La Babel Orkesta, agrupación que mixtura lo teatral y lo musical, festeja este viernes sus diez años con un recital gratuito en La Usina del arte.
-¿Cómo ves el recorrido que tuvo la banda?
– Fue vertiginoso al principio. Dimos paso muy grandes muy rápido. Hicimos de todo. Creo que ocupamos un lugar que estaba medio vacante. No había nadie que esté tocando ni música balcánica, ni siguiendo el espíritu de iconos como eran Feliciano Brunelli y Oscar Alemán.
-¿Pero cómo encontraron su manera de interpretar?
– Veníamos con una impronta bien rockera, yo venía de tocar 20 años con la La Mississipi Blues Band. Santiago Castellani venía de tocar en Dancing Mood, más el aporte de los actores que eran de la escuela de Bartis, nos dio una impronta muy desfachatada. Como que podíamos hacer lo que quisiéramos donde quisiéramos. Por eso podemos tocar en la calle, en un museo, en una galería de arte o lo que sea. Estábamos bastante habilitados a hacerlo. Creo que el oficio te da una confianza muy grande, al ver que lo que estás haciendo siempre es celebrado y siempre es bien recibido, te sentís habilitado a dejar salir lo que salga cada vez que tomas el instrumento.
-¿Porqué?
-Tocamos y la gente se vuelve loca. Bailan, gritan o te dicen cosas como no estaba preparado para tanto hoy. Somos como portadores de felicidad. La gente se siente bien con lo que hacemos, se pone contenta, y eso te da mucha confianza. Yo toco el saxo cada vez más seguido. Me pongo a tocar, donde sea. Pero sobre todo para compartir, uno siente que tiene una herramienta en la mano que es explosiva. Y cultural sobre todo.
-¿ Como es el funcionamiento grupal que tienen para encontrar el lenguaje que manejan?
– El método surge de una idea. Uno quería hacer un samba brasilero, entonces otro tiro hacer zamba de mi esperanza, pero como samba. Fue una excusa para una transformación de la canción. La idea es encontrar algún medio para romper y que irrumpa otra cosa, en este caso la alegría brasilera. Por esta impunidad que te da el teatro y la calle podemos hacerlo, porque la gente quiere y necesita divertirse. Siempre hacemos una escena puntual, la boda, filita y a besarse para que explote la música,el que quiere festejar despega, agitar es fácil. La gente necesita bailar gritar y saltar. Por eso el disco nuestro se llama felicidad garantizada. Nosotros tenemos un lenguaje propio, no hacemos nada que salga en la tele, pero no es más que la cruza del teatro, la danza y de la música.
-¿Cual es su deseo luego de 10 años?
– Tenemos que crear algo original, que no sea una copia. Esta banda es todo terreno estamos arriba y abajo del escenario actuando, la gente forma parte y cada show es distinto. No sabemos qué más vamos a hacer . Yo me prendo en todas. Será lo que será.
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