Diego Pérez, exintegrante del dúo Tonolec, lanzó “Gran espíritu”, el quinto disco de su actual proyecto. Cuenta con invitados especiales como Kevin Johansen y Andrea Echeverri (Aterciopelados) y lo presentará oficialmente este viernes en Niceto.
Con Nación Ekeko, proyecto que lidera desde 2012 presenta su nuevo álbum, la quinta producción en estudio, titulado Gran espíritu, en Niceto. El disco tiene siete temas e incluye colaboraciones de Kevin Johansen, Andrea Echeverri (Aterciopelados), Elkin Robinson, Ayahuasca Icaros, Antonella Restucci y Loli Cósmica. Son temas propios, junto a una original reversión de “Hablando a tu corazón”, de Charly García. “Esta fecha del 11 de abril es la presentación del disco y la apertura de una gira que nos llevará este año por toda Sudamérica, México, Europa y varios lugares que estamos terminando de cerrar. Es un disco especial y una recopilación de experiencias también, así que estoy muy contento”, admite Diego Pérez.
-¿Cómo fue hacer este disco y cuál fue el motor principal para grabarlo?
-Este disco particularmente tiene una conexión con el mensaje que sale de mi trabajo con las plantas sagradas. Además de conectar con pueblos originarios y su música, fui conectando con diferentes rituales y experimentando diferentes plantas sagradas desde hace 15 años. Entonces creamos estas canciones con esa idea, que somos todos parte de un mismo ser viviente, una red que late, que vibra con una sincronicidad. Qué es lo que uno siente cuando conecta con estas plantas que se usan en medicinas tradicionales muy antiguas. Estas canciones tienen el espíritu de plantas sagradas milenarias.
-¿Cómo trabajaste la parte sonora y las letras de estas canciones?
-Siempre trabajo mi música como si fuera un cuadro: pienso mucho en paisajes. Los recursos que más utilizo en mis temas tienen que ver con el timbre, que sería como el color en un cuadro y la textura, que eso lo trabajo desde lo digital como de lo acústico. Siempre trato de situarme en un paisaje, que en general tiene que ver con la letra: si voy a tocar algo que tiene que ver con lo amazónico, me voy más hacia un paisaje de selva. No es tan directo ni concreto, pero son fuentes de inspiración que me ayudan a combinar letra y música de manera natural, sin forzar nada. Busco los colores para cada paisaje. Un factor importante para mí siempre es el ritmo como conductor porque me interesa que la gente que escuche pueda conectar primero desde el cuerpo y lo espiritual y luego conectar desde el intelecto, para escuchar la letra y entender el mensaje. Es interesante porque no es algo que inventé yo. Sino que es una característica de muchas músicas de nuestros pueblos originarios. Tienen letras cortas pero muy contundentes, que se repiten como mantras. Un ejemplo es la copla del noroeste argentino o diferentes cantos de Tobas, Wichies y demás. Eso siempre me interesa mucho: fusionar paisajes sonoros, con temáticas que me mueven desde lo compositivo.
-¿Hay prejuicios de algunos sectores por los efectos psicoactivos de esas plantas sagradas?
-Me llevó la música a experimentar, porque me interesaba la música de rituales antiguos, por el aspecto cultural que representan para muchos pueblos que existen desde antes de los españoles. Probé las plantas en segunda instancia para terminar de entender de qué se trataba y esa experiencia fue para mí transformadora. Conecté con algo que antes me llamaba la atención, pero vi las cosas desde otro lado, y es parte de un proceso que vengo llevando en mi vida. Si uno lo hace con cuidado, con gente que sabe y que te trasmite sabiduría, es algo muy sanador. Tenés que estar acompañado y tiene que ser parte de un proceso. Estamos en un momento del mundo que todo es recreativo: los psicoactivos o plantas medicinales se toman para ver qué onda, y pierde el sentido, como si tomando algo pueden cambiar algo de su vida porque están aburridos. Pero creo que esto es algo que pasa desde otro lado: tiene un conocimiento ancestral que te trae mucho para trabajar, desde lo personal, lo familiar, lo vincular. Este disco es un poco la síntesis de mi proceso personal, desde que vengo tomando contacto con todo este universo.
-¿Cómo fue que se sumaron los invitados a Gran Espíritu?
-Me pasa mucho que cuando estoy componiendo me van apareciendo personajes o voces o músicos que me gustarían que participen. Como que la música me los pide. Algunos están al alcance y otros no tanto. Pero soy obstinado (risas). Soy independiente y busco lograr lo que es mejor para mi trabajo. Con Kevin nos conocemos hace un tiempo: le mostré la canción y le encantó. Se sumó rápido a incorporarle su impronta. A Andrea la estuve buscando un montón, porque quería sacar el tema “Hablando a tu corazón” del campo del rock nacional para llevarlo a una sonoridad más latinoamericana, más percusiva, de paisaje más selvático, y esa voz de Aterciopelados me parecía perfecta. Era la vos femenina que imaginé. Un día estaba de gira por Colombia y en el aeropuerto de Bogotá me cruzo con Andrea. Estaba con Héctor, su compañero de Aterciopelados, que me conocía y nos pusimos a charlar. Le gustó la idea y lo hicimos. Se fue dando todo de una manera súper natural. Y así con todos los invitados en los instrumentos y las voces. La música es la que pedía ser compartida y yo obedecí. Así lo sentí.
-¿Cuánto te ayuda el recorrido con Tonolec?
-Muchísimo. La verdad que mucha gente que sigue Nación Ekeko no sabe que soy el de Tonolec. Pero a mí me sirvió porque con el dúo pude empezar a vivir de mi música y empezar este camino de trabajo como compositor y como músico. Recorrer lugares y darme cuenta que es posible.
-¿Es importante celebrar lo nuestro?
-Mi pasión es nutrirme de sonoridades de Latinoamérica y viajar. De manera orgánica se va aceptando y eso nos da energía para seguir. El mundo está complicado. Yo hace veinte años me di cuenta que es importante celebrar lo nuestro. Como latinoamericanos tenemos que entender que somos una cultura que tiene algo de originario, de afro y esa es nuestra riqueza. Tenemos raíces y nos falta conocernos más. Es parte de nuestra identidad.
-¿La música ayuda a luchar contra el individualismo que parece preponderar?
-El sálvese quien pueda y el estar en contra de lo comunitario es un gran problema. Mi mensaje tiene que ver con que nadie se salva solo. Los poderes económicos nos quieren imponer la idea que solo te tenés que cuidar vos. Rescatar el mensaje de unión de los pueblos originarios, somos una unidad, con la naturaleza y entre nosotros. Mi música apunta a conectar con esa naturaleza que a veces olvidamos. El monte no nos pertenece, nosotros pertenecemos al monte, ese es el paradigma que deberíamos seguir.
La banda liderada por Diego Pérez presenta su nuevo álbum Gran espíritu. Invitados: Kevin Johansen, Mila Andersen (El Plan de la Mariposa), Loli Cósmica y Antonella Restucci. Viernes 11 de abril a las 21 en Niceto Club, Cnel. Niceto Vega 5510.
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