Uno de los miembros varones del jurado original fue encontrado responsable de amenazar a sus compañeros, obligando a suspender el juicio. Con nuevos integrantes, el proceso se reanudará este martes.
La fiscal María Eugenia Titanti había ordenado la semana pasada realizar una pericia caligráfica a seis miembros del jurado popular que intervinieron en el debate. La pericia fue realizada en el contexto de la investigación que se inició el 21 de septiembre, tras la anulación del juicio por el femicidio de Gisfman, luego de que un jurado advirtió a los demás integrantes durante la etapa de deliberación que había ido al baño exclusivo para ellos y en una pared encontró una pintada que decía «decidan bien», lo que fue interpretado por la jueza de Garantías Leticia Lorenzo como una intimidación.
La jueza técnica determinó la anulación del juicio porque no estaba «garantizada la imparcialidad» de los jurados, quienes manifestaron «intranquilidad y que no estaban en condiciones de emitir un veredicto en esas condiciones». Según Titanti, de los 16 ciudadanos y ciudadanas que participaron como jurados entre titulares (12) y suplentes (4), la pericia comprendió a los seis varones que se desempeñaron como jurados titulares. «Si bien estamos ante un delito penal que puede considerarse menor, el impacto institucional que tuvo es muy grave», afirmó la fiscal.
Por el femicidio de Gisfman se encuentran acusados y detenidos como coautores del delito de «homicidio triplemente agravado por haber sido causado con alevosía, con el concurso premeditado de dos o más personas y por haber sido perpetrado por hombres hacia una mujer en contexto de violencia de género», Juan Carlos Monsalve, su sobrino Enzo Monsalve y un empleado, Maximiliano Zapata. Como partícipe necesario fue imputado Gustavo Chianese y como instigadora, Ana María Peralta (esposa de Juan Carlos Monsalve).
En la primera audiencia del juicio que tras la pintada amenazante quedó suspendido, Monsalve confesó haber sido el autor del crimen de la joven, dijo que lo hizo porque le había robado “más de un millón de pesos y drogas” y desligó del hecho a su esposa, a su sobrino y a los otros dos imputados. «Yo maté a Agostina, no tengan piedad de mí», dijo Monsalve, sentado en una silla de ruedas debido a que por una enfermedad crónica debieron amputarle ambas piernas.
El acusado reconoció que tuvo encuentros sexuales con la joven de 22 años y madre de una niña que al momento del femicidio tenía un año y medio. Durante su relato, Monsalve contó que se dedicaba a la venta de frutas y verduras, pero que también «vendía droga a un paraguayo», tras lo cual aseguró que Agostina le robó 1.300.000 pesos y droga. En ese momento, sorprendió a los presentes al señalar que el dinero “no le importaba recuperarlo”, pero sí la droga.
Luego, rechazó la acusación contra su esposa, Perales, quien según la versión del Ministerio Público Fiscal (MPF) fue la instigadora del crimen tras ver publicadas fotos de su esposo con la joven en redes sociales. “Soy el único responsable de lo que ocurrió”, dijo Monsalve, quien relató al jurado que el 14 de mayo del 2021 discutió con Agostina «porque cuando se drogaba era brava”. “Fue una discusión que se descontroló y ocurrió lo que ocurrió”, aseguró el acusado en un tramo de su declaración, en la que también desligó de la autoría del crimen a su sobrino Enzo Monsalve y a los otros dos acusados, llamados Julio Maximiliano Zapata y Alejandro Chianese.
Para los investigadores, el crimen de Gisfman se produjo el 14 de mayo del 2021 y su cadáver calcinado fue hallado en las inmediaciones de calles Juan Domingo Perón y José Brillo, de la localidad de Centenario. Los investigadores consideraron que el femicidio fue instigado por Peralta, quien había descubierto que su esposo Juan Carlos Monsalve le era infiel con Gisfman y hasta había encontrado fotos de ellos juntos. Ante esa situación, según los pesquisas, la mujer le pidió que matara a la joven y le planteó que, «si no lo hacía, rompería la relación».
«El 11 de mayo y como Monsalve no había cumplido con lo que le había pedido, Perales abandonó la vivienda en la que ambos convivían y se fue hacia la localidad de San Javier, en la provincia de Río Negro. Ante esta situación, Monsalve intensificó la organización de un plan para asesinar a Gisfman, tal como le había exigido su esposa y por esta razón se contactó con Chianese», indicó el fiscal Agustín García en su alegato. El plan incluyó a los otros imputados, que trasladaron a Gisfman en una camioneta Chevrolet Tracker hasta la ciudad de Centenario, donde la asesinaron, dijo el fiscal.
(Línea 144: atención, contención y asesoramiento en situaciones de violencia de género. Por WhatsApp: +5491127716463).
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