Quién quiere ser Venezuela

Por: Boyanovsky Bazán

Luego de su cruzada opositora por “la libertad” y contra el supuesto intento de buscar impunidad con una necesaria reforma judicial, los sectores más reaccionarios de la oposición Argentina convocaron a una nueva manifestación en plena pandemia para este jueves. A este paso, está más cerca la oposición de parecerse a Venezuela que el gobierno, al que cada vez que anuncia una política de intervención o lejana a la postura liberal, antipopular y de un Estado incapaz de regular los abusos del poder económico, acusan de ir en ese camino.

Ni en los 12 años de Néstor y luego Cristina Kirchner, y mucho menos en los ocho meses de gestión albertista, la Argentina se pareció a la Venezuela chavista, tanto bajo los gobiernos del propio Hugo Chávez como de Nicolás Maduro, más allá de las alianzas estratégicas y de algunas coincidencias en abordajes puntuales.

A pesar de esto, el sector enfrentado al que hoy gobierna la Argentina viene utilizando la carta “Venezuela” para agitar fantasmas comunistas, totalitaristas y dictatoriales de una manera tan burda y excesiva que ya sus propios seguidores no saben lo que significa, como aquella señora “anticuarentena” que decía que marchaba para no “ser Valenzuela”.

Como una suerte de espejo invertido, la oposición argentina está mucho más encaminada a emular a los opositores en Venezuela de lo que Alberto Fernández pueda parecerse a Maduro. El propio Mauricio Macri se vio muchas veces reflejado en sus pares ideológicos venezolanos: se unió al Grupo de Lima, cuyo propósito fundacional era desplazar a Maduro de la presidencia; como muchos otros gobiernos, reconoció a Juan Guaidó como presidente interino, cuando su nombramiento se realizó sin participación del pleno legislativo y haciendo una interpretación constitucional que no aplicaba. Macri se alineó con la estrategia trumpiana para Latinoamérica, con su brazo diplomático en la OEA, y se sumó a toda manifestación a favor de desplazar a Maduro, sin reparar que ello podría alentar lo que ocurrió al menos en dos oportunidades: intentos –fallidos- de golpes de Estado.

Lo que la oposición argentina no tiene y tal vez desea con pasión son los recursos con los que ha contado la venezolana y la capacidad de movilización que supo tener. Durante las agitadas “guarimbas” de 2017 la entonces Mesa de Unidad Nacional (MUD) logró concentrar grandes multitudes en decenas de marchas que convocaron a ciudadanos legítimamente disconformes con el rumbo económico del país, agitados por grupos con capacidad de movilización y recursos extraordinarios que en muchos casos habrían permitido financiar a cuadrillas violentas que ocasionaron desmanes y muertes, como se explicó y documentó en numerosas notas en la sección Mundo de este diario.

La oposición venezolana representa a una clase media alta y alta, y sus propios dirigentes provienen de esos sectores, pero además de los recursos propios contaron con el financiamiento millonario del gobierno de los EEUU, cuya fijación por Venezuela y Maduro le ha hecho cometer todo tipo de torpezas hasta ahora sin resultados, como lo reconocen los mismos exasesores del presidente Trump.

Cuando la oposición pudo ganar una elección de medio término tomó el control de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral) convirtiéndose así en un obstáculo legislativo a las decisiones oficiales y en el foro permanente de los embates opositores hacia el gobierno. En distintos momentos, la oposición intentó, sin lograrlo, activar el referéndum revocatorio planteado en la Constitución. Puso como condición de un posible diálogo el desconocimiento de Maduro como legítimo presidente. Durante meses pidió elecciones anticipadas. Cuando llegaron las de 2018, al ver que no podía vencer en las urnas luego del desgaste sufrido por las interminables “guarimbas” y las propias fracturas que los enfrentaron y alejaron de la confianza del electorado, aún el antichavista, rechazaron participar de un proceso al que anticiparon “fraudulento”, justo después de levantarse intempestiva y arbitrariamente de una mesa de diálogo que por fin parecía dar frutos. Esto dejó solo a Maduro compitiendo con otras fuerzas minoritarias a las que se impuso cómodamente, pero los opositores no lo reconocieron y lo declararon “usurpador”.

La oposición varias veces llamó a las fuerzas armadas a sublevarse desde las cuentas oficiales de la AN y hasta dictó leyes de amnistía para aquellos militares que aceptaran el desafío patriótico, en su visión, de derrocar al presidente. Es decir, sancionar una ley para legitimar un golpe de Estado.

La estrategia de la oposición venezolana ha sido apostar al desgaste, a la imposición en las calles, los medios y otros espacios, de un camino único que coincida solo con sus intereses, a deslegitimar a su adversario aún recurriendo a los modos más absurdos, como lo es imponer una presidencia paralela bajo el ala de Mike Pompeo y el propio Trump, sin que ello aporte nada más que la continuidad de la guerra discursiva y política.

Tal vez la oposición argentina no se anime a tanto. Tal vez no tenga espacio para hacerlo. Tal vez simplemente no busque ese camino, aunque los sectores más reaccionarios demuestran, en sus declaraciones, en su carteles, y en sus instalaciones mediáticas y de redes, que su sueño húmedo recurrente es ir en esa dirección.

Compartir

Entradas recientes

En medio de otra ola de cierres, el gobierno lanza la segunda fase del industricidio

El Ejecutivo tomó dos medidas que comprometen la competitividad del sector manufacturero. Allanan el camino…

5 horas hace

Libertarios apurados, el helado se derrite

Evaluando la situación real de la economía se entiende cómo le aprieta el zapato al…

5 horas hace

La Hidrovía: trastienda de la batalla silenciosa entre Milei y Macri

El expresidente patrocina a la empresa de la reina Máxima para quedarse con la vía…

5 horas hace

En el PJ sostienen que «Ficha Limpia» es una nueva cortina de humo

Referentes de distintos sectores de Unión por la Patria coinciden en que el proyecto firmado…

5 horas hace

La estrategia de Cristina para reorganizar el peronismo provincia por provincia

En el próximo mes, la expresidenta definirá el sistema de alianzas en Santa Fe, Corrientes…

5 horas hace

China lo hizo: tras varios años, creció la tasa de nacimientos

Tras siete años de descensos, China reportó en 2024 un aumento en el número de…

5 horas hace

La «nueva» América

El nuevo gobierno enfrenta muchos desafíos económicos y de relaciones exteriores.

5 horas hace

Cómo Trump y Putin redibujan la Nueva Ucrania

Con la segunda llegada de Donald John Trump a la Casa Blanca, se abren escenarios…

5 horas hace

Casi tres millones de palestinos, con expectativas y dudas, se aprestan a regresar a sus hogares

A horas de la implementación de la primera etapa de la tregua, Israel seguía atacando…

5 horas hace

Mañana será otro día, pero no cualquiera

La concentración de la riqueza y la desigualdad son escandalosas y la inflación hizo estragos.…

5 horas hace

Cuando arden Los Ángeles

¿Qué parte le toca al calentamiento global producto de las actividades económicas en estos fuegos…

5 horas hace

El frío extremo y la extrema derecha acompañarán a Trump en su regreso triunfal

Será la primera vez en 40 años que el juramento se tome dentro del Capitolio,…

5 horas hace