Un adiós al artista plástico Ernesto Bertani

Lo llamaban “El mago de Ituzaingó” por la singularidad y la potencia de su obra y era considerado un pintor urbano por las temáticas que estas abordan. Él se autodefinía como un «militante del realismo», aunque su obra no responde a lo que suele entenderse por tal. Quizá podría decirse que tenía algo de literario en la medida en que siempre había en ella algo narrativo, metafórico.

Nació el 3 de febrero de 1949 en Villa Devoto. Sus obras forman parte de la colección del Museo Sívori y del Palais de Glace,  como así también de colecciones privadas de políticos, periodistas y escritores de Argentina y del exterior. Era uno de los artistas plásticos preferidos de la  actual vicepresidenta Cristina Kirchner. Uno de sus cuadros de gran tamaño que aludía a la lectora estuvo presente en la Feria del Libro y formó parte también del programa cultural que Cristina Mucci tiene en la TV pública.

Vivía y trabajaba en Parque Leloir, Ituzaingó, Provincia de Buenos Aires. Visitar su taller era una experiencia singular. Se trataba de un lugar amplísimo que estaba en el mismo terreno de su casa. La luz entraba a raudales por las muchas ventanas de vidrio repartido compradas en una demolición. Eran esas típicas ventanas enmarcadas por vidrios de colores que hoy, con el auge de lo vintage, están de moda. Segçun la hora del día proyectaban en el taller sus colores con distinta intensidad.

Pintaba con aerógrafo y su minuciosidad llegaba al preciosismo. Por lo general trabajaba con series temáticas que tenían el carácter de obsesiones plásticas. Series de amantes, de ladrones, de lectores de lápices particulares. También hacía objetos y esculturas. De su serie de cuadros sobre lápices que no solo dibujan, sino que también son capaces de abrazar, de generar  árboles, abecedarios, cabelleras y muchas otras cosas de una creatividad deslumbrante, hizo un lápiz corpóreo, redondo, con dos puntas, cada una  de diferente color, que se tocaban como una serpiente que se muerde la cola, símbolo que en el arte antiguo era la plasmación plástica del concepto de infinito. Afirmaba, que le gusta hacerle un homenaje al lápiz “porque es el instrumento básico de lo que hacen todos las personas que crean”.

Pensar series constituía en sí mismo un acto literario, una exploración plástica y narrativa de todas las funciones imaginarias que puede tener un objeto ya se trate, como ya se dijo, de un lápiz o de una corbata o de un traje masculino de casimir inglés. Afirmaba que en el acto creativo “la reflexión sobre uno mismo es permanente”

Dijo de su pintura el críìtico de arte Jorge Glusberg refiriéndose a una exposición de Bertani de 2011: “Con técnicas hiperrealistas, sus telas y dibujos reconocen, sin embargo, la huella de lo surreal. Sus pinturas, con aerógrafo sobre tela, de pliegues y sombras, señalan una refinada concepción de lo visual y una retórica especial, correspondiente a un realismo redimensionante. El efecto de esta pintura, de una gran economía de medios, contrasta con la pluralidad de significados que se desprenden de ella, especialmente los referidos a la soledad y a la muchedumbre, la presencia y la ausencia, el mundo real y el irreal, el amor y el sexo.”

Reiteradamente contó el artista por qué pintaba sobre telas no convencionales. Dijo que una vez se había quedado sin los bastidores que se usan para pintar y él mismo armó uno con un viejo pantalón de jean. El acto constituyó para él una suerte de revelación o epifanía. Esa tela no era neutra, tenía ya una  historia previa. Su trama estaba llena de sugerencias.

Sin embargo, es posible que su pasión por los soportes no convencionales, como todo, provenga de la infancia. Contó alguna vez que de chico lo fascinaban los muestrarios  que tenían los sastres para que los clientes eligieran. Eran pequeños rectángulos de telas superpuestas unidas por un extremo, cada una de las cuales estaba cortada con una tijera de picos. Esos rectángulos eran catálogos en miniatura de la época en que era bastante común que los hombres usaran traje y lo encargaran a medida. Si la tela en blanco, lo mismo que la página en blanco, dicen que produce miedo, Bertani lo conjuró trabajando sobre textiles que ya traían su propio dibujo.

Se autodefinía como «anárquico y rebelde», lo que lo hizo ponerse a estudiar “en serio” de grande.  Fue autodidacta hasta los 24 años. A partir de ese momento estudió escultura con el maestro Leonardo Rodríguez y, más tarde, pintura  con Víctor Chab.

Hasta que pudo vivir de su arte se dedicó a diferentes oficios. Fue vendedor de polenta, hizo velas artesanales, y hasta tuvo un pequeño emprendimiento de diseño y confección de muñecos y ropa infantil, acaso otro antecedente de la importancia que lo textil tuvo en su obra.

En 1976, en plena dictadura,  hizo su primera exposición individual en la Galería Lirolay, donde presentó en blanco y negro las series Censura, Suicidas y Gangsters. Logró la estabilidad que necesitaba para desarrollar su obra cuando se transformó en artista de la galería Zurbarán, donde con regularidad comenzó a exponer una vez al año.

Pero no sólo expuso en Argentina, sino también en Francia, Italia, Estados Unidos, Brasil, México, Perú, Venezuela, Cuba y Colombia. Entre múltiples reconocimientos que recibió figuran el Gran Premio de Honor Salón Nacional, el Gran Premio Salón Nacional del Dibujo y el Premio Casa de las Américas en La Habana.

Decía no temerle a la muerte porque sentía que se había realizado plenamente. “En mi vida personal y profesional siempre hice lo que quise” afirmó alguna vez.

La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner expresó a través de su cuenta de Twitter: «Ante el fallecimiento del reconocido artista plástico Ernesto Bertani, quiero expresar mis condolencias a su esposa, a su familia y amigos». Por su parte, el presidente Alberto Fernández dijo en un tuit en el que incluyó una de las obra de Bertani: «Con enorme pesar supe del fallecimiento de Ernesto Bertani, un hombre que desplegó su arte con el uso de su aerógrafo sobre lienzos, tapices o casimires. Sus obras siempre fueron y seguirán siendo objeto de mi admiración. Mis sinceras condolencias a quienes hoy ya lo extrañan.»

Se fue un artista plástico que, indudablemente, formaba parte de la identidad nacional.