Tormenta francesa en Rusia

Por: Alejandro Wall

No fue la final del gran fútbol pero fue una gran final de Mundial. Mbappé y Modric. Pitana y el VAR. La invasión de integrantes de un colectivo punk feminista que burlaron la seguridad. La premiación bajo una lluvia torrencial y un solo paraguas, que protegía a Putin.

Fue el viento. Desde temprano se sabía que habría tormenta en Moscú este domingo, la que aumentaría el revoleteo de los mosquitos que se levantan desde el Móscova, el río que bordea al estadio Luzhniki. Al mediodía, los 26 grados se hicieron insoportables. ¿A quién beneficiaría el clima en la final?, era una pregunta. ¿A la Francia joven? ¿A la Croacia inconmovible? Un trueno retumbó con fuerza minutos después de que Antoine Griezmann diera el segundo latigazo de Francia, en un penal que pateó con tranquilidad uruguaya. El agua ya golpeaba sobre el techo del estadio, eran martillazos, se levantó una brisa. Francia fue la ráfaga, ese juego en el que parece no pasar nada y pasa de todo, un viento que atravesó Rusia hasta conquistarla, bajo una lluvia que empapó la entrega de la Copa, a Croacia, la selección a la que apodan fuego.

Tres días antes de la final se cumplieron veinte años de que Francia ganara la Copa del Mundo en su país, con Zinedine Zidane, con Liliam Thuram, con Didier Deschamps, el capitán que ahora comandó como entrenador a la selección que tenía el mandato del segundo título, de superar la pesadilla de Alemania 2006, el cabezazo de Zidane, la caída con Italia. Lo hicieron a su modo, con otro fútbol, con otros argumentos a los de la generación del 98. Francia voló en Rusia 2018. Deschamps se subió al olimpo de Franz Beckenbauer y Mario Zagallo, los otros que fueron campeones del mundo como jugadores y entrenadores.

Lo que era una noche croata fue una noche francesa. Croacia dominó en el juego, pasó línea por línea a su rival. Francia esperó el error, jugó al lanzamiento, a que Kilyan Mbappé hiciera lo suyo. A que Croacia se equivocara. Pero el que primero se equivocó fue Néstor Pitana. Tanto se buscó influencias argentinas en los equipos que quedaron el Mundial después de la eliminación de la selección que ahí hubo una. Pitana compró una caída de Griezmann. Marcelo Brozovic no lo toca. Pitana dio el tiro el libre. Siguió a eso otra falla, el cabezazo hacia atrás de Mario Mandzukic que se metió en el arco. El mundo pareció equilibrarse diez minutos después cuando Ivan Perisic, endemoniado, puso el empate. Pero el partido entregaría otro juego más para los números: otros diez minutos después, Griezmann pondría otra vez en ventaja a Francia por un penal de VAR.

Y paremos acá, frenemos esto como se frena el partido con el VAR. A Pitana le avisaron que algo extraño, algo que él no había visto, había sucedido en el área de Croacia después de un córner de Griezmann. Era una mano de Perisic. Pitana dibujó en el aire una pantalla y corrió a ver. Se paró frente al monitor como se para un creyente frente al altar, entregado a una repetición que indicaba que la pelota había pegado en la mano de Perisic. Pero Pitana dudaba, enfocado a la pantalla, con los brazos a los costados. Hasta que encaró hacia la cancha y se frenó. Algo le decían por la cucaracha. Miró otra vez y volvió. Estuvo un minuto así, los minutos de un Mundial, que siempre son muchos. Dio el penal. A esta hora, mientras se apagan las luces del Luzhniki, se recuerda que Pitana juzgó de manera contraria una mano del mexicano Javier “Chicharito” Hernández contra Suecia.

Las decisiones del árbitro sacaron de cauce el partido. Tampoco Croacia supo cómo resolverlo. Francia la vampirizó. Le fue sacando la sangre hasta agotarla. Luka Modric, elegido el mejor futbolista del Mundial, el balón de oro, conducía con el mismo aplomo de siempre, la pelota circulaba entre los croatas, se abría en la cancha, intervenía Iván Rakitic, pero todo se desembocaba hacia la nada, en la impotencia. Estaban en eso cuando desde el arco de Hugo Lloris, el arquero francés, apareció alguien corriendo. Tenía camisa blanca, corbata, pantalones negros. De pronto, eran cuatro. La policía salió a su búsqueda, el partido se frenó. La invasión se despejó arrastrando a las personas por el césped. Eran integrantes de Pussy Riot, un colectivo punk feminista, opositor a Vladimir Putin. Pussy Riot reivindicó el episodio y puso sus exigencias: libertad a presos políticas, fin de los arrestos durante protestas y que no haya gente en las cárceles sin motivo. Putin miraba desde el palco junto a Gianni Infantino.

