Un ensayo de Martín Kohan sobre un objeto en vías de extinción

Por: Tomás Villegas

Un libro que recorre los cambios que supuso la posibilidad de escuchar de manera cercana la voz de alguien que está ausente y su desplazamiento a manos de un aparato que sigue llevando su mismo nombre, pero que sirve para otras funciones tan diversas como sacar fotos, filmar, navegar por internet, enviar mensajes y enviar mensajes de texto y de audio.

Existen escrituras que logran, con una elaboradísima transparencia, propiciar la felicidad del encuentro con el lector. Escrituras que saben –porque es un saber, y uno extremadamente difícil de adquirir– cómo dar cuenta, con una prosa engañosamente sencilla, de pensamientos complejos, de conceptos entreverados, de procesos intelectuales extensos y alambicados. Y que saben hacerlo –como si lo anterior fuera poca cosa– de manera breve y sucinta. La pluma de Martín Kohan pergeña una de esas escrituras, y es la estrella –y tal vez el mayor valor– de su último y amigable ensayo ¿Hola? Un réquiem para el teléfono

         En apartados numerados de irregular longitud, desde un marco benjaminiano, Kohan concentra su tinta en un objeto que, aún sin haber caducado definitivamente, se encuentra en vías de extinción; que, endeble, casi cadavérico, persiste aún: el teléfono fijo. El teléfono fijo y la subjetividad y las relaciones que ha sabido diagramar. El autorexplora su funcionamiento en los textos de algunos nombres de refinada cultura libresca (Proust, Kafka, Borges, Duras, Barthes), pero ante todo, desprejuiciado, se sumerge en las diversas formas, usos y valoraciones que cobra el objeto en cuestión en el vasto amperímetro que calibra la sensibilidad de la cultura de masas.

         Partiendo de un puñado de premisas, caras a Walter Benjamin, a Jean-Luc Nancy, a Mladen Dolar, Kohan se desliza, gustoso, por el programa televisivo de Susana Giménez, que instaura una peculiarísimo contacto: el que llama (en este caso, ella, la diva del teléfono) no debe hablar primero, deben ser, por el contrario, los llamados quienes emitan el primer, y correcto, enunciado; por la osadía verbal del maestro Tangalanga, todo un artista de la “retención oral”; por la serie del Superagente 86, que con su pulcro zapatófono vaticinaba el celular; por las variantes de “0303456”, la celebérrima canción de Raffaella Carrá; por La llamada fatal, la película de Hitchcock cuyo crimen nodal tenía en la fijeza del teléfono una de sus condiciones de posibilidad. Los casos, y los apartados, proliferan, en una sucesión de ejemplos, de análisis, que implican no ya el avance cronológico del tiempo, sino la idea de que el tiempo en el que los seres humanos se comunicaban, interactuaban y, en parte, se constituían de una manera particular, ya no regresará. Una manera –una manera de ser humanos– que está muriendo. Y de allí, el réquiem. 

         Kohan se niega a naturalizar el milagro telefónico, y persiste en recordar la actividad cuasi milagrosa que, desde los inicios, anidó en sus entrañas artificiales: “una conversación sincrónica en ausencia (no solamente a distancia, sino también en ausencia). Hablar con otro (con otro, y no solamente a otro), aunque no esté, haciéndolo estar en cierta forma”. Desde cierta perspectiva, este fenómeno se entronca con un tipo de enunciación de vasta tradición –antropológica, literaria–, que se expresa libre del cuerpo; remite, así, a la voz de los muertos, de los fantasmas. Pero también es susceptible de conjurar, en un más acá histórico –un más acá específico de la telefonía– las efervescencias del vínculo erótico con la llamada hot line. “La voz en el teléfono desnuda con las palabras ese cuerpo del que brota” –escribe el autor–. “Si en el strip-tease el cuerpo se desnuda, en la hot line lo desnuda la voz. Desnudamiento conjetural, intuido presentido, supuesto, que probablemente ni siquiera exista de veras; o que sí, existe de veras, pero no en el propio cuerpo, sino en la voz”.

         La de Kohan resulta una escritura –si se quiere, una voz– de un empuje vívido, tan amena como laboriosa; aunque, solapada, reside en ella una tristeza cuasi imperceptible: la de un amante que atestigua la desaparición de su objeto, porque lo que muere, con la comunicación telefónica –y más aún si es cierto aquello de que uno se enamora del lenguaje del otro–, es una forma del amor.

Compartir

Entradas recientes

Solidaridad en lo más alto: una expedición al Aconcagua con un mensaje de esperanza

All Boys Solidario y la Fundación Vivir para Sembrar unieron fuerzas para visibilizar la lucha…

1 hora hace

Un mundo tripolar

Noviembre de 2024 y enero de 2025 son meses que marcan el nacimiento de un…

1 hora hace

Un argentino entre las más de 60 víctimas del accidente aéreo en Washington

Se trata de un hombre que viajaba con su hijo de nacionalidad chilena. Aun no…

2 horas hace

Denuncian que Jorge Macri se atribuyó falsamente la construcción de dos nuevas escuelas en la Ciudad

Una diputada porteña asegura que uno de los colegios ya existe hace más de 80…

2 horas hace

Nostalgia del futuro: electrónica y música del mañana según Simon Reynolds

"Futuromanía" es el nuevo libro del periodista y crítico cultural británico. Ensayos contra la cultura…

3 horas hace

En un café de Recoleta, le robaron $7.000.000 a un primo de Patricia Bullrich

La víctima había hecho un retiro bancario. Estaba en una cafetería de la avenida Pueyrredón…

3 horas hace

Murió la cantante y actriz británica Marianne Faithfull

La artista, que ganó popularidad en los años '60 y fue pareja de Mick Jagger,…

4 horas hace

Se perdieron 150 mil hectáreas de bosques en el norte argentino en 2024, un 10% más que el año anterior

Por desmontes e incendios forestales fueron arrasadas 149.649 hectáreas de bosques en Santiago del Estero,…

4 horas hace

Marcha del Orgullo Federal Antifascista y Antirracista: una convocatoria en defensa de la igualdad y de los derechos

Desde diversos sectores creció la convocatoria a la primera Marcha Federal del Orgullo Antifascista y…

5 horas hace

Netflix anunció, por fin, la fecha de estreno de la serie “El Eternauta”

La producción, basada en la historieta de Héctor G. Oesterheld y Francisco Solano López y…

5 horas hace

La Comisión por la Memoria repudió los discursos de odio de Milei y se suma a la marcha antifascista y antirracista

La Comisión Provincial de la Memoria de provincia de Buenos Aires asegura que los discursos…

5 horas hace

Marra ¡afuera!: crónica de otra salida anunciada

Karina Milei echó al legislador en medio de versiones de traición. El rol de la…

6 horas hace