El actor estadounidense tenía 103 años y brilló en películas como "Espartaco", "Ulises", "Antesala del infierno" y “El loco del pelo rojo”, entre muchas otras. Fue nominado a tres Oscar y recibió un Premio de la Academia honorario.
El actor estadounidense Kirk Douglas, una de las estrellas más emblemáticas de Hollywood, falleció hoy a los 103, informó su hijo Michael a través de Instagram.
«Con enorme tristeza junto a mis hermanos anuncio que Kirk Douglas nos dejó hoy a los 103 años. Para el mundo, él era una leyenda… pero para mí y mis hermanos, Joel y Peter, él era simplemente papá, para Catherine, un maravilloso suegro, para sus nietos y bisnietos, su amoroso abuelo y para su esposa. Anne, un esposo maravilloso», agregó Michael en el posteo que realizó a través de las redes sociales.
Douglas fue un extraño caso de galán de pelo rubio, rostro afilado y saliente y un hoyuelo en el mentón, al que muchas seguidoras consideraron irresistible por décadas, alejándose de la típica imagen de «baby face» anglosajón que la Meca del Cine subrayaba como ideal de la apostura masculina. Los jóvenes rasgos de Douglas retrataban orígenes eslavos y semíticos: su dramático rictus parecía expresión de una previa odisea de carencias y penas.
Los años 50 empezaron mal de amores para Douglas -en 1950 rompió con su primera esposa, Diana Hill, con la que había tenido dos varones, Michael y Joel-, pero con un suceso tras otro en lo laboral: «Luz y sombra», donde animaba a un trompetista; «Cadenas de roca», donde era un inescrupuloso periodista; y «Antesala del infierno», donde interpretó a un amargado detective.
En «Cautivos del mal» fue un productor de Hollywood; en «Veinte mil leguas de viaje submarino», un marinero; en «Ulises», el héroe griego que vuelve de Troya; en «Sed de vivir», el pintor Vincent Van Gogh; en «La patrulla infernal», un militar de la Primera Guerra Mundial; y en «Espartaco» encarnó a un gladiador rebelde.
Durante los 50 y los 60, Douglas fue una de las luminarias del cine de Hollywood, y esa fama le significó estar prácticamente preso de alguno de los grandes estudios, para los que debía protagonizar entre tres y cuatro películas por año. El western fue otro género donde Douglas se movió cómodamente: personificó a un granjero en «Hombre sin rumbo»; a Doc Holliday en «Duelo de titanes»; a un alguacil en «El último tren»; a un vaquero en «Los valientes andan solos»; y a un asesino a sueldo en «Duelo de gigantes».
Desde los 70 y cuando su físico ya no era el de antes, filmó más fuera de su país, diversificó sus papeles -hizo ciencia ficción en «Saturno 3» y terror en «Furia»-, intensificó sus funciones como productor e hizo más frecuentes sus apariciones en telefilmes. A diferencia de tantos y tantas colegas, la vida amorosa y social de Douglas evitó los escándalos y los chismes: en 1954 reincidió en el matrimonio -esta vez con Anne Buydens-, unión de la que nacieron otros dos varones, Peter y Erik.
Douglas murió a los 103 años en su mansión de Beverly Hills (California, EE.UU.).