Un rato después de la intervención, el partido se resolvió en seis minutos, con los gatillazos de Paul Pogba y Mbappé contra Danijel Subasic, el arquero que fue héroe en las tandas de penales pero que se venció rápido ante los disparos, casi sin estirar los brazos, como desganado. La final sólo continuó con algo de tensión por el error de Hugo Lloris, el arquero francés, que permitió a Mandzukic achicar la diferencia. Francia no fue más que eso. Croacia pudo ser más. La final de los goles no fue la final del gran fútbol.

La Francia de la banlieue, la de los hijos de inmigrantes, igual que en 1998, se quedó con el Mundial 2018. La comanda un francés que adopta modos rioplatenses como Griezmann, la empuja el talento de Mbappé, 19 años, revelación joven del torneo. Mbappé, que nació en los márgenes franceses, hijo de un camerunés y una argelina, refleja los efectos de la inmigración en el fútbol, los años de las colonias francesas. Como Pogbá, que nació en Lagny-sur-Marne, como N’Golo Kanté, que nació en París, como Blaise Matuidi, que nació en Toulouse. Después está la hipocresía, la de las políticas de los gobiernos europeos contra los inmigrantes, la de los votantes que hacen crecer a los Le Pen, a las Le Pen.

Griezmann levantó la copa bajo la lluvia torrencial. Había un paraguas y ese paraguas era para Putin. El resto se bañaba bajo la noche de Moscú. Como lo soñó Napoleón, Francia conquistó Rusia. Aunque no lo soñaba con fútbol. Desde afuera del Luzniki, entre el agua, explotaban los fuegos artificiales, los papeles dorados, eran bombas que impresionaban, no movían el estadio pero lo hacían temblar. Los franceses celebraban, escuchaban a Marc Anthony. Para los demás, para los que todavía están, pero también para los que hace rato que no están, sólo quedaba un cartel. Nos vemos en Qatar, decía.

Compartir

El retroceso de las ventas minoristas en septiembre derriba el optimismo del gobierno

El Indec informó que las ventas de supermercados y mayoristas cayeron en septiembre tanto en…

9 horas hace

Cúneo Libarona, sobre las denuncias por violencia de género: “Se creó una concepción hipócrita de que la mujer no miente”

Con argumentos polémicos, el ministro de Justicia defendió en el Senado un proyecto que busca…

10 horas hace

Proponen un fondo anticíclico al estilo FGS para respaldar los pagos de la deuda pública

Un paper postula su necesidad como garantía de la política fiscal del gobierno y para…

10 horas hace

La Corte Suprema ratificó el sobreseimiento de Milagro Sala en la causa Huevazos

El máximo tribunal nacional falló en contra de un recurso presentado por el exgobernador Gerardo…

10 horas hace

Serrat y un emotivo homenaje a Fontanarrosa

El cantante y compositor catalán reveló detalles de la amistad que lo unió durante décadas…

12 horas hace

Sturzenegger ahora impulsa que cualquiera que tenga un avión pueda llevar pasajeros

Buscan agilizar los trámites para que las avionetas privadas puedan trasladar personas. “A quienes tengan…

12 horas hace

Kicillof impulsa una ley para que la sala de 3 años sea obligatoria en la Provincia

El Ejecutivo giró al Senado bonaerense el proyecto de ley que establece que la educación…

13 horas hace

Asbesto en subtes, cierre de escuelas y enfermería: los temas que Grindetti informó vagamente en la Legislatura

Además, el mandatario evitó dar detalles sobre el cierre del Centro de Salud Mental de…

13 horas hace

Georgina Hassan ofrece un recital a beneficio de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos

La cantautora organizó el concierto especialmente para recaudar fondos para esta organización. Será el último…

14 horas hace

Milei puso el Presupuesto 2025 y las extraordinarias en la mesa de negociación

El gobierno no descartó sumar la ley de leyes en sesiones extraordinarias. Las negociaciones fueron…

14 horas hace

El Presupuesto 2025 volvió a interferir en las dos sesiones convocadas en Diputados

Las negociaciones del gobierno con los gobernadores por el presupuesto le impidió a las oposiciones…

15 horas hace

En un allanamiento por violencia de género hallaron 40 mil kilos de comida que debía llegar a sectores vulnerables

Tras la denuncia de una mujer contra el hombre que la agredía, la policía tucumana…

15 horas hace