, agrega Daniel.
Quienes viven en Barrio Parque coinciden en defender el patrimonio y buscan que se respete la legislación que se ha logrado durante muchos años para resguardar éste y otros lugares de la Ciudad de Buenos Aires. “Todas estas construcciones vienen a deconstruir lo que hemos ganado en materia de leyes, ya que cuando pensamos que teníamos toda la legislación para proteger los barrios ahora desaparecen de un plumazo con la firma de estos convenios urbanísticos que permiten deshacer todo lo hecho”, concluye.
Este jueves, se movilizan para frenar la obra
Quienes habitan Barrio Parque son conscientes que esta situación ocurre en casi todos los barrios porteños, y es por eso que en las últimas semanas lograron organizarse para ponerle coto al avance de las nuevas torres de lujo. Juan Fagalde vive en San Martín de Tours al 2800, frente a la obra incendiada donde se está construyendo la torre de 22 pisos, e integra el colectivo de vecinos ‘Palermo Chico Protege’. “Cuando apareció el proyecto de esta obra a mitad de 2018, empecé a investigar y todos coincidieron de que no se permitían construcciones de más de cuatro plantas en el lugar. En 2019 comencé a recolectar firmas de quienes son propietarios de esa manzana y quienes vivimos al frente de la obra, pero todos los organismos de catastro no quisieron tomar cartas en el asunto”, afirma. Más tarde el conjunto de vecinos acudió a la justicia para interponer el recurso de amparo que quedó en manos del Juez Martín Miguel Converset, del Juzgado contencioso administrativo y tributario N°5, Secretaría 9.
“Nos llevó a organizarnos la defensa de nuestro patrimonio y la parsimonia del Juez que permitió el avance de la obra. Si el juez no hubiese permitido que avanzaran estas estafas constructivas, no hubiese ocurrido el incendio, y lo peor es que sabemos que el proyecto que en principio era de 8 pisos ahora es de 22”. Este jueves 11 a las 19 horas, realizarán un abrazo simbólico al barrio en la esquina de Avenida Del Libertador y San Martín de Tours.
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